SURRENDER | guardians of the galaxy vol. 2 [moonstone series #3]

U N O

—CHERRY BOMB —la llamó Quill, desde el otro lado de la nave—. ¿Dónde está mi playera roja?

—No lo sé, ¿dónde la dejaste? —respondió Cherry, sin despegar la vista de su libro.

Se escuchó un alboroto, y Peter llegó después a dónde Cherry estaba, plantándose frente a ella. Cherry no lo miró y siguió leyendo.

—Creí que tu lavarías la ropa —la acusó Peter. Lentamente, Cherry alejó el libro de su rostro y enarcó una ceja.

—Es tu turno —le recordó—. Si no la lavaste, no es mi problema —dicho esto, volvió a su libro.

—La lavé la semana pasada.

—No, la última vez que lavaste fue hace un mes. Hace dos semanas le pagaste a Drax para que él lavara la ropa por ti. Yo la lavé la semana pasada. Ahora te tocaba a ti —le recordó Cherry secamente. Al notar que Quill seguía parado frente a ella, sin decir nada, lo miró de reojo—. Quill, no voy a lavar tu ropa. Si la quieres limpia, hazlo tú mismo.

—Solo iba a decir que te ves hermosa odiándome mientras lees —dijo Quill exagerando su inocencia. Cherry puso los ojos en blanco y siguió leyendo su libro, conteniendo las ganas de sonreír. No. Estaba molesta con Quill y no podía ceder tan fácil.

Peter caminó hacia Gamora, la cual estaba en la cocina. Tomó una cerveza del refrigerador, silbando por lo bajo.

—Wow, Cherry está siendo una perra —murmuró, negando con la cabeza, incrédulo. Gamora lo vio por un instante, parpadeando.

—Si no sabes por qué, eres más tonto de lo que pensé —fue todo lo que dijo, marchándose y dejándolo solo. 

🍒🍒🍒

Todos se prepararon para la misión. Cherry, Gamora, Quill, Drax, Rocket y... Baby Groot, la ramita que había crecido de la rama de Groot, lo único que habían podido salvar de él. La misión parecía fácil. Solamente tenían que proteger unas baterías muy importantes y destruir a un monstruo. Fácil.

No lo fue.

En primera porque Cherry seguía completamente apática a Quill y solo le hablaba cuando era necesario. Peter no lo entendía. No podía ser por la ropa. Él nunca lavaba la ropa y Cherry lo sabía. El día anterior, Cherry había estado como si nada, soplándole besos mientras construía una bomba con Rocket y durmiendo en la noche a su lado abrazándolo como koala. No entendía qué había pasado.

Sugeriría que estaba en sus días, pero la última vez que lo había dicho implícitamente, se había ganado un plato casi estrellado contra su cabeza y dormir en el sofá, donde los ronquidos de Drax eran imposibles de ignorar. De más está decir que estaba en lo cierto. Pero ahora se sentía diferente, y Peter no entendía por qué.