ii.

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-¡Anastasia, despierta, joder!

Abrí los ojos para encontrarme con mi novio. Mi novio que me dejó plantada en su puta cena de cumpleaños.

-¿Qué haces aquí?- pregunto yo, mientras me tallo los ojos.

-Llevo toda la puta mañana hablándote al móvil y no lo has cogido. Me preocupé.

-Hostia, gracias por preocuparte, tío. Así como ayer te preocupaste por llegar a la cita que teníamos.- dije, mientras rodaba los ojos.

-¿Cita? ¿Qué cita?- joder, vaya novio que me he conseguido.

-Vete a la mierda.- he dicho mientras lo  empujaba, para que se levantara de mi cama.

-¡Claro, la cita! Anastasia, lo siento, en serio. Se me ha olvidado por completo.- dijo, mientras tomaba mis manos.

-He dicho que te vayas a la mierda.- dije mientras soltaba sus manos.

-Jódete, entonces.- dijo antes de salir de mi cuarto.

Me quedé observando a la puerta durante 2 minutos. No pensaba en nada, más que en mi novio era un gilipollas de primera.

Después de un rato, me levanté de la cama, y me fui a bañar. Después de 10 minutos salí de la regadera, y me fui a cambiar. Nada extravagante, unos jeans negros y una blusa básica blanca.

Cogí las llaves de mi auto, y salí de mi casa. No tenía a donde ir. Nunca tenía a donde ir. Hace un semestre abandoné la universidad, y mis padres aún no sabían. Para mí, la universidad no servía de nada. Sólo gastaba los mejores años de tu vida. Prefiero trabajar, pero hasta ahora no he encontrado un trabajo aceptable. Todos requieren la educación superior finalizada, o alguna experiencia laboral, y no tengo ninguna de las dos. Hasta ahora he estado viviendo del dinero que mis padres me dan para mi manutención. Si se enteraran que ya no asisto a la universidad, me asesinarían.

Decidí ir a un café que se encuentra cerca de mi departamento, y aparqué el coche enfrente del café. Bajé y entré a éste.

Después de haber pedido mi café, me senté en la barra, esperando a que mi bebida estuviera lista. Después de 3 minutos, escuché una voz conocida, que pedía un café. Volteé la vista, y logré ver a Raúl. El tío de anoche. Supongo que sintió mi mirada, pues inmediatamente se volteó a verme.

-Eh, ¿qué tal? No pensé que te volvería a ver.- dijo, mientras se acercaba a mí.

Joder, juro que este tío cada día se pone más bueno.

-Eh, Raúl, ¿cierto?- dije, fingiendo que no recordaba su nombre. Hostia, no sólo recordaba su nombre, sino que recordaba cada puta facción de su rostro.

-Sí- rió- Raúl. Ahora que recuerdo, tú no me has dicho tu nombre.

-Anastasia.- Él asintió- Me llamo Anastasia.

-Qué lindo nombre, Anastasia.- sonrió.

-Muchas gracias.- noté como mis mejillas se tornaban rosadas. Joder, su sonrisa era la puta octava maravilla del mundo, ¿cómo no sonrojarme?

-Anastasia.- dijo el barista, anunciando que mi café estaba listo.

-Bueno, mi orden está lista.- le dije a Raúl.

-Seguro. Espero volverte a encontrar por aquí alguna vez.- dijo Raúl con una sonrisa en su rostro.

-Sí, igualmente.- dije regresándole la sonrisa.

Me alejé de Raúl, encaminada a la salida, y cuando estaba a punto de salir del establecimiento, escuché a Raúl gritar.

-¡Eh, Anastasia!- me giré a verlo.- Me he dado cuenta de algo.

-¿Ah sí? ¿De qué?- respondí desde mi lugar.

-De que no me has ofendido ni una vez en esta conversación. Éste es un avance para nosotros.- sonrió, y yo reí levemente.

-Jo, es cierto. Pues en ese caso, nos vemos luego, gilipollas.- dije mientras hacía un gesto de despedida con mi mano.

Raúl rió, y yo al fin salí del establecimiento. Al subirme al auto, miré al café, y pude ver que él seguía mirándome.

Never dreamed of this. [AuronPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora