Capitulo 1 Nuestro primer encuentro

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Hubo un tiempo en el que viví en las sombras observando al mundo humano.

Desde que tengo uso de razón siempre me pregunte qué era lo que ellos poseían que llamaba la atención de las criaturas de las otras esferas. Pero mi respuesta no fue contestada durante mis primeros 119 años de vida...
Mi nombre es Yukeiki y soy descendiente de la Tribu del Conocimiento mejor conocida como los Ret's y he de contarles como conocí a la única criatura que respondió a aquella pregunta que por tanto tiempo asolo mi mente.
Si se preguntan quienes somos los Ret's les diré lo mismo que podrán encontrar en cualquier encuadernado, incluso en el mismísimo Libro de los Héroes.
Históricamente los Ret's fuimos hechos por el señor Creador con el fin de ser los guardianes del Conocimiento de todas las cosas.
Los Ret's vieron la evolución de la Madre Tierra desde su nacimiento hasta su juventud cuando los elementales eran capaces de caminar libremente por todas las esferas incluyendo la que años después seria territorio de los humanos.
Mi especie fue testigo del nacer y el desarrollo de todas las criaturas concebidas por los señores elementales.
Fue una gran época de plenitud y armonía hasta que el Hijo Podrido rompió aquel balance con el asesinato no solo de los suyos sino también de los nuestros.
Públicamente la raza de los Ret's fue liquidada tras su reinado, sin embargo pocos sobrevivientes lograron permanecer ocultos, entre ellos estaba el fundador de mi familia el Gran Abuelo Wobniar
Tal como dije, oficialmente para la mayoría de las criaturas elementales nosotros estamos extintos.
Pero para los pocos como tú que han escuchado sobre nuestra raza saben que de no ser por mí tátara abuelo quizás hubiésemos permanecido en la oscuridad y el miedo.
Sin no conoces la historia de Wobniar y la Señora de los Lagos ahora la has de escuchar.
Bien se cuenta desde el norte helado hasta las islas soleadas como fue que los Ret's logramos resurgir de nuestras cenizas como los fénix rojos y azules que alzan el vuelo cada mañana cuando el sol nos trae el día.
Sin embargo ahora escucharas la versión del propio descendiente de Wobniar como fue que logramos caminar nuevamente en la tierra y las demás esferas.
Tal como mencione Wobniar fue quien lídereo a los sobrevivientes durante la época de oscuridad, guio a aquellos que escaparon a la ira del Hijo Podrido directo a las entrañas de la tierra y vivieron bajo esta en compañía de los basiliscos y las criaturas de los abismos durante algunos siglos.
Dentro de la tierra era difícil saber si el día o la noche se encontraban en el cielo.
Así que con ayuda de los basiliscos crearon una metrópoli subterránea, que prospero durante varios años sin embargo muchos de los sobrevivientes se habían acostumbrado a la oscuridad al igual que los vampiros haciendo imposible la recolección de alimentos lo cual provocaba varias disputas entre los miembros del clan.
Wobniar sabía que no podían quedarse bajo tierra por siempre pues al igual que muchos seres vivos requerían de la estimulación de luz solar y moverse con libertad mientras sentían el pasto bajo sus pies y conseguir sus alimentos, así que luego de mucho meditar decidió reunir a un grupo de exploración que subiera a la superficie para traer consigo los víveres necesarios para sustentar al pueblo.
Al principio fue difícil por la visión nocturna tan acostumbrada que tenia nuestra gente así que Wobniar comenzó a entrenar a sus exploradores haciendo uso inicial de la tenue luz del fuego y luego utilizo los soles perdidos que generaba la tierra como alimento para los basiliscos.
Según los relatos de mi abuelo, Wobniar fue atraído por la luz de la luna que confundió con un sol perdido haciendo que subiera a la superficie.
Fuera de su refugio se dio cuenta de las maravillas que su pueblo se perdía; desde frondosos árboles hasta interminables prados y montañas además del hermoso cielo nocturno.
Mi abuelo dice que Wobniar fue guiado por la hermosa luz de la luna hasta un enorme lago donde se encontró con la Señora de los Lagos, quien desde las quietas aguas le hablo como un susurro en un sueño y le dio el presagio de que nuestra raza seria conocida nuevamente cuando el mundo y los mismos elementales nos necesitaran.
