—¿Como te sientes?

Natsu tosió con fuerza antes de poder contestar, rápidamente le lleve un pañuelo, fueron los momentos mas angustiosos de mi vida, no paraba de toser, luego paraba y tosía aun mas fuerte, afortunadamente paro de toser después de escupir una gran bocanada de sangre. 

  —¿Estas bien?

Natsu se dejo caer sobre la cama, y asintió con la cabeza.  

  —Solo estoy cansado.

Suspire de alivio, me incline a su altura y tome su mano, Nashi también tomaba la mano de su padre con sus dos pequeñas manos.  

  —Hemos estado tan preocupados, yo, Nashi, y todos.

 Sentí la presión de la mano de Natsu sobre la mía, se supone que soy yo la que debe de estar calmada, la que debo de decir que todo estaría bien, mas sin embargo, como siempre Natsu al igual que mi historia me salvaba de todo mal, de todo tipo de inseguridad, con Natsu a mi lado sentía que podía hacer lo imposible.

Al sentir su mano sobre la mía nuestras miradas se cruzaron, no pude evitar sentir como mis mejillas se ruborizaban ante aquella mirada jade que tanto me encanta.

Mi corazón palpito con fuerza cuando me sonrió, esa sonrisa me hizo sentir tan segura... Como si me envolviera en un cálido abrazo. 

No pude evitar saltar a sus brazos, pude escuchar como se quejo por la forma brusca por mi acción, pero correspondió mi abrazo. 

Fue como si regresáramos en el tiempo, como si fuese esa la primera vez que me estrechaba entre sus brazos, una sensación de la cual nunca olvidaría, y tampoco nunca me cansaría. 

—¡Mamá! Yo también quiero abrazar a papá.

La dulce voz de mi hija me saco de mi paraíso, ese gran paraíso que solo Natsu podía traerme con tan solo estrecharme entre sus brazos. 

Rompí el abrazo con Natsu, Nashi por su estatura le costo subirse a la cama, a Natsu y a mi nos dio ternura verla subir la cama. 

Cuando Nashi lo logro al igual que yo lo hice, salto a los brazos de su padre, Natsu correspondió a su abrazo, al igual que lo hizo conmigo, estrecho entre sus brazos a su hija pequeña de pelo rosado. 

Natsu de verdad nos quería, incluso cuando se molestaba por su enfermedad y pareciera que se desquitara con nosotras, de verdad nos quería, nunca dudaría de eso, y este tipo de acciones me lo confirman aun mas.

Afortunadamente, aunque no fuese todo por lo menos Natsu ya había comido algo, usualmente se comería una vaca entera, pero gracias a su estado, solo comió la mitad del desayuno que prepare.

Pasamos una mañana agradable, quise decirles a mis amigos, a nuestros amigos que Natsu ya estaba bien, pero Natsu me tomo de la cintura, estaba tan cansado que me podía liberar de su agarre con facilidad, pero la verdad era que me sentía tan bien en sus brazos, ese lugar era mi lugar favorito, nunca me cansaría de los brazos de Natsu. 

Para cuando me di cuenta sentí su cálida respiración en mi nuca, se había quedado dormido de nuevo, pero ya no pareciera que sufriera, al contrario pareciera que al fin estaba descansando.

—Mamí, papí se volvió a dormir ¿Se siente mal?

Tome la pequeña mano de Nashi y le sonreí, sabia que Nashi aunque no me pudiese ver, sabia que le estaba sonriendo, por que ella hizo lo mismo conmigo, me dio una dulce sonrisa.

—Solo esta descansando, en un rato volverá a ser el mismo de siempre. 

Nashi hizo un adorable puchero, me causo mucha ternura, acaricia su sedoso pelo rosado, nunca he visto a Lissana, pero debe de ser hermosa, su hija es tan linda, no me quiero imaginar cuantos pervertidos estarán detrás de ella. 

Papa solteroWo Geschichten leben. Entdecke jetzt