Capítulo 2

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Erinea no sabía que estaba pasando. Le dolía la cabeza como el infierno. ¿Ella había bebido?

No.

Ella jamás había probado una bebida alcohólica. No desde que perdió a sus padres en un accidente automovilístico.

Pero. Entonces ¿Qué le pasaba? Su cuerpo pesaba. Más de lo normal. Al igual que sus ojos no parecían querer responder a la orden de abrirlos.

¡Oh Dios! La estaba pasando mal.

Con gran esfuerzo trato de mover su cuerpo. ¡Mierda! No respondía. Quizá si empezara con algo de menor pesor podría despertar a su perezoso cuerpo.

¿Una mano? ¿Un pie?

No. Nada respondía. ¡Diablos! Ya estaba empezando a desesperarse. Según se acordaba, había salido a su jardín trasero. Llevo comida y bebidas. Planeo quedarse ahí por unas horas y observar las estrellas. Minutos después de terminar una deliciosa cena la obscuridad la absorbió.

¿Se habría desmayado? No. Ella no estaba acostada sobre el pasto. Su cuerpo no podía responderle. Pero estaba absolutamente segura que no estaba acostada sobre el pasto.

Estaba sobre algo suave. Demasiado suave. ¿Algodón? No. ¿Felpa? Quizá. Y esa respuesta la hizo temer. Ella no tenía nada de felpa en su hogar. Todo en su hogar era ligero.

No quería entrar en pánico. ¡Diablos! No quería tener miedo. La mierda era que, seguramente la habían secuestrado.

¿Pero, porque ella? No tenía dinero. Subsistía con su trabajo como costurera.

¿Para prostituirla? ¡No! Eso no era posible. Totalmente descartado. Ella era lo último que escogerían para prostituirla. Medir 1.55 y pesar alrededor de 90 kilos.

¡Imposible!

Dejar de pensar sería adecuado en ese momento. El dolor de cabeza empezaba a ser más fuerte. Bien. Era momento de volver a intentarlo. Pero ahora con una acción más pequeña.

¿Un dedo?

Sí. La alegría embargo su corazón. ¡Podía mover sus dedos! Un poco más. Necesitaba intentar ahora mover más partes de ella.

Después de luchar por lo que pareció una eternidad, tuvo movilidad en la mayor parte de su cuerpo. Excepto sus piernas. Sus ojos por otro lado empezaban a responder.

Bien. Muy bien. No había alguien cerca. No podía escuchar ningún tipo de ruido.

Con mucho cuidado rodo para quedar boca arriba y abrió los ojos. ¡Wow! Si no hubiese estado tan en shock hubiera amado los hermosos detalles que se cernían en el techo.

Sus ojos empezaban a picar ¡Mierda! No quería llorar. Las fuerzas la estaban abandonando. Pero no se daría por vencida. Lucharía. Así como lucho para salir adelante sin sus amados padres. Contra todo y todos.

Con todas sus fuerzas se levantó abruptamente. La energía llego de golpe, pero, tristemente así la había abandonado. Toda esa fuerza se esfumo cuando vio a su captor.

¡Demonios! 

Él era enorme. 

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