Raúl se quita la americana, no puede soportar ver esas arrugas, es superior a sus fuerzas. Son pequeñas manías que tiene, como el necesitar cambiarse urgentemente si se mancha la ropa, por eso siempre lleva una camisa de repuesto, por si acaso. La idea de no ir impoluto al trabajo le crea mucha ansiedad.

Antes de que pueda alzar la vista, siente como algo impacta contra su mejilla. No hay dolor, pero debe admitir que le ha picado un poco. La loca de mierda esa acaba de estamparle en la cara una revista, una puta revista. Menos mal que es el semanal del programa, con no más de veinte hojas y un papel de calidad cuestionable, llega a darle con la Vogue o algo así y lo desgracia para siempre.

—¿Se puede saber qué narices te pasa, puta loca?

—¿Qué me pasa? —Le golpea de nuevo con la revista, pero esta vez en el brazo—. ¡Esto me pasa!

Tina la zarandea en el aire, Raúl la coge, observando lo fantástica que ha quedado la portada. Se había olvidado completamente de la exclusiva que saldría hoy, muestra evidente de que sus preocupaciones están comenzando a distraerlo en demasía. Sonríe, han seguido sus indicaciones al pie de la letra, no puede estar más contenta.

"¿LA GUERRA DE LOS ROSE?

JOAQUIM COCH Y TINA LATINI A LOS TRIBUNALES: EL EMPRESARIO CATALÁN VA A POR TODAS"

—Salís favorecidos en la foto, dije que pusieran en la portada una de los años ochenta, cuando estabais juntos. Le da efecto nostalgia a la cosa.

—Yo te voy a matar, te juro que...

Shhhht —la frena, poniendo la mano ante ella antes de que se le abalance de nuevo—. Una hostia más y mañana también empapelarás España entera, te lo advierto.

La mujer ahoga un grito de rabia, Raúl debe admitir que se lo está pasando divinamente con esa situación. Latini es un peso pesado, la víbora despiadada de la redacción, carne de vida pública y escándalos varios. Pese a no verla como una contrincante seria, pues el hombre considera que ninguna de las personas que trabajan en ese mundillo podrá estar nunca a su altura, sí que la considera alguien inteligente. Además se ha empeñado en hacerle la vida imposible desde que él llegó a la televisión, considerándolo demasiado vulgar para la pantalla. Acaba de apuntarse un tanto histórico.

Por lo que sus fuentes han averiguado, Joaquim Coch ha denunciado a su ex mujer por injurias y calumnias, exigiendo a los tribunales el anular la pensión compensatoria por daños morales. Vamos, que quiere dejar de pasarle pasta, cosa que Raúl entiende perfectamente porque esa mujer gana de sobra vendiendo vidas ajenas, no es un dinero que necesite. Han intentado llevarlo todo en el más absoluto de los secretos, pero era una noticia demasiado jugosa como para que a Raúl se le escapara, y él tiene ojos por todas partes.

—Íbamos a pasarnos el próximo mes y medio hablando de la puesta en libertad de Soledad Ferreiro —Martina lo señala acusadoramente—. ¡Pero qué cosas! Ahora han cambiado el guion.

—Bueno Tina, la vida es así —el hombre se encoge de hombros, ladeando una sonrisa maliciosa—, está llena de giros inesperados.

—¿Cuánto dinero te han dado los Figueroa por desviar la atención mediática?

—Por favor, no seas simple —chasquea la lengua—. Los Figueroa están arruinados, y a Soledad ya no la contrata nadie porque está llena de deudas. Les hubiese hecho un favor convirtiéndoles en la comidilla del verano.

Raúl no mueve sus cartas sin razón, todo tiene un por qué y Martina lo sabe, por ello le está mirando con los ojos entornados. La mujer es consciente de que si él no lo ha hecho para sacar un beneficio directo, entonces está perdiendo dinero, porque tener en primera plana a los Figueroa sería mucho más suculento económicamente que tratar por enésima vez el drama entre la pareja más querida de hace algunas décadas. Tina y Quim están sobreexplotados, venden pero no a tal magnitud. Raúl tiene algo entre manos, ella lo huele y él no puede estar más contento de que siga habiendo una parte de su vida que puede manejar a la perfección.

Giro de guionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora