6 : Recuerdos.

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Hace 2 años y medio.

Abrazaba con fuerza aquel oso de felpa mientras mi mirada estaba clavada en la ventana que estaba siendo azotada por el viento. Inconscientemente sonreí amaba el frío. Me encantaba el invierno. Pasaban las 12:00 a.m debía dormir en pocas horas iría al colegio. Nunca me agrado ir a la escuela, pero cuando llegaba a esa institución algo en mi cambiaba una sonrisa se dibujaba en mi rostro y nada podía borrarla, me gusta hacer feliz a otros contagiarlos de mi alegría.

05:00 a.m demasiado tarde. Vivo en el estado de México y tengo que transportarme a la CDMX. Siento como si estuviera del otro lado del planeta.

El corazón me duele si tan solo hubiera sabido que me preparaba el destino. Lo hubiera cambiado, pero el hubiera no existe. Tantas cosas que quise decirle a mi madre antes de irme, a mis hermanos. A mi familia tan solo un "adiós" Era suficiente para mi.

7:00 a.m

La combi no se movía de Guelatao o eso era lo que yo pensaba, el tráfico insoportable y yo desesperada por que aun no llegaba a la preparatoria. Suspire pesadamente esperando con un poco más de paciencia. 7:50 a.m por fin había salido de Guelatao, pero la combi me dejo Canal de San Juan. No supe la razón. La gente actuaba extraño, a lo lejos veía como corrían algunos. A decir verdad había muy pocas personas lo cual era extraño.

Me arrepentí de tomar esa decisión, llegue a Jardines Pedregal, gracias a una señora supe lo que pasaba no perdí más tiempo y empece apresar el paso debía volver a mi casa. Sin embargo esta vez no corrí con suerte como aquellas veces.

Mi respiración era agitada no paraba de temblar, el pánico se apoderaba de mí cada vez. Escuche el sonido del automóvil cuando freno en ese momento sabía que era mi fin. Por más que corría; Él me alcanzo sentí un trapo mojado con un olor fuerte en mi naríz y boca evitando que respirara.

Cuando desperté estaba atada de manos y piernas. Tenía cinta adhesiva en mis labio impidiendo que hablara. Mis lagrimas empezaron a caer por sí solas no entendía nada. ¿Por qué a mi? No sabia donde estaba ni el motivo. Estuve horas en aquella habitación que apenas era alumbrada por un foco que en cualquier momento dejaría de funcionar. La habitación olía a humedad. El escenario era asqueroso, pero eso no me importaba solamente quería salir corriendo. Lo cual nunca pasó aquel hombre con arrugas en su rostro y canas visibles en su melena de león negra como la noche. Calculo que a de tener unos 45 años me habló con voz firme e incómoda causandome un escalofrío por todo mi cuerpo.

- Se que estás confundida y tienes miedo. Tu mirada me lo dice, pero no podrás salir de aquí. - Su rostro estaba a pocos centímetros del mío, me intimidaba esa sonrisa. - Salí en busca de cobre y encontré oro. No te preocupes me hare cargo que tú virginidad valga la pena.

En ese momento las lágrimas empezaron a salir negaba consecutivamente, no quería ser vendida. Aquel hombre solo rió y salió de la habitación dejándome sola. Esa noche fue la más larga de mi vida.

No sé en que momento caí dormida, pero cuando desperté estaba en una oficina de color vino, seguía inmovilizada esta vez me encontraba en el azulejo frío de color negro. Mis ojos empezaron a buscar a alguien o algo desesperadamente, frenaron al escuchar el rechinido de la puerta de nuevo aquel hombre, pero esta vez estaba siendo acompañado por otro el cual sonreía ladino. El chasqueo los dedos tan pronto fui levantada del azulejo por dos hombres de traje con bolsas en la cabeza.

- ¿Ella? -Preguntó aquel hombre que acababa de conocer a simple vista.-

- Es virgen y lo vale. Ahora los billetes y es toda tuya. - Odio este momento tan crudo, seguí negando rogando un poco de compasión por mi.

Los peores escenarios posibles cruzaban por mi mente. Aquel hombre elegante le entregó un par de billetes tan pronto este los recibió fui arrojada al comprador como si fuera un trapo. En aquel entonces no tenía valor alguno para ellos simplemente era un objeto.

Te preguntarás ¿Qué pasó después? Sencillo no solo vendió mi virginidad, si no también me vendió a un hombre que no conocía de rasgos occidentales. Admito que no fue lo que esperaba aquel hombre era un enfermo mental. Él tenía una idea muy loca quería usarme como un juguete sexual. En aquel entonces tenía tan solo 15 años. Todo empeoraba con el tiempo ese hombre me obligó hacer parte de una idea retorcida empezó a comprar personas en diferentes prostíbulos. Cuando tuvo alrededor de 10 personas lanzó su agencia de música. Creí que solo me explotaría que equivocada estaba en ese entonces. Ese hombre sin corazón alguno. Me arrebato mi inocencia de la manera más cruel como si no fuera suficiente un video grabo. No fui la única a los otros 9 les hizo lo mismo. Esa era nuestra condena el nos amenazó de publicarlo y asesinarnos. Ese fue el peor error que cometimos dimos inicio a una cadena de sufrimiento.

Actualidad...

Babette la nueva chica de 19 años. Una joven de tez morena con rizos que le llegan a la cadera de buen cuerpo. Sin embargo tiene un cara de dolor ella acaba de salir de la oficina de ese asqueroso. Aunque quiera ayudarla no puedo. Ni siquiera es capaz de mantenerse en pie tiene sangre por sus piernas y en su falda blanca.

Ella me ve, le sonrió falsamente alejándome del escenario. Ninguno de nosotros pedimos estar aquí y sin embargo aquí estamos sufriendo. Miro el cielo recordando quien era y mi error. Los errores nos marcan nos dejan un aprendizaje, pero ¿Qué aprendizaje me deja esto? ¿¡QUÉ HICIMOS MAL!? Me gritó internamente sin recibir respuesta de mi conciente.

Nuestra vida fue cambiada para que el no corriera riesgo, yo deje de ser Alizee, ahora soy "Laia" Mil veces hubiera preferido morir en un asaltó prefiero la muerte. Que vivir este infierno. Es un dolor que no quiero seguir soportando, estoy destruida físicamente, mental y emocionalmente. Ahora soy un maniquí no tengo vida. Por más que respire y mi corazón palpite.

Afsuski Dekabr [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora