Sueños

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Habían pasado ya un par de horas y la familia estaba ahora en casa. Los padres no paraban de mirar y jugar con su pequeño nuevo hijo, haciendo caras y voces diferentes para hacerle reír.

-Mi pequeño Veder... -Dijo la madre, orgullosa de tener al pequeño en sus manos.

-No entiendo por qué le pusiste un nombre tan taro -Dijo el padre, mirándola con una expresión un poco seria.

-Bueno, así, cuando crezca, su nombre será inconfundible. -Dijo ella, con una sonrisa en los labios, haciéndole caricias en las mejillas a su pequeño.

La casa ya había sido ajustada para las necesidades del pequeño. Por todos lados había juguetes, almohadas, cobijas y trastos para darle de comer al pequeño.
Todo era felicidad y risas por el momento, pero los padres estaban concientes de que cuidar a un hijo no sería tan fácil.

Tal como lo predijeron, las noches siguientes eran bastante agotadoras. El bebé lloraba a lo largo de todo el día, incluyendo por las madrugadas para pedir comida o que lo cambiaran, pues se había hecho del baño. Nunca se calmaba hasta que su madre llegaba a consolarlo.
Noche tras noche, la misma historia, siempre sin poder dormir.

Gran sorpresa se llevó la madre, cuando aproximadamente a los diez días de nacido, su hijo lloraba por la madrugada, aproximadamente a las dos de la mañana y en el momento en que ella iba a levantarse para calmarlo, su llanto se detuvo, siendo sustituido por risas. Esto se le hizo bastante extraño, así que fue a ver que sucedía. Lo que vio al entrar, la tranquilizó un poco. El pequeño tenía los ojos cerrados y sus pequeñas manos extendidas, como si soñara algo que le gustaba, pero un par de minutos después, algo pareció asustarle o incomodarle, haciendo que volviera al llanto y la joven madre tuviera que intervenir, cargándolo y arrullándolo para que se tranquilizara.

Esto hubiera pasado desapercibido, si no fuera porque cada diez días exactos, a la misma hora, este suceso volvía ocurrir.
Esto estuvo ocurriendo aproximadamente por tres meses, hasta que un día, el pequeño finalmente dejó de hacerlo. Nunca se conoció la verdadera razón de por qué hacía esto o que soñaba durante esos días como para hacerlo llorar, reír y volver a llorar en momentos exactos de la madrugada.

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