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Antes de la cuenta atrás.

Me llamo Martina. Tengo 17 años y hace años que estoy deseando irme de casa.

Vivía en Sevilla capital, pero mi madre encontró a un hombre en un pueblo de Huelva y me llevó con ella. En Sevilla lo tenía todo... Esto pasó cuando yo sólo tenía 12 años. Era una niña con futuro. Era una niña que sabía qué quería hacer con su vida. Era una niña muy protegida... demasiado...

Como anteriormente mencioné, tenía 12 años cuando me mudé de ciudad, de vida, de todo... Me costó muchísimo poder adaptarme al nuevo instituto. La idea de tener que hacer amigos nuevos me aterrorizaba bastante.
En Sevilla lo pasé muy mal. Sufrí un acoso escolar tremendo. Incluso llegué a decirle a mi madre que no quería estudiar más, con tal de no ir al colegio. Recuerdo que las chicas me perseguían en el bus riéndose y hablando sobre mí... En esos tiempos, mi madre trabajaba mucho, apenas podía llevarme al colegio o recogerme y yo tenía que usar el autobús para ir y venir del colegio.

El pueblo de Huelva... es distinto. Los niños y niñas que encontré en clase no eran como los que había en Sevilla. Eran... distintos.
Debo decir que no pasé mis últimos años de la ESO tan mal como me esperaba. Aunque por cierta parte sí...

Mi madre encontró a un hombre... que no me cae bien. Intento ignorarlo, pero por su culpa todos los días peleo con mi madre. Todos los días hay algo que no cuadra en mi casa. ¿Seré yo? ¿Será él?... nunca lo sabré pero... he encontrado una forma de evitar todo esto... Si me voy a estudiar fuera ya no tendré que soportar más nada.

Cuando terminé la ESO quise hacer un grado medio de sanidad, Cuidados Auxiliares de Enfermería (CAE). Tengo en mente seguir estudiando ciclos formativos de la rama de sanidad. Este año estoy haciendo las prácticas en hospitales, centros de salud y residencias. Creo, que poco a poco todos vamos a ir sabiendo qué es lo que sabremos y queremos ser en un futuro. Yo sigo con las esperanzas de ser ENFERMERA.

Antes de pensar todo esto... me puse a contar los días que quedaban para poder salir de mi casa. La situación llegó a tal nivel que ahora, no estoy comiendo por tal de no verles las caras. Me quedo en mi habitación haciendo proyecto integrado y no salgo a comer. Llevo sin comer desde ayer tarde. La comida no me importa, por ahora. Puedo aguantar mucho tiempo sin comer. Ahora sí, ahí veré cómo se preocupa mi madre por mí. Aunque creo que por ahora se ha olvidado que tiene una hija...

Ahora sí... la cuenta atrás ha comenzado.