-¿Quien será?- pregunto Wobniar
- Sera tratado como alguien de tu sangre, mas de tu especie no será.
-¿Pero cuándo ocurrirá? ¿Cómo pasara si mi gente es tan ciega como un murciélago a la más leve de las luces?
La Señora de los Lagos tomo una roca del fondo y se la dio a Wobniar.
-Reúne a toda tu gente en la entrada de su refugio y alza la roca lo más alto posible. Cuando la luz toca la piedra tu gente podrá ver en el lugar más brillante e incluso en la más oscura de las noches.
Sin responder a su pregunta principal la Señora de los Lagos desapareció y Wobniar luego de contemplar nuevamente la superficie volvió a su refugio.
Tal como la Señora de los Lagos le indico, Wobniar reunió a toda su gente a la entrada de su refugio y les dijo la extraña aventura que había vivido.
-Escuchadme hermanos y hermanas. En mis manos tengo un regalo que la mismísima Señora de los Lagos hija del Creador me ha entregado en persona. Ella ha profetizado que con esta roca hemos de volver a poder caminar por la tierra con el resto de las criaturas sin tener que ocultarnos de nuevo en las sombras
-¿Pero porque hemos de dejar el lugar que nos protegió durante siglos de aquellos que desearon nuestra extinción?
- Es cierto, es mejor quedarnos en un lugar seguro resguardando los secretos del saber en vez de arriesgarnos a otra probable extinción
Wobniar escucho atento las opiniones de su gente con toda la calma y templanza que tiene un líder hacia su pueblo en momentos cruciales.
Y después de un largo rato de disputas latentes y dialogo finalmente motivo a su pueblo a que nuevamente confiaran en su palabra
-Es cierto que la tierra nos protegió de la cacería desmedida del Hijo Podrido sin embargo, nosotros que somos los guardianes del conocimiento de todas las cosas nos dejamos cegar no solo por el miedo a la muerte si no por la misma ignorancia. ¡Nosotros somos los encargados de llevar el conocimiento a las esferas hermanas y ver su evolución, no ocultarnos como ignorantes temerosos a aprender algo nuevo! Queridos hermanos, les pido una vez más que confíen en mi palabra.
Y alzando su mano con la roca encantada, el primer rayo del alba envolvió a la piedra y cubrió a todos los Ret's nuevamente con el brillo del conocimiento.
Al ver claramente y sin rasgos del miedo o la ignorancia los Ret's resurgieron de sus cenizas caminando de nuevo en la superficie de la Madre Tierra, conviviendo con los otros elementos dadores de vida y conociendo nuevas criaturas.
Esta es la historia de mi pueblo que no encontraras en ningún libro ni siquiera en el de los Héroes.

Bien te dije al inicio acerca de mi gran duda la humanidad y que solo hubo una criatura que logro responderme a esa pregunta.
Sin embargo puedo ver que tus dudas ahora son más y déjame decirte que si quieres saber cómo me fue respondida, te sugiero tomes mi mano y rompamos los límites entre el tiempo y el espacio.
¿Listo? uno...dos...tres.
Nos encontramos en la ciudad de Salamanca Gto en el año de 1998 frente a una casa hecha de concreto y de un único piso. Las ventanas de quizás dos habitaciones, la puerta y la ventana de la sala dan con vista hacia el jardín delantero y parte de la calle. El jardín está protegido por un enrejado metálico y un gran portón del mismo material.
Desde el otro lado se puede apreciar el pasto de ese jardín y grandes arbustos con flores de todos los colores además de un viejo tronco seco que alguna vez perteneció a un árbol.
Vamos acércate a la reja para poder ver mejor el jardín.
¿Puedes ver a la pequeña niña con vestimenta blanca que juega con el pasto que hay a su alrededor?
Ella puede vernos.
Atraviesas la reja como si fueras un fantasma, pero a la pequeña no parece asustarle pues ha desviado la mirada de nosotros para continuar con su juego "imaginario".
Deja de prestarle atención por un momento y concéntrate en mirar a tu alrededor.
¿Notas algo fuera de lo común?, ¿no?
Mira con más detenimiento. ¡Ahí!, entre los arbustos esta un chico con orejas gatunas y ojos casi tan blancos como la nieve pero con el destello de la brillante reja grisácea que protege el jardín.
Está observando a la niña.
Tranquilo no se trata de ningún acosador o pedófilo pervertido.
¿Te preguntas porque nuestra atención se ha centrado repentinamente en ese muchacho?
Simple yo así lo he querido, pues ¿de qué otra forma podría mostrarte mi primer encuentro con la señorita Adalid?
Estarás pensando que ese fue nuestro primer encuentro, sin embargo he de decirte que estas en un error pero que a la vez ha sido de tu servidor narrador pues nos hemos adelantado un poco en cuanto al encuentro se refiere.
Vamos toma mi mano y cierra los ojos, daremos otro brinco en el espacio-tiempo, ¿listo?
Uno...dos...¡tres!
Muy bien abre los ojos.
Ya no nos encontramos en el jardín -pero eso no dice que no volveremos ahí en otro momento- estamos ubicados aun en el año de 1998 en la misma ciudad sin embargo ahora estamos en una vieja hacienda con extensiones de bosque hasta donde puede alcanzar la vista.
La hacienda se encuentra decorada con las típicas mantas blancas y globos y una muy pequeña parte del terreno está ocupada por diferentes autos. Si tal como lo supusiste, estamos en una fiesta.

Ven recorramos el exterior de la hacienda para ver a los pequeños jugar mientras los adultos -o al menos en su mayoría- yacen dentro de la vivienda tomando alcohol, comiendo y charlando a gritos con la música a todo volumen.
La música apenas es un contaminante sonoro ante tal bello paisaje que rodea la casa; puedes ver como los pinos se mecen suavemente con el viento haciendo que su aroma llegue de forma sutil hasta tus fosas nasales.
Puedes escuchar la arena moviéndose bajo tus pies. Todo parece estar en calma hasta que las risas de los niños se hacen presentes en el viento.
Ahí cerca de un juego inflable se encuentra Adalid sentada en la orilla del mismo, observando cómo entre todos los niños con mezclilla y camisas que parecen hechas con los manteles de la mesa la única niña con vestido blanco -un poco más grande que la mayoría de los niños del lugar- corre como un caballo desbocado ¿te preguntas quien es la niña de blanco? ¡Vaya que mala visión tienes mi buen amigo! aquella con vestiduras blancas es la hermana mayor de la señorita Adalid
Ella prefiere quedarse sentada en aquel inflable con forma de castillo observando a los otros niños por el simple hecho que no le importa unirse al juego sin embargo su quietud se ve interrumpida cuando una mujer madura -de unos treinta años- con traje de sastre color rojo con blanco emerge de aquel salón para llamar a una entretenida Sarem.
Al escuchar el llamado de aquella mujer la niña interrumpe sus juegos para ver porque le hablan sin embargo al acercarse Adalid puede observar como la mujer de traje rojo y su hermana le lanzan miradas "disimuladas" y al cabo de unos segundos Sarem agita los brazos como si intentara evitar ahogarse, sin embargo la mujer de rojo la fulmina con la mirada y luego le da un leve empujón para que vaya donde yace la aparente niña solitaria.
Pero tú y yo sabemos que no lo está ¿o acaso no te percataste de las luces que la rodean? -y no, no es tu imaginación-
Una descontenta Sarem se acerca hasta el juego inflable solo para decir en tono amargo.
- Vente vamos a jugar
Una tímida Adalid la observa con mirada temerosa, preguntándose si será buena idea declinar ante la propuesta forzada de su hermana.
-Ándale vamos a los columpios
Sin responder, Adalid se levanta y sigue a Sarem hasta los juegos que yacen cerca de la entrada al pequeño bosquecillo donde solo se encuentran unos pocos niños.
Sarem se sienta en el columpio con una expresión más relajada al ver que esta fuera del alcance de la vista de aquella mujer de rojo.
Aun sin decir palabra Adalid se coloca detrás de ella y con la poca fuerza que posee una niña de cinco años intenta empujar a su hermana para que pueda moverse en el columpio de poco en poco
-¡Más alto!
Ella obedece y empeña toda su fuerza para cumplir lo que se le ha pedido
Al ver que no puede ir más alto, la niña deja caer los pies al suelo para frenarse bruscamente y bajarse del columpio.
-Súbete. Ahora yo te empujo a ti.
Puedo darme una idea de lo que estas pensando y si no puedes corregirme con toda libertad.
En todos mis años que llevo observando a la humanidad no he visto algo mas patético que ver como los padres obligan a los niños a convivir de forma forzada a alguien que desde su niñez prefiere la paz y el silencio. Tú como ser humano -o si es que lo eres- quizás fuiste testigo propio de algo similar a lo que acabas de presenciar y ahora que has crecido puedes ver como la mente humana es tan retorcida que incluso inventan o consideran enfermedades mentales el hecho de que alguien prefiera observar con tranquilidad y contemplar su entorno con la calma que todo su ser le permite. Algo realmente curioso y patético ¿no crees?

- ¡No lo dejen escapar!
Oh vaya parece que nuestra pausa está por concluir.
¿Ubicas de dónde provino ese grito?
Correcto. Del bosquecillo
Ven toma mi mano y saltemos directo ahí. ¿Listo?
Uno...dos...¡tres!
La quietud del bosque al igual que su silencio se ve interrumpida cuando un humanoide de orejas felinas con cuerpo herido y ropas rasgadas yace corriendo y brincando para esquivar las flechas energéticas lanzadas a unos cuantos metros por un grupo de hombres que cabalga a toda velocidad.
-¡No lo dejen escapar!- grita el líder del grupo
Los hombres continúan creando flechas de energía pura que lanzan hacia el humanoide herido pero este ser a pesar de su condición le es posible esquivar varias de las flechas que le son lanzadas.
El sonido de los cascos y el relinchar de los caballos llenan el aire del bosque.
Los animales se ocultan en sus refugios al escuchar tal escándalo, los cuervos, atraídos por el olor de la sangre graznan desde el cielo volando en círculos sin perderse un momento de aquella terrible persecución
Con el corazón en la garganta y la adrenalina al limite el humanoide intenta liberarse de sus perseguidores haciendo un gran salto en reversa lo suficientemente largo para caer de pie y huir de esos hombres.
Pero de pronto, la criatura ha sido alcanzada por una de las flechas energéticas y sus aullidos de dolor son escuchados por todo el bosque provocando que animales terrestres emitan leves chillidos y los cuervos graznen de alegría al ver que su futura cena no tardara mucho en caer.
Fuera del bosque en la hacienda donde se lleva a cabo el festejo un hombre se percata del alarido de dolor y el graznar de los cuervos que a su vez vuelan cerca de las copas de los árboles.
Da una fuerte bocanada a su puro de segunda mano y dirige su vista hacia la hacienda.
-Parece que el festejo no durara mucho.-susurra para sí
En la copa de un árbol la criatura herida yace recargada sujetando la flecha de energía que ha atravesado su pierna.
Conteniendo sus sollozos de dolor sujeta fuerte y firmemente la flecha.
El sudor frío se desliza por su ahora pálido rostro, parpadea un par de veces para asegurarse que esta sujetando bien la flecha de color amarillo con pequeñas manchas de sangre.
Suspira hondamente apretando la corteza del árbol con una mano mientras se muerde los labios y bruscamente extrae la fuente de su dolor.
Al retirar la flecha esta desaparece como si fuera polvo llevado por el viento dejando la mano del humanoide manchada de sangre al igual que la corteza del árbol.
Conteniendo el grito de dolor dando fuertes resoplidos el humanoide deja fluir su energía en la mano ensangrentada que pone sobre su herida haciendo que destellos platinos la envuelvan durante unos segundos para que quede cauterizada.
El silencio vuelve al bosque.
Mientras cerca de los columpios y demás juegos yacen las dos hermanas jugando con sus primos e hijos de los conocidos de sus padres.
Todos ríen, corren, brincan, saltan y se dejan guiar por la emoción al estar en los columpios, res baladillas y demás.
Sin embargo un pequeño grupo de niños -algunos pubertos- están en la entrada del bosquecillo.
Las hermanas observan con impresión la majestuosidad de la madre naturaleza pero por su parte los niños de aquel grupo solo tienen en mente una cosa.
- ¿Quién se atreve a entrar ahí?- pregunta uno de ellos
Ninguno de los niños responde hasta que un pequeño de alrededor de los doce años muestra una pequeña pelota de goma del tamaño de su puño con franjas verde pantano y pequeños círculos amarillos
- Quien lance la pelota más lejos gana ¿sale?
Los niños del grupo se emocionan ante la idea.
Quizás para ti ese tipo de juegos no sea algo realmente emocionante sin embargo para los niños que no han sido contaminados por los problemas y preocupaciones cotidianas, lanzar una pelota lo más lejos posible siempre es como una aventura nueva por descubrir.
Y justamente una "aventura" es lo que uno de estos pequeños esta por descubrir.
¿No me crees? entonces sigue viendo.
Los cazadores perdieron la vista de su presa luego de ser engañados por un señuelo visual que este había creado para tener tiempo de escapar de lo que parecía ser su inevitable final.
Molestos ante tal burla los hombres volvieron al bosque con la esperanza de encontrar pistas que llevaran a su presa sin embargo todo lo que vieron en el camino fue a un grupo de niños cerca del bosque arrojando la pelota hacia el interior y entrando rápidamente a la boca de la espesa arboleada para tomarla de nuevo.
Pero no hubo rastros de su presa.
Fuera del bosque, luego de un par de lanzamientos la pequeña Adalid tiro la pelota al interior de la arboleada fuera del alcance de visión de los niños y de ella misma.
-Ve por ella- dijo el dueño de la pelota
Temerosa la niña vio en dirección a donde había lanzado el objeto y después miro a Sarem.
-¿Y si me pierdo?- pregunto temerosa
-No sean así, vamos a acompañarla
Los chicos mayores del grupo accedieron de mala gana y acompañaron a las hermanas al interior de la arboleda. Sin embargo luego de buscar durante algunos minutos la maldad se apodero de las pequeñas y aun infantiles mentes de los niños haciendo que poco a poco se detuvieran mientras Adalid avanzaba buscando la pelota.
Se detuvo en seco al percatarse que ya no escuchaba las pisadas de los niños y su hermana y, como toda pequeña de cinco años su primera reacción fue de miedo y por ende comenzó a llamar a su hermana de forma desesperada esperanzada con que esta le respondería pero no hubo más que silencio.
Aterrada Adalid comenzó a caminar nerviosamente por donde había llegado, sin embargo al escuchar los graznidos de los pájaros y el viento silbante entre los árboles, el terror se apodero de ella y se echo a correr sin un rumbo fijo mientras las lagrimas en sus ojos hacían que la vista se fuese nublando poco a poco provocando que se tropezara y cayera en una zanja.
Su llanto se volvió más fuerte así como el llamado a su padre y hermana.
Nadie contesto.
Adalid grito con más fuerza pero el resultado fue el mismo. Tierrosa y raspada trepo por la zanja por donde había caído con la esperanza de encontrarse con alguien que pudiera ayudarle pero todo lo que vio fueron árboles y pájaros que sobrevolaban en círculo.
Adalid continuo caminando sin rumbo fijo sollozando esperando encontrar el camino de regreso sin embargo su camino fue frustrado por un tropiezo con una zanja sino con el objeto que había buscado inicialmente.
Ya con la pelota en mano Adalid se relajo un poco pues era un indicio de que quizás estaba cerca y eso le dio valor de gritar a los cuatro vientos que había encontrado la pelota pero nadie respondió.
Cuando de pronto el sonido de cascos y relinchos se hizo presente.
La niña miro a su alrededor hasta que logro ubicar el lugar de donde provenían. Grave error.
Aquellos sonidos se hicieron más fuertes así como la nube de polvo que venían levantando las criaturas causantes de ese sonido
Ahí montados sobre majestuosos caballos de colores oscuros venia un grupo de hombres con largas barbas y bigotes grasosos volando al viento de su galope. Adalid impresionada ante tal escena los vio pasar olvidando por un momento todo lo demás.
Repentinamente a unos dos metros de ella los galopantes se detuvieron y el hombre con barba pelirroja se volvió hacia la niña montado en su enorme caballo negro.
No lograba entender el porqué pero, aquella niña humana era capaz de verlos.
El hombre desmonto su caballo y se acerco a la temerosa niña
El silencio reino un momento hasta que Adalid tímidamente se atrevió a hablar
- Dis disculpe ¿sabe por dónde se llega a la hacienda de Don Alberto?
El hombre la miro fijamente y con su robusta voz arqueo una ceja
-¿Don Alberto?
Ella sabía que no debía hablar con extraños sin embargo ante el miedo de estar sola en aquel enorme lugar no le dejaba muchas opciones, y como toda niña de cinco años le dio una breve explicación sobre cómo era la hacienda a la cual quería llegar -creo que te imaginaras como se lo debió de explicar-
- Es una casa así muy grande de color café y está en el campo cerca de aquí pero no sé cómo llegar.
Sin entender lo que había querido decir el hombre robusto de barba pelirroja desenvaino su espada preguntándole cómo era posible que pudiera verlos pero ella no supo que responder ante tan afilada arma.
-Oye ¿por qué no mejor la llevamos en el lugar de aquella criatura?- dijo un hombre con barba negra
-Sí, quizás nos den mejor recompensa por una niña humana
Un escalofrío recorrió la espalda de Adalid.
El tipo de la barba pelirroja perdió su vista un momento hacia la nada y después miro nuevamente a la ahora aterrada niña. Guardo su arma y se inclino hacia ella con expresión maliciosa.
Las lágrimas emergieron nuevamente de los ojos de Adalid.
Intento huir al ver que la enorme mano de aquel sujeto se acerco a su persona.
El grito de aquella infante fue tan fuerte y desgarrador -que créeme solo los mejores actores podrían emitir si se entregaran totalmente al papel-
Los pájaros nuevamente graznaron y revolotearon entre los árboles ante tal grito de desesperación.
-¡Mami! ¡Papi!- gritaba Adalid con lágrimas en los ojos
-¡Deja de moverte mocosa!- grito el hombre pelirrojo mientras la niña inútilmente intentaba liberarse de su brazo
El hombre se monto nuevamente en su caballo con su nueva presa y cabalgaron hacia lo profundo de aquella arboleada
Brincando entre las copas de los árboles el humanoide buscaba señal alguna de los cazadores sin embargo el dolor en su costado se volvió imposible de ignorar.
-Maldita sea- dijo mientras se sujetaba el costado.
Al quitar su mano se percato de que esta estaba nuevamente ensangrentada y un calor líquido comenzaba a expandirse sobre su piel.
Se agarro nuevamente la herida y dio un brinco de unos seis metros de altura hasta aterrizar en una pequeña zona boscosa.
El aterrizaje lo tambaleo un poco haciendo que cayera de sentón al suelo sin embargo al cabo de unos segundos pudo incorporarse y camino de modo tembloroso en dirección hacia un aroma de humedad que había atraído su atención.
Cuando aquel olor se intensifico se dio cuenta que había llegado a un ojo de agua donde se desplomo en la orilla y frenéticamente comenzó a sumergir la mano para beber del tan preciado líquido. Sin embargo el dolor volvió a hacerse agudo en su costado.
-Cierto...la herida- dijo el humanoide con voz pastosa
Se dejo caer al ojo de agua para que la sangre seca fuese retirada de su cuerpo con la humedad.
Sin embargo mientras se lavaba las heridas la quietud del lugar se vio interrumpida por un galope y unos gritos de infante que se hacían mas fuertes.
El humanoide sumergió su cuerpo dejando únicamente sus ojos y su nariz fuera del agua y se pego a la orilla del ojo de agua.
El galope se detuvo y los sollozos de aquel infante se volvieron el sonido de fondo en aquel lugar.
-Quiero a mi mami- decía la infante entre sollozos
-¡Va! cállate ya niña
-Mejor date a la idea de que ya no tienes madre
-¡Quiero a mi mami!- grito
-¡Cállate de una vez!
Su llanto se volvió más fuerte pero enseguida se hizo débil hasta convertirse en sollozo sin embargo ya no hubo demandas.
El humanoide asomo levemente la cabeza sin hacer ruido.
Enseguida reconoció a los hombres que se encontraban a unos metros de su actual posición sin embargo no pudo identificar a la pequeña niña con la mejilla hinchada por el golpe recibido momentos antes.
"Que maldito, ahora prefiere secuestrar niños"- pensó para sí el humanoide
Al ver como montaban su campamento, el humanoide se sumergió nuevamente en el agua divagando un momento sobre lo que acababa de ver.
Salió silenciosamente del agua tras unos matorrales cercanos dispuesto a marcharse, sin embargo a los pocos metros de haber caminado el humanoide soltó un suspiro.
- Por amor a las hadas.
Al otro lado del ojo de agua cerca del campamento de los cazadores se encuentra un hombre con pantalón de mezclilla, camisa blanca y zapatos de trabajador contemplando el nefasto campamento mientras le da una bocanada a su puro.
Molesto al ver como la niña es maltratada psicológica y físicamente el hombre en el árbol saca su arma nueve milímetros con un silenciador en la punta del cañón esperando el momento preciso para disparar sin comprometer al infante en su puntería.
Sin embargo el cazador con barba y cabellera castaña está interfiriendo en su blanco principal. El líder.
Con el campamento listo y la fogata hecha los cazadores se reúnen alrededor del fuego con la niña sujetada de un brazo, charlando sobre cómo será el momento cuando sean recompensados ante su jefe al ver que han llevado algo mejor que un Ret's
De forma nefasta los hombres bromean pesado con la asustada niña diciéndole como será su nuevo "hogar" y lo que le esperara si es vendida de nuevo.
Tales palabras provocan que la pequeña continúe sollozando sin decir palabra alguna pero a ellos no les importa.
Hasta que la asustada criatura susurra unas palabras apenas entendibles para el cazador que evita su escape
-¿Qué has dicho?
- Van a ver cuando mi papá los encuentre. Les va a pegar con el fuete.
Soltando carcajadas al unísono, el cazador más próximo le revuelve el cabello a la pequeña con su enorme mano sucia y grasienta
-Tu papi nunca te va a encontrar.
-¡Si lo hará! él ve cosas que otros no ven ¡no es como los demás!
Molestos ante tal comentario un cazador de grasiento pelo castaño y mollera aplastada se levanta del pasto y alza la mano con toda la intención de propinarle una bofetada a la criatura
De pronto un silbante sonido se hace presente dejando al cazador inmóvil durante unos segundos para luego desplomarse en el suelo con la cabeza sangrante.
Los compañeros del hombre caído se ponen en guardia y hacen aparecer arcos, flechas e incluso lanzas de energía pura de distintos colores.
De nuevo aquel silbante sonido se hace presente, seguido de un grito desgarrador de uno de los cazadores.
-¡Muéstrate!- grita el cazador pelirrojo
-¡Mi brazo!-grita el hombre de barba oscura
Al ver como el brazo de su compañero es agujereado y envuelto en sangre el cazador pelirrojo comienza a lanzar sus flechas en todas direcciones con la esperanza de herir ante el ser que los está atacando pero no parece haber resultado alguno.
Cuando de pronto una voz se hace presente entre los árboles.
-No puedo creer que hasta hace unas horas estaba huyendo de unos cazadores tan patéticos como ustedes.
Los pocos miembros del grupo que aún permanecen en pie están atentos ante cualquier movimiento sin embargo su líder suelta una risotada sarcástica ante el comentario de aquella criatura.
- ¡Por favor Ret's! ¿En verdad eres tan estúpido como para enfrentarte a quienes estuvieron por matarte hace un rato?
-oh vamos Deán no intentes demostrar el valor que obviamente no posees. Si fueras el cazador que dices ser entonces no te hubieras conformado con capturar a una niña humana.
-¡¿Qué?¡
-De ser tú, sería mejor que la devolvieras al lugar donde la encontraste o su padre los matara.
-Hm No le tengo miedo a un ser humano común. ¡Ni muchos menos a alguien como tú!
- Eso lo veremos.
Antes de que el cazador pelirrojo -Deán- pueda hacer o decir algo más el sonido silbante se hace presente nuevamente provocando un dolor agudo en su hombro derecho.
Su grito de dolor y colapso provoca que sus armas energéticas desaparezcan
Al ver a su líder gimiendo de dolor, los otros cazadores atacan con todo lo que tienen en todas las direcciones posibles sin embargo su miedo los ha cegado pues no se han percatado que detrás de ellos yace el humanoide con orejas gatunas tomando a la asustada niña en brazos listos para salir huyendo de ahí.
-No abras los ojos hasta que te diga- Dice el humanoide con voz seria a la pequeña
Al poco de empezar a correr el humanoide se percata de que el engaño a los cazadores ha sido descubierto pues puede sentir como rozan las flechas a pocos centímetros de su piel
-Sujétate
El humanoide salta hacia la copa del árbol mas cercano y comienza a saltar entre los demás arboles para escapar de las flechas.
Puede sentir como sus heridas se vuelven a abrir con cada salto y esquivada que da mientras sujeta a la criatura en sus brazos.
Esto no puede acabar bien.
De pronto...
Los cascos de los caballos se han detenido al igual que los gritos de los cazadores, sus las flechas y lanzas, mientras que un olor a carne chamuscada, plomo y sal caliente se impregna en el aire.
El humanoide se detiene en seco y se asoma con cautela por la copa del árbol.
Están muertos.
Lo que alguna vez fue un grupo de cazadores que perseguían a sus presas ahora yacían en el suelo sin vida junto a sus caballos cubiertos de sangre, plomo y sal.
Parado entre aquella masacre yacía un hombre maduro con un puro encendido y una pequeña ametralladora en una mano y en la otra con su pistola de nueve milímetros que aun desprendía humo del cañón.
El sujeto miro en dirección al humanoide y alzo su mano con la nueve milímetros sonriendo en señal de que ahora era seguro bajar.
El humanoide bajo con la criatura en brazos y la dejo lentamente en el suelo diciéndole con la voz más suave que pudo que ya se encontraban a salvo sin embargo aun no podía abrir los ojos
-¿Se encuentran bien?
-Sí. Yo estoy bien- respondió el humanoide
El sujeto dio otra bocanada a su puro y exhalando el humo dijo con voz controlada.
-¿Que voy a hacer contigo Adalid?
-¿Papi?
-Les he dicho a ti y a tu hermana que no tienen por qué andarse metiendo a los bosques solas
Apenada y sin abrir los ojos Adalid asintió con la cabeza a modo de respuesta sin embargo su padre soltó nuevamente un suspiro de inconformidad.
- Perdón.
-Ya olvídalo. Vayámonos con tu madre y tu hermana que se hace tarde.
Padre e hija se retiraron de aquel montón de cadáveres mientras el humanoide los seguía de cerca preguntándose que era exactamente lo que había sucedido, sin embargo cuando estuvieron próximos a la entrada de la arboleda Adalid se volvió hacia él y lo miro con todo el detenimiento y perspicacia que alguien de cinco años puede ver a un adulto.
-¿Qué ocurre?
Adalid se dirigió a humanoide e intento abrazarlo ignorando los cadáveres que pisaba para llegar hasta él.
Al ver esto la criatura la tomo de nuevo en sus brazos para abrazarse entre sí.
Ella le sonrío y le dio las gracias por haberla salvado de aquellos hombres.
-No agradezcas.- Expresó el humanoide tenuemente sonrojado ante aquella muestra de afecto
Antes de bajarla, Adalid se percato que tenía una cortada cerca de su ceja blanquecina y le dio un tierno beso a la herida.
-Besito para que te cures pronto- dijo sonriente la niña.
Aun sonrojado ante tal muestra de afecto el humanoide bajo a la niña y le revolvió el cabello amablemente como respuesta.
- No andes sola de nuevo en el bosque ¿sí?
-Lo prometo...am ¿cómo te llamas?
-Yu...Yukeiki.
Adalid sonrió nuevamente, se retiro una pulsera de cáñamo color rosa pastel de una de sus muñecas y se la entrego al humanoide como regalo.
Antes de que pudiera hacer o decir algo la niña dijo.
- Eres mi nuevo amigo. Puedes venir con nosotros cuando quieras. Te compartiré de mis dulces.- Expreso sonriente la joven criatura
-¿ah? am, gracias lo tendré en cuenta.
Feliz Adalid tomo la mano de su padre lista para volver a la hacienda, sin embargo antes de que pudieran avanzar, el hombre miro de perfil al humanoide y con tono serio dijo
- Serás bienvenido mientras mi hija así lo desee, pero te advierto que si la dañas acabaras peor que esos sujetos.
-Lo entiendo señor...
-Lobo Rojo.
-¿ah?
-Lobo Rojo es mi nombre.
Aquel hombre se dio media vuelta y se retiro con su hija de regreso a la hacienda con el resto de la familia.
Ella se despidió de mí agitando el brazo de un lado al otro mientras yo me quedaba ahí. Parado, observando cómo sus siluetas desaparecían en el hermoso panorama del bosque.
Contemple la pulsera que me había entregado y me la puse en mi muñeca derecha mientras en mi rostro se dibujaba una sonrisa.
Aquel día de 1998 el humanoide Ret's y la pequeña humana Adalid tuvieron su Primer Encuentro, desde ese momento ambos crearon no solo un lazo, sino un vinculo que les mantendría unidos en cualquier circunstancia, fuese el presente...o el futuro.

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Recuerdos de las Sombras Tomo 1: Secretos en la penumbraWhere stories live. Discover now