Capítulo 16: CELOS.

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El moreno se quitó, sin ganas, los auriculares de los oídos y abrió la puerta, saliendo por ella, Tao también salió del auto y se posicionó al lado del más bajo sin dejar de sonreír de manera emocionada.

— ¿Por qué estás tan feliz? —le preguntó Jongin, demasiado desanimado cómo para siquiera empeñarse más en elevar su voz, así hacerse escuchar sobre la música que se oía a sus espaldas.

—No lo sé, presiento que hoy será una noche inolvidable. Te lo aseguro, hoy ganaremos los tres. —el más alto guiñó un ojo. Jongin suspiró y se encogió de hombros, sin molestarse en preguntar qué era lo que iban a ganar ellos tres más que una resaca para la mañana siguiente.

Sehun hizo su presencia a los pocos segundos, también con una sonrisa impregnada en el rostro, a diferencia que la de él se notaba preocupada y nerviosa al mismo tiempo. Levantó sus dos pulgares y caminó en dirección a la entrada del club, seguido de los otros dos chicos.

Se posicionaron en la pequeña fila de muchachos que se había formado y esperaron hasta que por fin comenzó a moverse y, en menos de unos minutos, se encontraban dentro de aquel lugar de luces bajas, bar con bebidas alcohólicas, mujeres y hombres de todos los gustos y una estrecha pista de baile. Un DJ en lo alto poniendo música tranquila y no tan ruidosa, esperando el momento perfecto en que se llenase el lugar para reproducir la música adecuada que se ponía a la hora de bailar. Aquel lugar era gigantesco y, simplemente, genial.

No iba a ser la primera ni la segunda vez que Sehun y Jongin llegaban a un lugar como ese, pero para Tao, un inocente chico, era otro mundo.

—Wow. —exclamó, dando un paso adelante para admirar desde otro punto de vista—. Esto es increíble, ¿no creen?

—Te avisaré cuando le encuentre lo increíble, Tao. —el moreno bufó, indiferente y cada vez teniendo una actitud semejante a la de Mr. Humor. Tragó el nudo que se formó en su garganta y carraspeó—. No me siento bien, chicos, quiero irme ahora mismo.

 — ¿Qué idioteces dices, Kim Jongin? Apenas hemos llegado y ya quieres huir. Vamos, bebamos algo mientras se va llenando el lugar.

—Sí, anímate y ven a tomar algo. —Tao palmeó la espalda del moreno y este solo rogó al cielo para que un rayo partiera al medio a todos los que se encontraban en ese horrible y espacioso lugar. Resignado, siguió a ambos chicos que se dirigían sin más a dónde se servían las bebidas.

Sehun tomó lugar en la parte final del bar y pidió una bebida mezclada, teniendo a su lado a Tao quién hizo el mismo pedido que el ex rubio. Jongin, quién estaba sentado al lado del pelirrojo, se limitó a pedir una simple cerveza.

Al cabo de unos minutos, la pista de baile y el club en sí, se habían llenado casi por completo. Entre ellos había, en su mayoría, estudiantes de la universidad a la que asistían, algunos conocidos de los tres muchachos, quienes escondían el rostro para no tener que saludar a nadie. A excepción de alguien que notó la presencia en particular de Jongin y no dudo ni un segundo en acercarse a él. O, mejor dicho, lanzársele como perro en celo.

— ¡Hola, Jongin! —saludó Sooyeon en voz demasiado alta, de pie al lado del moreno, con un vestido que parecía ser más que nada un trapo ciruela que apenas sí cubría su cuerpo. Su rostro completamente maquillado, su cabello atado en una cola alta y su sonrisa brillante—. Hacía mucho tiempo que no hablábamos, ¿no? ¿Cómo la estás pasando?

—Hummm…—Jongin asintió, girándose para darle la espalda a la castaña y seguir con su cerveza. Lanzó una mirada de auxilio hacia sus dos amigos, pero estos parecían no querer notar la presencia de la recién llegada.

—Oh, Dios Santo… ¡Que descortés de tu parte! —exclamó la chica, ahora sí llamando realmente la atención de los tres. Sooyeon se cruzó de brazos y frunció los labios, esperando por algo que ninguno entendía de qué se trataba.

Mírame. [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora