Él

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Me llamo Marcos, tengo 17 años. Aunque me cueste admitirlo, soy muy pequeño para mi edad. Porque no me gusta ir de fiesta con mis amigos, y prefiero quedarme en casa haciendo lo poco que me gusta; dibujar. Desde que soy pequeño el arte forma parte de mi vida. Mi papá solía ser artista, pero un día desapareció sin dejar rastro. Desde ese entonces, mi madre se hace cargo de mí y de mi hermano menor, Julián que tiene 14 años. 

Mi padre se fue cuando tenía 8 años, y recuerdo muy poco de el. Apenas tengo una imagen suya, y el leve sonido de su voz dando vueltas a mi cabeza en sueños. Siempre pensaba que el único que me entendía, era el. Pero nunca comprendí por qué se fue. 

El único lugar que considero tranquilo y apartado de todo, es una playa. Se trata de la playa favorita de mi padre, la cual está cerca de casa. Solíamos ir allí todas las tardes y yo lo veía pintar. Estuve pensando en volver a ir después de todos estos años, aunque tengo el fuerte sentimiento de que me traerá malos recuerdos. Esa playa, de aguas cristalinas y palmeras verdes cual esmeraldas es el lugar donde mi padre conoció a mi madre. Supuestamente, todos los hombres del legado de mi padre conocerán a su amor verdadero ahí. Así como mi abuelo conoció a la abuela, y mi padre a mi madre. 

Una mañana de miércoles, me desperté de un sueño muy extraño que había tenido

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Una mañana de miércoles, me desperté de un sueño muy extraño que había tenido. Era sobre una chica, de ojos azules y cabello largo negro. Ella me miraba con una sonrisa, y la seguía a través de la playa. Su voz resonaba en mi cabeza como campanas, y no paraba de decirme

- Marcos! - Decía ella - ¡Vamos a casarnos! - 

Y de pronto, volví a la realidad. No había sido más que un sueño, pero no podía dejar de pensar en su voz. Era tan dulce, y tan suave, que me había dejado hipnotizado. Al despertar, su rostro no desaparecía de mi mente. Camino a la escuela, seguía pensando en aquella voz. Era muy extraño, porque suelo olvidarme de lo que sueño al despertar. 

Cuestión que al llegar, mi mejor amigo Simón estaba esperándome. Conocía a Simón desde la primaria, y había sido mi mejor amigo desde entonces. Simón sabe todo lo ocurrido con mi padre, y por eso nunca dudo antes de pedirle un consejo. Es como el mejor amigo que alguien podría desear. 

- ¿Estás bien? - Preguntó el  mientras caminábamos hacia las clases - Te ves raro, seguro dormiste bien? - 

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- ¿Estás bien? - Preguntó el  mientras caminábamos hacia las clases - Te ves raro, seguro dormiste bien? - 

- Estoy bien, estoy bien - Dije molesto - ¿Por qué estoy raro? - 

- Bueno porque te ves cansado - Sonrió el - ¿Estabas pensando en alguna chica? - 

- ¿EH? ¿Cómo sabías? - Pregunté impresionado. 

- Te conozco más que vos mismo - Volvió a reír Simón. 

Entramos a clases, y como siempre, me senté al lado de Simón. Las clases comenzaron como siempre, aburridas. Matemáticas, la materia que menos me gusta. Como siempre, empecé a pedirle las respuestas a Simón, quien también como siempre, me pasaba sus ejercicios. De pronto, volví a recordar el rostro de la chica y su voz. Estaba grabado en mi memoria. 

Las clases terminaron, y por fin me decidí de volver a la playa. Estaba seguro que lo haría. Extrañaba esa playa con mi vida, a pesar de las cosas que me hace recordar. Quiero ir para sacarme este lugar de mi cabeza. Así que cuando todos mis compañeros y el profesor se estaban yendo, me encaminé hacia la salida. 

Pero antes de que pudiera salir corriendo por la puerta, alguien sostuvo con fuerza mi mochila, lo cual hizo que yo me cayera al suelo

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Pero antes de que pudiera salir corriendo por la puerta, alguien sostuvo con fuerza mi mochila, lo cual hizo que yo me cayera al suelo. Voltee para ver qué había pasado, y me encontré a Axel y sus orangutanes, aquellos que siempre me maltratan, y me burlan por no ser como ellos. Axel me levantó del cuello de la camisa, y me lanzó con fuerza al suelo. Recibí un golpe en mi brazo izquierdo, el cual por suerte no uso para dibujar. 

Pero eso no era suficiente para Axel, ya que sus amigos comenzaron a patearme, y me quitaron mucho dinero que tenía para el colectivo hasta la playa. Lo necesitaba, realmente necesitaba recuperar mi dinero, pero estaba solo contra Axel y sus 3 amigos. Ellos reían, me gritaban, me pateaban y cuando ya habían transcurrido unos minutos, se fueron. Finalmente estaba solo, pero ya no tenía forma de ir a la playa y volver a casa antes de que anochezca. 

La única opción que me quedaba era caminar, y la playa estaba bastante lejos de la escuela. Así que ajusté los cordones de mis zapatillas y corrí. Corrí tan rápido como pude, y al cabo de una hora ya estaba en la playa. Sabía que tarde o temprano tendría que olvidar a la chica que vi en mi sueño, y decidí hacer un dibujo exacto de ella en la arena. Así que una vez hecho el retrato, miré el atardecer y luego volví a casa. Estaba muy orgulloso de mi dibujo, y me hubiese encantado mostrárselo a ella. 

Al tocar la puerta de casa, mi madre corrió a abrirme, y me dió una cachetada apenas me vió. No comprendía por qué lo había hecho. 

- ¿¡En dónde carajo estabas?! - Preguntó ella furiosa - ¡No sabía en dónde estabas! - 

- Pero mamá - Dije - Ya sabés que siempre regreso a casa, completo y a salvo - 

- ¿Y si te hubieran asesinado, secuestrado, robado o lo que sea? - Gritó ella, dejando caer lágrimas - ¡Vos y tu hermano son lo único que tengo! - 

- Pero mamá- Quise seguir, pero ella me interrumpió. 

- ¡Basta! - Interrumpió mi mamá - No quiero escuchar nada más, andá a tu cuarto - 

- Como quieras - Dije encogiéndome de hombros y subiendo las escaleras a mi habitación. 

Mi mamá siempre había sido una exagerada, pero sabía cuánto la quería. No tendría nunca el corazón de dejarla. Ni a ella, ni a mi hermano. A pesar de no llevarnos tan bien, son mi familia. Cuestión que a la hora de cenar, bajé con mucha lentitud, para no enfurecer a mi mamá más de lo que ya estaba. A ella le molestaba mucho que bajara corriendo las escaleras. 

- Ya está la comida - Dijo ella, sirviendo los platos - Voy a estar en mi cuarto - 

- ¿Otra vez el dolor de pecho? - Preguntó Julián - Hace cuánto te está pasando esto, mamá? - 

- No sé, no sé - Dijo ella, subiendo las escaleras - Si necesitan algo, pídanlo - 

Al terminar la cena, me fui a dormir. Cerré mis ojos, y caí en un sueño profundo. Esperaba reencontrarme con la chica de mis sueños otra vez. 

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⏰ Last updated: Nov 17, 2018 ⏰

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