Capitulo 10

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Capítulo 10.En la vida anterior fuimos conejos.

Los rayos del sol entraban por la persiana de mi habitación. Levanté la cabeza de la almohada y abrí un ojo, luego otro y los cerré de golpe hundiendo mi cabeza en la comoda y calentita almohada. La sabana apenas me tapaba mis partes y mi amigo estaba más despierto que yo. Sonreí pensando en la acción que tuve ayer con Ariadnne y luego la diversión en el coche con Natasha Evans, una compañera de la secundaria. Quién lo diría, mi ex amor platónico y yo volviendonos a encontrar por causas del destino y cerrar el pacto que alguna vez en silencio habíamos hecho de saciar nuestra atracción fisica.

Desperesandome, fui a darme un baño y me puse unos pantalones de correr y un sweater de NickelBack, conecté mi IPhone y mis auriculares y salí a caminar. El reloj marcaba las siete y media de la mañana. Troté hasta el gimnasio que más lejos quedaba de mi departamento pero que estaba muy bien equipado y empecé con una rutina de ejercicios para mantener mi estado fisico. Y Dios fue tan bueno conmigo por madrugar que me trajo a una rubia con un tracero de lo más redondito haciendo bicicletas y no era nadie más ni nada menos que Ariadnne Anderson.

-Buenos días pibon -la saludé con una palmada en donde mi vista estaba fijada anteriormente.

-Drew, que sorpresa ¿tratando de bajar de peso? -dijo burlona. La miré incredulo y luego, saqué el sweater que tenía puesto, dejando a la vista de cualquier personas mis hermosos six-packs y mi bastante sensual y atractiva V. El ego es mi mejor amigo después de todo.

Sus ojos escanearon bien mi torso y me hacían sentir desnudo y nervioso. Al fín sus ojos encontraton los míos y sus manos se paseaban por mis abdominales.

-Aquí hay un poco de grasa -dijo bajando la mano.

-¿Dond..? -¡Cristo! Su mano estaba sujetando mi polla y su mirada coqueta y perversa me incitaban a probar algún vestidor o baño del establecimiento. Aparté sus manos de allí y la llevé conmigo a un vestidor personal, mis manos encontraron camino a sus caderas y las suyas a mi cuello, en esa posición era más fácil saborear la boca del otro.

Y hasta ahi ya se pueden imaginar que pasó dentro de estas tres paredes y una lona.

-Wow, nada mejor que sexo para empezar bien un sábado -dice haciendo una coleta de su cabellera rubia, que ahora estaba sudada al igual que yo.

-Sip y por ahi escuché que sirve de ejercicio. -me miró con una ceja levantada- Ya sabes, de calentamiento

Le guiñé un ojo y ella soltó una carcajada.

-No se tú, pero yo voy a continuar ejercitando -y antes que pueda decir yo nada dijo- con las máquinas.

Y meneando su hermoso trasero me dejó con más ánimos de seguir ejercitandome yo también.

***

-¿Te llevo a casa? -preguntó

-Iré caminando, pero gracias.

-Ok. Hablamos luego -dijo caminando hacia el estacionamiento.

-¡Espera! Llévame y te pago con un almuerzo hecho por mi

Me miró fijamente calculando sus posibilidades

-De acuerdo, con bebida y postre incluido

Sonreí feliz cuando hablo del postre. Esta chica es insaciable.

-Piensas coger como conejo ¿no?-pregunta

-Soy un animal muñeca, pero solo en la cama

Rió y se subió al auto Hyundai que tenía. Abri la puerta y ibamos hablando de cosas superficiales y escuchando músicas en inglés.

Nada más que sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora