[20] Encontrada |2|

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Cerca del Rancho Golden.

—Son unos completos inútiles, la tenían y la dejaron ir.

—Venia un convoy de camionetas señora, solo éramos dos hombres. Era una pelea perdida, tuvimos que abandonar la misión por unos minutos, nos desviamos. Cuando regresamos la chica no estaba, pensamos que la llevarían al hospital.

—¿Quien se la llevaría? ¿Quien anda armado hasta los huesos?—Pondre a gente a eso. —Quiero que estén pendientes de los movimientos de los Cahill y los Herderson.

—Si señora, solo quiero informarle que se rumorea por ahí, que se celebró una boda en la casa principal de los Herderson; la boda de la hija del señor Cahill y el heredero de los Herderson.

—¡¿Que?! —Grito a todo pulmón, no me pudieron hacer eso. Matar al padre de esa, sería para nada ya que la fortuna pasará a los Herderson y los malditos Sullivan están de su lado. Esto ya se volvió imposible.

Tendré que buscarme otra forma de hacerme de ese rancho y haré lo que mi padre siempre ha querido.

—Por el momento no hagan nada, desaparezcan. —Ordeno a estos dos imbéciles. Yo también tengo que hacerlo y esperar a que todo tomé el curso que deseo.

Señor Cahill.

—¿Entonces amigo mío, me harías ese favor?

—Por supuesto que sí. —Sabia que no me defraudaría. —Si tu hija entra por la puerta de emergencia, serás al primero que llamaré. Pero si aún no saben de ella en hospitales eso significa que esta bien, al menos físicamente.

—Eso espero, muchas gracias. Te he dejado varias fotografías de ella.

—Se las mostrare a mis colegas, si lo sé no quieres que nadie se entere que tú hija está desaparecida. —Asiento.

Mi yerno está completamente cansado, llevamos prácticamente dos días sin dormir, pero igual que yo no damos nuestro brazo a torcer. Salimos de la clínica del pueblo, directo a la casa de mi viejo amigo. Desde la desaparición de mi hija decidimos que me quedaría estos días en la casa de él y lo agradezco.

—Los vaqueros peinaron otra vez toda la zona. —Y no encontraron ni una pista, no lo dice pero su rostro si.

—Hay que dejar que los hombres descansen. —Es lo único que digo.

—Si.

Llegar a la casa de mi yerno, me da un poco de tristeza. Debí de impedir que se casará y así evitar que todo esto pasará, bajo mis narices.

No tengo nada de ganas de caminar los tres pisos, así que tomo el ascensor que me lleva hasta el lugar que mi cuerpo desea estar unas ocho horas. Le daré lo que mi viejo cuerpo necesita, para seguir con la búsqueda de mi hija.

Andrew

No acompaño a mi suegro hasta la casa, me dirijo hasta el establo y en un santiamén tengo a mi Demonio ensillado. No debí de forzarla, así no tendría de haber conducido llena de enojo. Espoleó mi caballo hasta el máximo,dejo que el animal me lleve donde guste.

El corazón me late a mil por hora, estoy a nada de agarrarme a golpes con cualquiera que me provoqué. Dos días desde la desaparición de mi mujer. La hemos buscado por los alrededores y nada, es como si la tierra se la hubiese tragado. Buscamos en los hospitales, la buscamos hasta la morgue por si los que están detrás de esto le hubiesen hecho algún daño. También la buscamos en otros centros, pero de nada sirvió.

Estoy completamente desesperado,espero que en las personas que hemos confiado, nos ayuden a dar con el paradero de mi Isabella. Detengo mi caballo cuando veo que estamos cerca del lago. Ahí fue la primera vez que me hizo una jugada, se llevó mi ropa y me dejó solo en boxer...la deteste esa vez, pero se ha ido metiendo bajo mi piel que es difícil extraerla de ahí, y no quiero que eso suceda.

Un Vaquero Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora