Querido Will

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Si lograste escapar de ella, me da gusto, y lo digo con toda sinceridad.

El problema es que eso es algo que no me pudiste otorgar.

Pudiste decirme sobre tu problema, en lugar de tener que enterarme de la nada, siendo el centro de todas las miradas de un evento que pensé sería un suceso para recordar, y bueno... lo fue, sólo que no necesito aclarar que no era lo que tenía en mente.

En mis manos, tras verte colapsarte, sentí algo entre los dedos; eran varios mechones tuyos. Así que, incluso si hubieras podido terminar la noche e irme a dejar a casa como si nada, ¿crees que no me daría cuenta? ¿Por cuánto tiempo tenías planeado ocultar tu estado?

Me gusta dar esa imagen de "adorable ingenuidad", cariño, pero no soy estúpida.

O tal vez sí lo sea, porque sólo una estúpida no hubiera descubierto todo lo que pasó, porque de pronto, todas las piezas cayeron en su lugar.

¿No querías verme llorar? Eso lo entiendo; a pesar de todo, puedo sentir que tu alma es noble, y siempre con la mejor intención en mente; pero el camino a la perdición está pavimentado con justo eso; idiotas bienintencionados que sacan provecho de gente todavía más idiota.

Y si hubieras tenido que irte, me hubiera quedado a lado tuyo. ¿Hubiera sido duro? Sí. Claro que hubiera llorado, porque eso es algo que debe ocurrir: si te lloré, lloro o lloraré es porque estás en mi corazón, porque te amo, y no se puede sólo apagar tal sentimiento: quisiera odiarte, créeme, pero tu bienestar me sigue preocupando, y eso durará toda tu vida, y la mía.

Pero... tengo mi dignidad, y aunque quiera estar junto a ti, esta mentira no fue algo pequeño que pueda dejar ir. Quiero matarte... va, no de ese modo, ¡pero sabes qué quiero decir! ¡Estoy tan furiosa! ¡Tan enojada contigo! ¡Y... y es por eso...!

...es por eso que debo alejarme, porque necesito aclarar lo que me rebota en el alma; sé que te amo, pero me hiciste un daño tremendo ocultándome tu estado de salud, ¿crees que se siente bonito tener que escucharlo de tu madre en la sala de urgencias? Temiendo que quizá no te volvería a ver. Consolando a la pobre mujer al tiempo que yo trato de no caerme a pedazos.

De verdad deseo que salgas de esto, y que te mejores; si pudiera pedir un deseo, ese sería.

Pero por ahora... no quiero verte, y no sé si eso cambiara pronto.

Con amor... porque sí, no miento cuando dije que lo hay.

Sarah."


Y quizá fue egoísta el tomar tal actitud, pero la chica morena de vestidos anticuados encontró forma de volver a su rutina; amigos, clases, y tareas incluidas.

—Señorita Greenberg, ¿puede quedarse un poco? —el profesor Kovacs le pidió a la morena tras terminar con la clase de literatura.

—¿Pasa algo? —inquirió al acercarse a su escritorio, después de que el Allyson cerrara la puerta tras de sí, curiosa sobre el motivo que el docente detuvo por un poco más de tiempo a su amiga.

Claro, ella ya sabía la respuesta.

—Profesor, lamento por no entregar la tarea a tiempo pero...

—No es necesario excusarse, señorita Greenberg; no esta vez por lo menos. Escuché lo... ocurrido, y de hecho me sorprende que haya venido a clases el día de hoy.

—Oh... eso... ¿se escuchó?

—Es un barrio pequeño, señorita.

—Supongo que sí —suspiró consternada.

—El caso es que, quisiera ofrecerla una extensión para su trabajo; no soy inflexible, entiendo que pasó por algo que... francamente no quisiera que nadie pasara jamás. No le puedo sólo regalar la calificación, aunque sea un aprobatorio: es lo más que puedo hacer sin que más arriba en la dirección comiencen a hacer preguntas.

—E-está bien, no se preocupe —Sarah contestó—, v-voy a traer algo para el viernes, ¿de acuerdo?

—Me parece bien. Ahora, puede salir señorita Greenberg.

—Gracias, profesor...

—Oh, y...

—¿Sí? —la estudiante se detuvo en la puerta.

—Lo lamento de verdad.

—Está bien; él... está bien. Pero... gracias profesor.

Se sonrieron, y finalmente Sarah salió del aula; que su semana apenas comenzaba, y a pesar de lo ocurrido, el mundo sigue teniendo que girar.

—¿Lo vas a dejar? —preguntó Allyson tras caminar a su lado después de la salida de clases.

—No.

—¿No lo vas a ver entonces?

—No.

—¿Pero...?

—Todavía no puedo, Allye —contestó firme, pero nunca al punto de perder la paciencia, aún cuando se encontraba al borde de ello—. ¿Bien? No puedo. No puedo, no puedo, no... no es fácil lidiar con esto.

La calle se encontraba vacía, y un gentil viento jugueteo con los bordes de su falda; ni una voz se escuchó por unos segundos, y fuera de los aires pasando por aquellas calles desiertas, y la respiración de su amiga, el silencio no se rompió hasta que arribaron a la ruta bifurcada, donde cada una tomaría el último trayecto a sus respectivos hogares.

—¿Está grave? —la pelirroja inquirió.

—Eso me dicen.

—Si fuera yo...

—Pero no soy tú.

Allyson suspiró.

—Cierto es —contestó con los ojos cerrados—, y bueno... nos vemos mañana.

—Nos vemos mañana.

—Espero que puedas decir lo mismo de Will —la pelirroja murmuró.

—¿Dijiste algo?

Allyson no deseaba pelear, o molestarla más de lo que ya se encontraba.

—No —agitó su cabeza —. No dije nada...

Se vieron una vez más, y cada una regresó a su casa.

N/A: ¿Así que, qué tal? ¿Les gusta? ¿No?

Igual, espero sus votos, comentarios, o aunque sea lecturas fantasmas; tiene más sentido aquí de lo que piensan XD

Shalom camaradas.

Amor Para DosTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang