Natalia la miro durante un segundo de manera tímida mientras se mordía el labio y después, sin decir nada más se metió en la cama con la otra.

Se taparon con las mantas y se colocaron de lado mirándose a través de la oscuridad y sin rozarse siquiera.
Estaban a apenas unos centímetros de distancia pero se sentían como kilómetros mientras se miraban a los ojos en silencio, sin saber que decir en realidad. 

Alba se dedicó a observarla entre la penumbra, sus ojos oscuros aun llenos de preocupación la miraban transmitiéndole tantas cosas que a veces incluso se ahogaba al no poder discernir cada uno de ellos, unos ojos en ese momento adornados con unas profundas ojeras similares a las que seguramente tenía ella misma.

Sin ni siquiera darse cuenta su mano se alargó hasta que con su pulgar rozó aquellas ojeras, como queriendo borrarlas con aquella caricia.

Natalia cerró los ojos ante el contacto durante un segundo y después volvió a mirarla, esta vez con más intensidad.

- Pareces cansada -susurró Alba mientras volvía a rozar la zona debajo de sus ojos.
- Tú también -respondió Natalia.
- Muchas cosas en la cabeza -respondió Alba de manera escueta.
- Lo sé.

¿Realmente lo sabía? Se preguntó Alba a sí misma.

-Desde la última gala estás rara. ¿Estás bien? -preguntó de repente Natalia intensificando su mirada, intentando captar cada una de las cosas que pasaban por su cabeza.

Alba automáticamente evitó esa mirada moviendo todo su cuerpo hasta colocarse boca arriba con una mano descansando bajo su cabeza.

Dirigió la mirada al techo y suspiró.

- Están pasando demasiadas cosas y no sé muy bien cómo gestionarlo todo supongo... -dijo no queriendo profundizar en el tema.
- Estoy aqui si necesitas hablar... -susurró Natalia frunciendo ligeramente el ceño al no haber podido discernir que le ocurría realmente- ¿Lo sabes, no? -indagó con algo de duda.
- Lo sé... -dijo tan bajo que no estaba segura que la otra lo hubiera escuchado.

Cerró los ojos intentando contener las emociones que la estaban desbordando.

¿Por qué tenía que ser tan buena con ella? Todo sería más fácil para ella si la otra no fuese tan.... ¿atenta? ¿amable? ¿maravillosa? ¿Todo eso y mucho más?

Sintió como Natalia se movió a su lado y de repente un brazo cruzó su vientre, una pierna se colocó sobre las suyas y una cabeza se apoyó en su pecho.

Su corazón golpeaba con fuerza contra su caja torácica sabiendo que Natalia podía sentirlo perfectamente. Se tensó automáticamente sin poder evitarlo.

- No voy a dejarte sola -escuchó que susurraba Natalia abrazándola con fuerza.

Soltó todo el aire que estaba guardando y las emociones ya fueron demasiado para ella.
Cuando la primera lagrima se deslizó por sus mejillas apretó los ojos y los labios con fuerza intentando contener el sollozo para que la otra no se diera cuenta, evidentemente fue inútil.
En cuanto Natalia sintió como su pecho subía y bajaba de manera errática alzó la mirada totalmente preocupada.

- Ey... -llevó la mano que estaba sobre su vientre hasta su rostro limpiándole las lágrimas ya derramadas- No pasa nada, todo está bien -dijo intentando tranquilizarla.

Alba simplemente negó con la cabeza y se tapó la cara con las manos, totalmente avergonzada por haberse desmoronado de esa manera.

- Alba. mírame - ordenó suavemente.

Lentamente retiró las manos de su rostro y la miró intentando contener aun los sollozos.

- Todo va a estar bien - le aseguró con total convicción Natalia.

Alba volvió a negar con la cabeza pero mantuvo la mirada en la otra.

- ¿Tú eres consciente de la cantidad de gente que te quiere ahí fuera? -murmuró Natalia mientras volvía a limpiar las lágrimas de su rostro con dulzura- En cuanto salgas lo vas a petar con tu música, estoy totalmente segura.

Alba no pudo evitar reírse ligeramente por una parte porque la otra tuviera tanta seguridad en que eso iba a ocurrir y por otra porque estaba totalmente equivocada con lo que le pasaba, pero era mejor así, así no tenía que explicar lo que no debía explicar.

Natalia sonrió también al ver que por lo menos se le había escapado una sonrisa a la otra.

- Y yo soy tu fan numero 1 ya te lo digo, que nadie me quite el puesto ¿eh? -bromeó.

Alba se rio aún más de las tonterías de la otra.

- Que tonta eres -dijo Alba ya más tranquila mientras se limpiaba los ojos con la mano como queriendo borrar todo rastro de sus lágrimas.

- Si te he hecho reír, merece la pena ser tonta -le dijo sonriéndole con cariño.

Alba la miró a los ojos con intensidad hasta que sin querer sus ojos se desviaron a sus labios durante un segundo pero rápidamente sacudió la cabeza alejando esos pensamientos de su mente.

-¿Te quedas a dormir conmigo y me abrazas? -preguntó con timidez.

Sabía que no podía besarla pero necesitaba por lo menos sentirla, por lo menos aquella noche.

- Por supuesto -dijo Natalia con seguridad.

La morena se incorporó levemente y posó sus labios en la mejilla de la otra, deteniéndose unos segundos más de lo necesario y después se separó.

Sus miradas se encontraron y Alba sintió como una electricidad recorría su cuerpo.

La estaba volviendo loca y lo peor es que la otra ni siquiera se daba cuenta.

La frustración la golpeó de repente e intentando evitar esos ojos y esa boca que hacía que su cabeza diese vueltas se giró dispuesta a dormir.

Cerró los ojos y rápidamente sintió como Natalia se pegaba a su cuerpo por detrás, presionando su cadera contra su trasero y su mano deslizándose por debajo de su camiseta acariciándole la cadera.

Su piel se erizó y se mordió el labio. Quizás no había sido tan buena idea dormir abrazadas, pero aun asi el sueño las acabó venciendo.

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Nota: Historia completamente de ficción en la que uso como personajes a dos personas reales. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Una habitación a oscurasWhere stories live. Discover now