CAPÍTULO 4✔

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CAPÍTULO 4
ANA SOFÍA:

Mis párpados se sienten pesados, trato de abrir mis ojos pero no puedo, el impacto de la luz hace que me ardan, así que espere varios minutos antes de abrirlos completamente, me senté en la cama. Todo fue un sueño...—pensé, estaba en mí cuarto sola como todos los días. Baje a la planta baja de casa un poco desorientada, pero cuando llegaba a la cocina escuche risas, me oculte detrás de un modular.

—Pero eso paso luego de que Jeremy hiciera el berrinche—dijo Camila riendo, al igual que los demás. Entonces no fue un sueño, es real, mí padre es de la realeza española al igual que toda mí familia.

Los observe como reían unos minutos más, todos se veían felices, es más puedo decir sin equivocarme que jamás vi a mí madre tan feliz como ahora, entonces debería estar feliz también pero no puedo, solo tengo ganas de llorar por todo.

Unas lagrimas salieron, me di la vuelta, volví a mi habitación, después de todo ellos estaban felices sin mi, reían cual focas epilépticas mientras estaba en cama, entonces todo lo que me dijeron hace unos momentos era cierto, siempre fui una princesa, una la cual no sabía que lo era, a la cual siempre discriminaron, maltrataron, e hicieron llorar en repetidas ocasiones, odio tanto esto...

Mi mayor sueño siempre fue derrotar a la monarquía, era algo por lo cual vivía, ¿pero ahora? ¿Cómo eliminar a la realeza, siendo que mí familia forma parte de ella?, mi peor pesadilla se hizo realidad.
El rechinido de la puerta abriéndose me hizo sobresaltar, fingí dormir aún, los murmullos se oían levemente, sentí como alguien se sentó a mi lado y los otros me observaban.

—La conozco tan bien—comentó Eduard, acariciando levemente mí cabeza.

—tenéis suerte hermano, en cambio yo hubiese querido verla crecer, cuidarla como lo hice en su momento con ustedes pero...—no término de hablar Jeremy, por que el llanto le ganó.

—No es suerte fue lo único bueno que tuve, en cambio tú Jeremy creciste con papá, y muchos lujos, nosotros no—se escuchaba claramente el tono molesto se Eduard, Jeremy dio un suspiro.

—La verdad es que nadie de nosotros tres tuvo suerte— habló Camila—Jeremy vivió sin mamá y bajo la gran presión de ser el heredero, Eduard y yo vivimos un calvario solos, pero Ana, ella vivió feliz sin presiones al lado de mamá una vida normal, como la que todos quisiéramos tener, ella es la única que vivió feliz a costa de nuestro sufrimiento.

—Pero ella no lo decidió así… fue mamá—aclaró Eduard.

—¿Nuestra madre me separó de la familia adrede?—pregunte abriendo los ojos.

Los tres me miraron de manera nerviosa, más nadie contestó mí pregunta, Camila solo cometo un “Habla con ella”, y se fue de mí cuarto junto con Jeremy, dejándome sola con Eduard.

—Ana… ¿sabes que no es el fin del mundo verdad?
Asentí con la cabeza pero no era lo que realmente sentía.

—Tú eres muy fuerte y valiente, por eso te amo, ahora levántate de esa cama y ve a enfrentarlos, se que hallaras respuestas a todas tus preguntas…—me alentó dándome una sonrisa.

—Te amo también Ed, eres el mejor hermano del mundo—declaré y lo fundí en un abrazo corto.
Baje con Eduard a la sala donde ese señor y mi madre se encontraban ambos estaban abrazados sobre el sofá, se veían realmente tiernos ahí, sin darme cuenta me había quedado parada observándolos y reaccione cuando mí madre se separó del que dice ser mí padre.

—Hija despertaste…¿Estas bien? ¿Te duele algo?—mí madre me inspeccionó de pies a cabeza buscando alguna herida o algo que me doliera.

—Estoy bien mamá—blanquee los ojos—solo quiero que me expliques todo…

—¿Estas segura que estas bien? Porque la explicación puede esperar hasta después que venga el doctor—dijo mí madre rápidamente.

—No, estoy bien solo quiero escucharlos para poder irme a dormir porque estoy cansada—explique.
Mamá dio un suspiro profundo antes de mirarme cabizbaja.

—Bien, te contaré la situación… hace veinte años, tú abuelo que en ese entonces era el rey de España convenció a los demás países con parlamento para que se creara un decreto, ese decreto consistía en que solo los sucesores directos debían vivir en Palacio—empezó a sollozar—lo hizo porque él odiaba mucho a su medio hermano y quería eliminarlo por completo de su casa, pero no pensó en las consecuencias, varias familias se separaron por ese decreto, pero él ya nada podía hacer, cuando se llevaron a Camila y Eduard pensé que te llevarían a ti más pero no fue así, me dieron un año más para que te cuidara…

Su voz quebró, por lo que paro de hablar, agradecí que lo hiciera porque era demasiada información por el momento, porque ya tenía una idea clara de como sucedió todo.

—Fue cuando decidimos hacer algo al respecto—continuó “mí padre”—en ese entonces yo tenía una buena comunicación con el Rey de este país y fue cuando ideamos algo, a cambio de un trato…

—¿Qué trato? —pregunte.

Entonces el silencio se hizo presente...

Nota:

¿Les da emoción leer la historia?

Sinceramente a mi me dio mucho placer reescribirla tres veces, porque siempre hallaba alguna incoherencia... Esperemos que no lo reescriba otra vez.

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‡Os quiero un montón Dina‡

¡SOY UNA PRINCESA!Where stories live. Discover now