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-¡Déjalo ya K, si sigues así lo matarás!

-Pero es el último combate, debo aprovecharlo al máximo.

Lucy intentaba frenar a Kraken y sus impulsos violentos, pero cuando él tomaba el control no podía hacer nada. Desde que Kraken entró en ella, nunca había tenido esos impulsos, era una parte de Kraken de la cual desconocía completamente la existéncia. Sin embargo, no era de su agrado, ni mucho menos.

El hombre frente a Lucy yacía en el suelo, derrotado. Pese a ser una joven de 15 años, derrotaba a aquel que se le pusiera por delante, manipulada por Kraken. Salieron lentamente del lugar, el cabello de Lucy abandonaba su forma tentacular y volvía a la normalidad, a la altura de los hombros, color anaranjado.

-K, sabes que no deberíamos estar aquí, así que no vuelvas a repetir lo de esta noche.

-Tranquila renacuaja, ese tipo aún tenía mucho que aguantar. En unos días estará bien...supongo.

-Tus acciones tienen consecuencias que recaen directamente en mí, K. Ya tengo suficientes problemas.

La puerta del hogar de Lucy chirriaba al abrirse, pero su madre no le dijo nada sobre que hacía tan tarde en la calle, o si debería estar durmiendo a esas horas, tal vez por el alcohol, tal vez porque no le importaba la vida de su hija y nunca le importó. Lucy entró a su pequeña habitación y miró el reloj. Las 2:00. No le importaba el hecho de levantarse a las 7:00, una de las ventajas de estar con Kraken era que recargaba energía en poco tiempo. Se desvistió lentamente y con cuidado para meterse en la cama y dormir profundamente.

Lucy abrió sus ojos lentamente, era hora de prepararse para ir a clase. Cogió su uniforme blanco y la falda oscura, su mochila y los libros y salió de su casa. No duró mucho hasta que el imbécil de Louis empezó hasta molestarla.

-Hey loca, ¿has hecho los deberes, o acaso los ha hecho tu amigo imaginario?

-Cállate, no sabes de que hablas.

Lucy se adelantó y se perdió entre la gente de la calle hasta que llegó a su escuela. Una patada provocó que cayera al suelo, y, frente suyo, se encontraban todos los alumnos cantando a coro la palabra loca.

Un sentimiento nació en el corazón de Lucy, tal vez fue Kraken, tal vez ella misma. Ese sentimiento actuó por si solo en fracción de segundos. Lucy solo pudo pestañear varias veces para impedir llorar antes de ver que sus tentáculos estaban envueltos en los cuellos de todos sus compañeros, los cuales se encontraban a un metro del suelo.

-¡Kraken déjalos estar! Por favor...

Nada impedió que todos esos jovenes murieran asfixiados, acabando su maldad continua contra Lucy, pero ella sabía que esta no era la forma de hacerlo.

-No quería que pasara esto, yo...solo quería paz...

Las sirenas de los coches de policía se oían a lo lejos, Lucy no tuvo más remedio que escapar con un impulso de los tentáculos contra el suelo que la lanzó sobre toda la Ocean City.

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