Sus pensamientos estaban totalmente enfocados en algo saber dónde estaba Ron de manera exacta & saber que estaba bien. Nadie sospechaba que los mortifagos lo tenían cautivo & medio muerto en el sótano de su mansión, atado de manos & pies & para impedir que se desapareciera, el sótano había sido neutralizado en contra de todo hechizo que no se efectuara por medio de una varita. Némesis & Renner estaban disfrutando de las torturas que le proporcionaban a Ron, después de todo, era el modo más fiable de comenzar a torturar a Hermione & que Némesis comenzara su venganza.
Una tarde lluviosa, Némesis se dedicó a bajar a ver a Ron, quien estaba haciendo mucho ruido nuevamente, al llegar vio al pelirrojo sangrando de las muñecas.
-Si vas a morir, no será desangrado- Le dijo Némesis a Ron, lo que hizo que él se tranquilizara un poco, lo que no duro mucho. -Yo voy a matarte-.
-Déjame morir entonces- Dijo Ron. -Parecerá una desesperada medida, un suicidio...-.
-¿No entiendes que tú eres el punto clave de mi venganza?- Pregunto Némesis, apartando el mechón pelirrojo de la cara del chico.
-¿Punto clave?- Pregunto Ron. -¿Qué pretendes? No lastimes a nadie, mátame a mí si es necesario-.
-& lo hare. De eso no tengas dudas- Dijo Némesis. -Tengo una cuenta pendiente con tu madre que pronto será saldada-.
La incredulidad de la cara de Ron lo hacía palidecer aún más, sus ojos se desorbitaron & cayó al suelo desmayado. Némesis sonrió al ver el cuerpo del chico en el suelo & se acercó a su oreja.
-No te preocupes- Susurró Némesis. -No la mataré a ella... Te matare a ti...-.
Las palabras resonaban en la cabeza de Ron, a pesar de estar inconsciente, entendía cada palabra & su piel se estremecía con solo pensar en su destino final. La hermosa mujer salió del sótano caminando como siempre, consiente del daño emocional que había causado en el chico.
Renner la miro sonreír cuando salió del sótano, una sonrisa que no podía verse en el rostro de Némesis muy a menudo, una cara que enfrascaba muchos sentimientos en uno, el odio, el rencor, la satisfacción de un trabajo bien hecho era lo que hacía que Némesis se sintiera feliz, una extraña manera de sentirse feliz... La venganza estaba por comenzar.
Pasaron dos meses para que el Ministerio descubriera que Ron había sido secuestrado por un grupo de mortifagos; aunque ahora su mayor preocupación era el salvarlo, ya que, en manos de tan despiadadas personas, temían a diario recibir malas noticias. Todos habían regresado a trabajar al Ministerio, Hermione estaba a un mes & medio de dar a luz & Luna permanecía casi inmóvil porque el cualquier momento llegaría la hora de dar a luz.
La tarde que el ministerio tenía una cuadrilla de aurores lista para partir a la misión del rescate de Ron, Hermione recibió la llamada de Molly.
-Hermione, tienes una llamada- Dijo Vivian. -Es la Sra. Weasley, parece un poco nerviosa-.
Hermione tomo su teléfono & contesto la llamada esperando recibir la peor de las noticias.
-Hola Molly- Saludo Hermione para aligerar un poco la presión & el nerviosismo.
-Hermione, tienen que ir a San Mungo- Decía Molly nerviosa. -Luna entro en labor de parto, tenemos que irnos no hay tiempo que perder...-.
Hermione se quedó sin habla & colgó el teléfono, al mirar por la ventana, noto que atardecía & llamo a Vivian para que esta le llamara a Harry & a Draco. La secretaria prácticamente corrió mientras un auror más llamaba a Neville quien estaba en entrenamiento de auror, para avisarle que su esposa estaba por dar a luz. Cuando los tres chicos llegaron a la oficina de Hermione, ella estaba lista para salir, sus papeles estaban acomodados en dos portafolios, uno que tomo Harry & otro que tomo Draco. Caminaron por el largo pasillo que los llevaría al traslador & desaparecieron por unos segundos para aparecer nuevamente juntos en la recepción del hospital donde preguntaron qué habitación ocuparía la chica; después de recibir instrucciones, Neville corrió hacia la habitación que le dijeron & encontró a Molly & a Ginny sentadas en un sofá blanco.
