Después de mostrarles mis habilidades a los D'Angelo y entrenar un poco más, Nathaniel y yo caminamos por es bosque; su mano estaba entrelazada con la mía y no podía dejar de sonreír. Estaba enamorada y tenía que disfrutarlo al máximo porque nunca se sabe cuanto durarán esos momentos de felicidad plena.
-- ¿En que piensas? -- preguntó mientras se sentaba en el suelo y recostaba la espalda en un tronco, yo me senté entre sus piernas y recoste mi espalda en su pecho, sus brazos me envolvieron y besó un costado de mi cabeza.
-- Tengo tantas cosas en la mente ahora mismo que no se cuál de todas mencionar primero.
-- Empieza por lo que más te preocupa -- susurró en mi oreja y dio un suave beso bajo ella -- Y así dejamos para el final las cosas buenas y recuperamos el buen momento ¿Te parece?
-- Lo que más me preocupa ahora mismo eres tú -- sus brazos se apretaron a mi alrededor y yo reí -- Pero porque creo que te cambiaron porque tu no eres tan tierno nunca.
-- Oh por favor -- el río y yo cerré los ojos, nunca había creído eso que escribían de que una risa sonaba sexy o músical, pero en ese momento lo había comprobado, porque su risa ronca y baja sonaba muy sexy y músical, todo mi cuerpo se estremeció con su risa.
-- Me preocupa mucho no poder vencer a Alexander, me preocupa que éste preparándose para atacarnos, él tiene años de expeciencia controlando sus habilidades; yo... tengo miedo.
-- Es normal tener un poco de miedo, hace muy poco descubriste la existencia de los ángeles y conociste lo malvados que podemos ser, viste y sentiste de primera mano lo que es ser atacado por alguien violento pero ten en cuenta que también hay ángeles buenos, cómo Thomas.
Nathaniel se incluía entre los ángeles malvados y a su hermano lo ponía entre los buenos, eso me entristecia, para mi él era bueno.
-- Tú eres uno de los buenos, si no lo fueras no estarías ahora en casa de tu hermano conviviendo con su esposa e hijos -- el besó mi cabeza y puso sus manos sobre las mías.
-- Intento ser bueno, quiero que Thomas se sienta orgulloso de mi, que vea en mí lo que yo veo en él -- se quedó en silencio un momento y luego mordió el lóbulo de mi oreja -- ¿Que más piensas?
-- Tengo mucha curiosidad sobre el porque intentaste matar a Dennise.
-- Bueno... en eso días conocía muy pocas cosas acerca de las gemas, sólo los guardianes que habían leído el diario de los Cavaliers sabían lo que era y lo que representaban, Thomas era uno de esos guardianes, un ángel destacado desde niño, buen luchador, buen pensador, una persona justa -- respiró hondo y continuó -- En cambió yo... no sabía nada, siempre era excluido, Alexander me envenenaba, me decía que yo debería ser un arcángel guardián en vez de Thomas y mi padre con su actitud reafirmaba sus palabras, me decía que era el mayor, que era el primogénito y que debía ser yo quién estuviera a cargo de una gema, que estaba decepcionado, todo eso me llevó a cultivar un odio hacia mi hermano menor, poco a poco iba creciendo la rabia, la envidia; aunque detrás de todos esos horribles sentimientos me sentia orgulloso, orgulloso de los logros de mi hermano menor y desde niño siempre quise protegerlo, por eso cuando mi padre nos ponía a pelear perdía a propósito, yo era más grande y resistiria mejor los castigos de nuestro padre. Después de un tiempo a él le dieron la misión de encontrar la gema y cuando lo hizo empezaron a decirme que ella iba a hacerle daño, que las gemas podían matar ángeles y que ella planeaba hacerlo, me metieron en la cabeza la idea de que tenía que acabar con ella y lo intenté, no podía permitir que dañara a mi hermano.
Todo lo que me decía era tan impactante, doloroso y en la forma que hablaba se podía sentir la tristeza que tenía todavía por haber albergado esos sentimientos en su corazón. Yo tenia razon cuando le habia dicho a Thomas que Nathaniel estaba arrepentido.
-- Ahora quieres hacer las cosas bien -- él hizo un ruido en respuesta, estaba claro que no quería hablar mas de la situación con su hermano, asi que lo deje asi -- Y... ¿Cómo saliste del infierno? Estabas ahi ¿Cierto?
-- Esa... es una historia larga y aburrida que te contaré después.
-- Después ¿Cuando? -- él beso mi mejilla, luego mi cuello y hombro.
-- Cuando seamos ancianos y no tengamos nada más que hacer además de hablar y contarnos historias del pasado.
-- Me estas jodiendo ¿Verdad? -- él río y metió las manos bajo mi camisa con la intención de distraerme.
Y tengo que decirlo... era una buena distracción.
A partir de ese momento la situación cambió, sus manos tocando mi piel desnuda me hacían olvidar todos esos pensamientos que estaban agobiandome y mi atención se concentraba en su toque, en lo suaves que acariciaba mi abdomen con sus dedos.
-- Ahora dime que cosas agradables se cruzan por tu mente -- susurró y dio un pequeño mordisco en mi cuello.
-- ¿Además de todo lo que estas haciendo?
-- Si, además de todo eso -- subió sus manos casi hasta mis senos y suspire.
-- Pienso en lo enamorada que estoy de ti y en que a mi corazón no le interesa si eres bueno o malo...
-- Eso es agradable de escuchar -- subió del todo las manos y esa vez si llegó hasta mis senos, yo me tense y él bajo las manos de nuevo -- ¿Muy rápido?
-- Si... bastante -- mi voz salio baja y temblorosa, él sacó las manos de mi camisa y me abrazó.
-- No te preocupes hija del fuego, no voy a presionarte -- besó mi mejilla -- Tu tienes las riendas, eres la jefe.
-- Me alegra saber eso, eres muy dulce.
-- Lo intentó Ahyleen, creeme que lo intento.
Y lo hacía muy bien porque a pesar de lo que acababa de pasar no me sentía incómoda. Él me dejó tener el mando, yo era quien decidía hasta donde lo dejaba llegar.
Era agadable.
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¡Se nos calentó wattpad señores!
Espero les haya gustado el capitulo... no diré nada más.¡Los amo!
-Francy