Capítulo 6: "Fin del primer día"

Start from the beginning
                                    

   -Oh, bueno... -me miró con lo que no quería que me mirase nadie. Ya había pasado por aquello alguna vez y no tenía ganas de recordarlo. Adam me miró con pena. -Por lo menos aquí ya tienes a uno... -se señaló con los pulgares- Un tipo con suerte, al parecer.

Me quedé petrificada. ¿Un tipo con suerte? Bueno, eso seguro. Me pregunto como será su novia... Aunque tengo el presentimiento de que la conozco...

   -¿Qué? -dije-. Ah, sí, y me alegro mucho por ello -intenté sonreir. Aquel chico estaba siendo muuuy simpático conmigo, aunque... Un momento, esa tal Therèse mencionó algo de que ahora iría a por mí, ¿qué significaba aquello?

Me daba igual, yo no tenía por qué hacerle caso a la Barbie esa.

  -Gracias, Adam, por todo. Eres genial -¿De verdad acababa de decirle eso?

    -A ti, Gin, a ti.. Por cierto, ¡me encanta tu nombre! 

    -Oh -fue todo lo que pude responder.

Estábamos casi llegando al otro pabellón, donde tenía la siguiente clase: Educación Física. Oh, no.

   -Bueno, Adam... Te tengo que dejar, creo. Tengo Educación Física con el entrenador... -Me había olvidado de su apellido.

   -Segel, su apellido es Segel -rió.

   -Muchas gracias, chico, por enésima vez en el día de hoy.

  -Muchísimas de nadas -me guiñó un ojo. En mi interior saltaron chispas-. Y sigo siendo un tipo con suerte al parecer porque... ¡Estamos en la mismaclase, Gin! -esbozó una de esas sonrisas que le podían cortar la respiración a cualquiera, incluyéndome a mí, claro.

Oh. Dios. Mío. En la misma clase. Educación Física. No.

    Lo único que se me daba bien en la categoría de deporte era el esgrima, que no sabía si podía considerarse deporte escolar. Vamos, que tenía reflejos y equilibrio, pero coordinación me faltaba bastante. Y lo que menos deseaba era que aquel perfecto chico pudiera disfrutar de unas risas gracias a... Alguna que otra de mis caídas...

Adam notó mi cambio repentino.

    -Gin, te has quedado en shock -hizo un gesto con la mano delante de micara, exactamente como mi hermana.

    -Ay, lo siento... Estaba... Pensando en otra cosa -le miré de nuevo-. ¿Vamosa cambiarnos?

  -Esto... ¡Claro! -se retiró educadamente, andando hacia atrás mientras nosmirábamos. Para mi sorpresa, se chocó con otro estudiante, que, por su indumentaria supe que estaba con nosotros en esta hora. Adam se giró y le dio un pequeño abrazo amistoso. Pero justo en el momento en el que me iba a dirigir a los vestuarios... Adam me señaló, para que su amigo, alto, moreno y delgado, nada musculoso, me mirase. Se rieron.

Típico en los hombres: cuando se ganan la confianza de una chica, ya es como si fueramos su trofeo. ¡Y una m....!

   -¡¡GIIIIIN!! -canturreó una voz conocida. Yo sabía de quién era esa voz aguda y fina. Me volví otra vez y pude comprobar que Price venía hacia donde me encontraba.

    -Hey -la saludé con la mano-. ¿Qué tal todo?

   -Chica, eso debería preguntártelo yo a ti, ¿estás bien? ¿Te ha hecho algoesa autómata asquerosa? -otra que me miraba con preocupación. Como si fuera la primera vez que me enfrentaba a una Barbie...

  -Sí, Price, gracias por preocuparte... Estoy genial... -Oh, no; hasta yo misma noté el sarcasmo en mi voz.

  -Jumms... Bueno, espero sacarte una sonrisa cuando te diga lo que vamos a hacer hoy... -dijo Price con voz melosa.

¿Esa soy yo?Where stories live. Discover now