Quince con setenta II

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Un caballero subido en un tren
Quiere a su casa llegar
A pesar de estar entre tantos
Siente gran soledad.

Tiene aquellas cosas soñadas
Por la mayoría de las gentes
Un cómodo y estable trabajo,
Y una casa bastante decente.

No usa más de la mitad del sueldo
Así lo gaste en innecesarias cosas,
Pero ese vacío que siente en su vida
Quizás lo llene cuando tenga esposa.

Al estar con mujeres por placer
Se siente bastante contento
Disfruta a plenitud lo que hacen
Pero solo dura un momento.

Al concluir su actividad amorosa
Siente gran tristeza dentro de sí
No quiere compañía de una noche,
Sino a alguien que esté siempre ahí.

Ahora tiene la oportunidad de cambiar
Aquella vida de rutina y aburrimiento,
La cual, aunque está acostumbrado,
Le es solamente pesar y sufrimiento.

La mujer del restaurante está a su lado,
Sus manos están de nervios sudadas,
Su temperatura corporal aumenta,
Pero el continúa sin decir nada.

Le faltan dos minutos para su parada
Y con ella hablar decide
Este es el momento oportuno
Porque ya nada se lo impide.

La mujer al fin se da cuenta
De quién es que está a su lado
Su oportunidad resucita
La que pensó se había esfumado.

Él levanta la mirada hacia ella
Y ella la levanta hacia él
Y justo cuando van a hablar
Alguien dice: "hola Daniel".

Es un viejo amigo
Que aparece y lo saluda
No pudo realizar una
Aparición más inoportuna.

¿CONTINUARÁ?

Inspiraciones poéticasWhere stories live. Discover now