Y torpes.

Pero Izuku estaba realmente feliz, muy feliz. Era la sencillez y locura de amar y ser amado.

Y aquella sería su última cita del mes.

Las próximas debían ser planeadas con anticipación y con calma, no podían actuar tontamente y distraerse de sus responsabilidades o se meterían en serios problemas. Aizawa se los advirtió, no debían andar por ahí como un par de adolescentes hormonados y épicamente enamorados, aún eran rivales y debían seguir con sus sueños.

Notó a la distancia el cabello bicolor de su novio y se apresuró en llegar hasta él. Shoto traía un abrigo oscuro y una bufanda que cubría hasta por debajo de su nariz, aún con un atuendo tan sencillo la gente se le quedaba mirando e Izuku podía comprenderlo, ahora mismo podría irse de cara al suelo solo por estar admirando el perfil de su gatito.

Sonrió ampliamente cuando sus miradas chocaron.

Frenó en seco y apoyó sus manos en sus rodillas, su pecho subía y bajaba con fuerza, intentando regular su respiración.

— ¡Hola...! Um... s-siento la tardanza —balbuceó quitando su flequillo de sus ojos. Shoto le respondió con una pequeña sonrisa o eso supuso ya que la bufanda cubría su boca pero sus ojos se achinaban en los costados—. ¿Te hice esperar?

—No, descuida. —Izuku suspiró aliviado cuando la voz de terciopelo repercutió en sus oídos. Intentó en vano controlar su sonrojo tomando lugar en la banca junto a Shoto—. ¿Qué tal tu madre?

— ¡B-Bien! Y-Ya sabes, se siente un poco solitaria por lo del dormitorio y estuvo comentando todo lo que ha sucedido en el vecindario... oh, pero también insistió bastante tiempo en volver a verte —murmuró con rapidez, sonrojado por la vergüenza.

— ¿Crees que quiera mi cabeza por quitarle su hijo? —Shoto preguntó con total seriedad, Izuku bufó.

—No comiences con el beso que te di cuando pensé que eras un gato, Shochan. —Izuku frunció sus labios—. No fue culpa de nadie, olvídalo ya.

—No voy a olvidarlo, es como olvidar lo que sucedió con la camisa.

— ¡Detente ya con la camisa!

Shoto volteó a verle, bajando la bufanda hasta su cuello y sonriendo un poco.

—En ese caso, Izuku, cariño. ¿Qué traes puesto?

Sintió el calor desbordar por su rostro tanto por el apodo como por la pregunta. Rápidamente subió la cremallera de su chaqueta hasta el tope, cubriendo cualquier prenda que estuviera por debajo.

— ¡Nada! ¡Digo, algo! ¡Traigo puesto algo, n-no tiene importancia!

No llevaba la camisa negra que ahora era el fantasma de su vergüenza. Pero si traía una de las playeras manga larga de Shoto. ¡No era su culpa! La mayoría de ropa que poseía Shoto era puro algodón suavecito... y olía a su perfume... y era de Shoto... ¡Demonios!

Un pequeño maullido llamó su atención y le sacó de sus profundos pensamientos hacia el guardarropa de su novio. Guiando su mirar hacia el regazo de Todoroki, un pequeño felino se restregaba contra su mano izquierda claramente gustoso.

—Oh...

—Parece que le agrado. —Shoto sonrió e Izuku casi consiguió diabetes grado cinco... de ser posible.

Midoriya comenzaba a creer que Todoroki conservaba secuelas del quirk felino. Ahora los gatos tenían un apego extraño con él, durante las raras ocasiones en que hacía muecas, arrugaba un poco la nariz e incluso, a veces podía oírle ronronear. Aún no sabía si llevarle con Recovery Girl, no era un problema de que preocuparse (y se le hacía lindo que emitiera ese leve sonido por sus caricias).

• Neko • [TodoDeku]Where stories live. Discover now