Capítulo 5:

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Las emociones esa noche estaban a flor de piel. Ni en sus más maravillosos sueños podrían haber soñado con lo que habían vivido hacia apenas unas horas.

El calor de la gente, los gritos, la emoción, el cariño, los regalos, el ver a sus familias, todo eso había conseguido que la realidad de lo que estaban viviendo por fin fuese visible para ellos. Tanto lo bueno como lo malo.

Alba se había ido pronto a la cama, perdida en sus pensamientos, asimilando todo lo que acababa de vivir.

Ver a su familia por fin, había sido maravilloso, pero demasiado corto, necesitaba sentarse con ellos y hablar de todo lo que estaba viviendo y sintiendo, pero aún no era posible. Los fans, que aun le sonaba tan extraña esa palabra, habían sido maravillosos, regalándole cosas y diciéndole cuanto la querían, pero aun así había algo que la comía por dentro.

Albalia, así habían llamado a la unión de Natalia y ella y eso solo podía significar una cosa, que la gente se había dado cuenta de que algo pasaba entre ellas, seguramente no sabían la magnitud, pero si intuían que algo ocurría.

Ella no tenía miedo a mostrar su sexualidad, desde el primer momento ella dijo que era bisexual, al igual que Natalia, pero estar expuesta de esa manera le resultaba incómodo. Lo que tuvieran ella y Natalia era algo privado en el que solo ellas deberían decidir lo que mostrar y lo que no, pero estando allí encerradas era complicado y la frustraba de una manera que era difícil de disimular.

Aun así, todo aquello era algo insignificante con el hecho de que Natalia no había mencionado si se había encontrado con su novio o no. De hecho, sólo había nombrado a su familia, de él no había dicho ni una sola palabra y no sabía muy bien cómo interpretar aquello.

Después del vídeo que le mandó en el chat, a pesar de haberle dolido tremendamente verlo, había decidido ignorarlo y no volver a sacar el tema que ya le resultaba demasiado trillado y temía cansar a la otra, así que habían actuado como si no hubiera pasado. Quizás eso es lo que pretendía ahora Natalia, evitar mencionarlo para no hacerla sufrir, pero una cosa era ver un vídeo y otra abrazarlo, besarlo y dios sabe qué. Eso no podía ignorarlo.

De repente sintió como la cama se hundía y alguien se metía dentro de las mantas. No necesitó ni moverse para saber quién era, su piel se lo decía cada vez que estaba cerca o la miraba, se erizaba de una manera que era imposible controlar, como si estuvieran conectadas.

Natalia se pegó a su espalda abrazándola y pegándose totalmente a su cuerpo, besó su nuca con suavidad y esperó unos segundos antes de hablar:

- ¿Quieres hablar? - preguntó en un susurro.

Alba sabía lo que de verdad le estaba preguntando. Quería saber si quería ignorarlo de nuevo o escuchar la verdad.

Cerró los ojos y soltó el aire que sin darse cuenta estaba conteniendo antes de responder:

- ¿Lo viste? - fue su simple pregunta.

-Si - respondió Natalia sin dudar.

El cuerpo de Alba se tensó automáticamente sin poder evitarlo. Apretó los puños y cerró los ojos intentando contener el dolor que sentía en su interior.

Natalia la abrazó con más fuerza y entrelazó su mano con la de la otra, evitando que apretase. Esperó pacientemente hasta Alba volvió a hablar.

- ¿Y qué pasó? - preguntó Alba.

En realidad, quería preguntar: ¿Te besó? ¿Te abrazo? ¿Qué sentiste? ¿Sigues sintiendo lo mismo por él? ¿Los sentimientos resurgieron al verlo? Pero era demasiado cobarde y tenía demasiado miedo de hacer esas preguntas.

Una habitación a oscurasWhere stories live. Discover now