Oneshots ＫＡＲＭＡＧＩＳＡ

Romeo and Cinderella (2/2)

Les recomiendo ver la canción antes de empezar a leer.

A la persona que ha esperado un año entero para que esta mierda se publicase:

¿Estás bien? ¿Todo bien en casa?

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Karma Akabane no solo estaba solo en el colegio debido a su reputación de niño sádico o niño del demonio, si no también en su casa debido que sus padres estaban casi siempre en el extranjero y casi nunca se preocupaban por el bienestar de su hijo. Se preocupaban de dejarle una generosa cantidad de dinero para "gastos personales", ya que de todo lo demás se encargaban los sirvientes de la mansión Akabane.

A pesar de todo aquello que se decía de Karma Akabane, sus profesores le tenían cierta admiración a la vez que miedo. Perfectamente aquel muchacho pelirrojo de ojos de color mercurio podría estar en el grupo de los "Cinco Mejores Alumnos" que lideraba Asano, el hijo del director. Sin embargo, Akabane dejaba mucho que desear con aquella actitud. Sí, podría tener las mejores notas en matemáticas y casi todas las asignaturas, tocar el piano cual prodigio y demás. Pero si no mejoraba aquella actitud o mínimo dejaba de saltarse clases, no llegaría a nada en la vida.

Karma tenía libre acceso en los descansos y recreos a la sala de música a pesar de no pertenecer al club, simplemente por el hecho de que este estaría en un conservatorio y al ensayar y ganar recitales o concursos le daba prestigio a la escuela. Aquella mañana, estaría tocando una melodía que él habría compuesto en sus ratos libres. Estaba tan absorto en aquella melodía que apenas notó cuando una... ¿Chica?, bueno, lo que fuese, estaba mirando por la puerta. Sin embargo, al asomarse no logró encontrar a absolutamente a nadie. Simplemente se encogió de hombros y nuevamente se puso a tocar aquella melodía que se habría inventado. Cuando ya habría acabado y estaba empezando a recoger sus cosas, escuchó la voz de algunas chicas gritar "Nagisa-kun" y luego unos pasos. Entonces sí había alguien espiándole...

Simplemente se encogió de hombros, dándole igual de quién se trataba. Sin saber que ese día cambiaría su vida al completo...

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El plan para aquella noche era simple.

Nagisa habría dejado unas escaleras al lado del balcón y Karma escalaría hasta por fin llegar al balcón del segundo piso donde estaría Nagisa.

La razón por la cual Karma no podría entrar por la puerta principal o incluso la que daba hasta el jardín, era porque estas estaban con un dispositivo de seguridad que alertaba a la señora Shiota si se abrían después de cierta hora y hasta emitían una alarma. Aquello a Nagisa le pareció exagerado, pero no prefirió decir nada ya que no quería contradecir a la loca de su madre.

Al subir, Karma se fijó en que Nagisa estaría distraído. Se quitó los zapatos, dejándolos allí mismo, y se acercó lentamente a Nagisa quien estaría sentado en el borde de la cama.

-Buenas noches, Nagisa~.

El peliazul simplemente sonrió casi embobado al ver a su novio, sobre todo en cuanto este se acercó a él lentamente para así tomarle del mentón y depositar un pequeño pero apasionado beso en sus labios.

-Buenas noches, Karma...

Karma se sentó al lado de su pequeño novio y entrelazaron sus manos. Estaban en silencio, pero no era un silencio incómodo. Simplemente estaban nerviosos... Eran dos adolescentes vírgenes a punto de dar un gran e importante en su relación. ¿Quién no estaría nervioso cuando ni si quiera tendrían experiencia en el tema?

Karma carraspeó levemente, atrayendo así la mirada del de ojos zafiro.

-¿Tu madre ya está dormida, no?