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La llegada a un lugar que no conoces es muy difícil y mas si de ahora en adelante vas a vivir en un departamento con chicos que no conoces. Pero lo mas importante es que ahora por fin va a poder conocer a su prometida.

Ian no le gustan mucho las personas, por lo que en el aeropuerto no se sentía muy cómodo, quería salir de ahí lo mas rápido posible. Tomo un taxi diciéndole al chofer la dirección que tenia escrita en un papel. La mayor parte de las veces sus padres no se encontraban en la casa por lo que prefirió irse de ahí.

-Mmmmm...esto es malo-dijo el chofer. Su mirada la tenia puesta en el tablero del carro. Ian vio que en el medidor de gas estaba a punto de llegar a estar vació.-Tendré que ponerle gasolina-"No me diga" comenzaba a enfadarse.

-¿Va a tardar?-pregunto. No le gustaba que lo hicieran esperar.

-Bueno...la gasolinera esta algo lejos del lugar a donde vas-

-Prefiero que me baje en un lugar cerca-caminar era su única opción.

No tardo mucho cuando se detuvo. 

-Solo tienes que caminar todo derecho y veras un edificio de tres pisos que parece que todavía no lo han pintado, ha y su puerta es color verde-Ian asistió con la cabeza. Le pago al chofer, bajo las maletas y se fue. Solo llevaba una maleta con una mochila en la espalda.

Paso por una veterinaria, pero había algo raro. Un chico estaba apegado al cristal admirando a los pequeños gatitos que habían en una jaula.

-Quiero uno-susurraba o esa lo que el creía hacer. 

Ian no le trato hacer tanto caso. Pensó que el tipo estaría mal de la cabeza. Siguió su camino pero ni dio unos dos pasos cuando sintió que una mano le sujeto el brazo.

-Disculpa pequeña...-pregunto el chico mientras sonreía. "Otra vez no".-¿Estas pérdida?, te puedo ayudar si quieres-

Por su apariencia pensó que seria un matón. Tenia el cabello negro desalineado aunque su ropa no estaba tan mal puesta.

-En primer lugar ese método de seducir a una mujer no funciona, en segunda no estoy perdido, regresa a mirar a esos animales como pendejo y en tercera soy un hombre-

Se le quedo mirando por un momento pero cada segundo que pasaba su mirada se estaba volviendo cada vez mas fría hasta que logro asustar un poco a Ian.

-Maldito gato callejero-dijo.

Eso no lo entendió del todo bien.

-Ga...gato?-suspiro, toco su cabeza mientras cerraba sus ojos.

-Y dices que eres hombre-sonrió perversamente.-Tienes la estatura de un chiquillo de quince además pareces una chica y luego esos ojos-

Ian de por si se la estaba pasando mal, si se estaba poniendo realmente furioso.

-No tiene caso discutir con un tipo como tu-prefirió irse que meterse en problemas.

Se fue de ahí, el chico ya no siguió hablando. Por el camino le empezó a dar dolor de cabeza, aparte de lo enojado que estaba hacia mucho calor.

Al llegar al lugar predestinado, voltio a ver el edificio de tres pisos con una puerta color verde. 

"Por lo menos no era mentira", pensó. 

Entro y lo primero que vio fue a una señora de edad barriendo la entrada.

-Disculpe soy Ian, soy el nuevo, ¿sabe quien es el encargado de este lugar?-pregunto.

-Ah que linda chica, yo soy la dueña-se señalo a si misma.

-Ammm...no soy un chico-sonrió falsamente.

Comprometido Con El Enemigo {Yaoi/Gay}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora