Capítulo 8. Petición de un paciente.

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—¡Necesito que me cures!.

Harry estaba a mitad de camino de reunirse con sus padres, cuando alguien de pronto le exigió un tratamiento. No era la primera vez que ocurría y, mientras tenga ese contrato vinculado a él, no será la última. Era uno de los principales motivos por los que no le gustaba ser reconocido, no quería peticiones cada 5 minutos.

Cuando se giró a ver quien le pidió ayuda, se encontró con un rostro familiar, no era alguien que pudiera olvidar, y su rostro no significaba nada bueno. Era capaz de reconocerlo incluso ahora, sus rasgos, sus ojos, y su forma de moverse, lo reconocería incluso aunque cambiara por completo. Tom Riddle.

He de decir que solo faltaba una semana para que las clases en Hogwarts iniciaran, y de hecho Harry lleva esperando que algo así ocurriera. De hecho llevaba años esperando a ver un movimiento en su contra por parte de Voldemort, pero sus padres lo cuidaban demasiado para que se diera la oportunidad. Al parecer hoy el mago oscuro mismo estaba aquí.

—¿Puede seguirme a la habitación?. —Harry señalo con su dedo una de las consultas vacías. No era la primera vez que alguien lo interceptó en San Mugo antes o después de una consulta, y ya sabía cómo proceder.

Esperaba que fuera una prueba, trampa o algo similar. Aunque la petición para curarlo era completamente real. Ese maldito contrato le protegía de falsas peticiones, y esa cosa molesta en su cabeza sólo se activaba con una petición real.

Entró en la sala y esperó hasta que Voldemort lo siguió a la habitación. Ya que el mago no había hecho nada llamativo, no iba a actuar enloquecido. No, va a hacer esto de forma normal, como uno más de sus pacientes. Como bien había dicho, no era la primera vez tratando a una persona fuera de las asignadas.

—¿Puede decirme cuales son sus síntomas, señor?.
—Sí. Mareo y dolor constante de cuerpo.
—¿Es algo que lleva un tiempo ocurriendo?.
—No. A lo mucho una semana.

Harry lanzó preguntas de rutina como parte del protocolo que le enseñaron. En realidad ya sabía que es lo que tenía Voldemort. Una simple gripe. Al parecer Voldemort se había enfermado de cualquier cosa con tal de asegurarse de activar esa parte de su contrato que lo obliga a curar a las personas.

Siempre había hecho creer a las personas que era capaz de diagnosticar con sólo verlas, de alguna forma era cierto. Pero aun así los sanadores lo obligan a recitar una serie de preguntas para colocar en los informes. En cualquier caso, aunque escribiera un informe estaba convencido de que el mago lo eliminaría después.

Entonces Harry se olvidó por completo de rellenar el informe y sólo hizo sus preguntas de rutina.

—Parece que sólo tiene un resfriado común, lo trataré en un instante.

Iba a lucirse mostrando su magia de curación y esperar a ver qué decidía después el hombre de cómo actuar contra Harry. Si Harry aprovechaba esta interacción para inspeccionar el cuerpo de Voldemort en busca de debilidades, era un cambio justo. Extendió su mano y empezó un canto, una luz verde salió de sus dedos y empezó con su tratamiento. Pero un minuto después de empezar, su magia de pronto se detuvo y Harry abrió los ojos sorprendido. Ni siquiera tuvo que fingir la sorpresa.

—Es-eso es. —tartamudeó sin pensarlo.

Su magia fue rechazada por el cuerpo del mago, no que éste fuera consciente del hecho. Había sido su propia magia la que le estaba advirtiendo. Era como si gritara; “El mago al frente está enfermo”.

¿Cuál era la diferencia entre esto y lo normal?. Solo el hecho de que al parecer la vida del paciente estaba en juego. Era el efecto secundario del contrato, su magia se detenía si no administraba un correcto tratamiento cuando puede hacerlo. ¿De que puede estar tan enfermo el mago oscuro como para que lo estuviera matando?. Sencillo, su alma.

El niño de la destrucción.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant