Capítulo 2 - Muertos.

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No podía creerlo, ¿Acaso no los veré más?, pensé sin saber que decir, todo en mi mente se volvió oscuridad, me sentía muy mal, ¿Qué voy a hacer sin ellos?, pensé mirando que mi abuela seguía hablando, aunque ya no la escuchaba, terminó y corrí al establo, miré a Darkness y me di cuenta que ahora mi vida se había tornado negra, yo ya no iba a ser el mismo.

Me tumbé en el piso y me hice bolita... lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas... seguía sin creerlo, como la vida puede cambiar en tan sólo unos segundos, y entonces mis ojos comenzaron a cerrarse, yo sólo me dejé llevar, quedándome dormido.

—¡Luke!, ¡Luke! ¿Dónde estás? —gritaba mi abuela, haciendo que diera un sobresalto, entonces escuché la puerta del establo que se abría y ella estaba allí—. Hijo, ¿Qué estás haciendo todavía aquí?

—Supongo que anoche me quedé dormido —me puse de pie y me dirigí hacia la puerta del establo donde ella quiso darme un abrazo, pero me negué y corrí a la casa.

Me encerré en la recamara que estaba destinada para mí, tumbándome en la cama, momentos después, tocaron la puerta.

—Luke, ¿Estás bien? Baja a desayunar —escuché y me levanté, abrí la puerta, viendo que mi abuela esperaba que me acercara a ella a darle un abrazo.

—¡No tengo hambre!, voy a salir —le dije, esquivando su cuerpo, pasando a su lado.

Bajé las escaleras y salí al patio, allí había un gran árbol, donde se escuchaban pájaros cantar, subí y tomé un nido con tres pequeñas aves, lo bajé, me senté en el suelo y tomé una piedra.

—Si la vida es injusta conmigo, ¿Por qué ser bueno? —puse un pajarito fuera del nido y dejé caer la piedra sobre él, viendo que la sangre salpicaba mis manos, fue allí, que hice lo mismo con los dos restantes—. La muerte es natural, es lo que dicen todos —dije sonriendo.

—¡Luke!, pero ¿Qué estás haciendo?

—Nada abuela, estaba viendo estos pájaros muertos, están igual que mis padres.

—Por Dios Luke, ven, deja eso, sabes que tus padres siempre estarán cuidando de ti... ahora vamos, está listo tu desayuno, tienes que comer algo —añadió mi abuela y yo me puse de pie, entré a la cocina corriendo y lavé mis manos.

—¡Que rico huele, abuela! —dije, sentándome con ellos, que estaban junto a mi hermana.

—Toma tu plato —mencionó la abuela; sonreí al ver que eran Hot-Cakes, agarré el tenedor y cuchillo y comencé a cortar todo en porciones pequeñas, comiendo de a poco, mirando como mi cuchillo rasgaba cada pedazo, dejando un fino corte, terminé de comer y seguí jugando con el cuchillo.

—Luke, ¡Deja eso en paz! —me gritó mi abuela.

—¡Nadie me dice que hacer! —grité levantándome de la silla, tomando con fuerza el cuchillo, lanzándolo contra ella viendo cómo se introducía en su ojo, haciendo que sangre saltara a la mesa.

—¿Qué hiciste, Luke? ¡La mataste! —gritó mi abuelo.

Sin contestar, tomé mi plato y lo estrellé contra la mesa, tomando un trozo, cortándole la garganta a él, viendo como la sangre saltaba sobre mi cara, notando que su color era tan hermoso.

—¡Luke!, ¡No estés jugando con eso! —la voz de mi abuela hizo que regresara a la realidad, demonios, ¿Qué me está pasando?, ¿Por qué imaginé eso?—. Luke, ¿Estás bien?, estás muy pálido —me dijo mi abuela, tocando mi cabeza.

—No, no me siento bien, iré a recostarme un rato —le comenté, alejando su mano de mi cabeza.

Subí las escaleras y entré en mi habitación recostándome en la cama—. ¿Qué me pasa?, porque sentí satisfacción cuando vi la sangre sobre mí, me gustó ver la cara de dolor de mi abuela al clavarle el cuchillo y disfruté con el sufrimiento en los ojos de mi abuelo, ¿Qué demonios me está sucediendo?

Oscuridad En Mi MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora