[HUNHAN] Nada es para siempre (oneshot)

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Inspirado en la canción "Nothing Lasts Forever" de HA:TFELT (Ye Eun)

Nada es para siempre, todo alguna vez termina. Pero lo que no acaba es el recuerdo en mi mente. Puede que pase un siglo después del fin, pero todavía quedo yo recordando. No olvido y estoy muriendo.

Luhan se preguntó si la respiración seguiría oprimiéndole el pecho por mucho tiempo más. Quería llorar con tantas fuerzas pero no salía nada de él, y eso le dolía aún más. Ese dolor en sus pulmones se le hizo más profundo y él suplicó que parara. No sirvió de nada, porque el olvido no se desvaneció. Los recuerdos siguieron marcándole heridas en su cuerpo, físicamente se sentía desbastado y mentalmente, muerto.

Observó una vez más la lluvia incesante cayendo afuera, el cielo gris coloreaba toda la ventana. Desde su punto de vista podía ver perfectamente la entrada al patio. Parado ahí, un Oh Sehun saludándolo con la palma extendida, efusivo, con ganas de acercarse a él y abrazarlo. Luhan sabía que eso era lo que él quería, lo conocía tanto que podía predecir sus pensamientos. Sabía cada retazo de lo que formaba a Sehun mucho más que a él mismo, lo conocía de pies a cabeza y de cabeza a los pies, sabía de memoria sus defectos tanto como sus virtudes y nunca lo había amado tanto. De repente, más gotas de lluvia caen en el suelo de afuera, y se llevan con ellas el recuerdo de la primera visita de Sehun a su casa. Luhan apretó sus manos en un puño con fuerza, llegando a clavarse las uñas en la palma. No quería más de esto. Por primera y única vez, quiso no haberlo conocido nunca, para no tener que recordarlo.

Pero luego el pensamiento de que, entonces, no hubiera llegado a sentir un amor tan fuerte y tan correcto como aquél, llegó a su mente y trató de decirse a sí mismo que Sehun valía la pena. Lo valía.

Su celular comenzó a sonar sobre la mesa, a unos metros de él. Luhan le dedicó una corta mirada antes de dirigirla de nuevo a la ventana. El tono de llamada era una balada tocada solamente por un piano, sin ninguna voz principal, solo se oía teclas suaves entrelazándose en una melodía. Aquella pieza le había dedicado Luhan a Sehun un día, hace ya varios meses.

Era sorprendente y ofensivo lo directo e hiriente que Sehun podía llegar a ser a veces. En una discusión estúpida donde estaban involucrados los malditos celos y el orgullo de ambos, él no podía frenar su lengua y cada palabra era como una cachetada para Luhan. La fuerza y la ira que ponía él en cada cosa que decía era lo que más lastimaba al último.

- ¿Sabes qué? Vete, si tanto me odias, vete. Déjame en paz, idiota imbécil teñido estúpido adolescente hormonal inútil. No tengo palabras que contrarresten todas las tuyas pero tengo la libertad de pedirte que te vayas de mi puta casa, porque maldita sea, soy el dueño y no soporto verte aquí mientras hablas puras pelotudeces. Vete y déjame solo. ¡No te quiero ver más en mi puta vida!

-  Bueno. – Sehun solamente asintió para sorpresa de Luhan, que esperaba una reacción aún más enfurecida de su parte. – Me voy a ir porque veo que esto no da para más. Te deseo una muy buena vida con Xiumin, Minseok, Baozi o como sea que se llame ese pelotudo. Toda la buena suerte.

Se fue, cerrando silenciosamente la puerta detrás suyo. Dejando a Luhan con las manos hambrientas de romper algo, con la boca llena de ganas de insultarlo de arriba abajo, de la A a la Z. Sin embargo, ese enojo duró una noche. A la mañana siguiente, ya lo extrañaba. Echaba de menos verlo despertar a su lado. Se maldijo unas cuantas veces por extrañarlo, por cierto.

Luhan miró con tristeza su celular que de repente había dejado de sonar, seguramente la persona que lo llamaba se había dado por vencido.

Los días pasaron, luego de la discusión, las cosas se hicieron difíciles para él. Se levantaba tarde a la mañana, no dormía en la noche hasta que a las seis de la mañana su mente no daba más. El insomnio estaba haciendo que la universidad fuera más complicada y pesada de llevar de lo que ya era. Se sentía como para estar acostado en su cama y dejarse estar allí hasta que el mundo acabara. O por lo menos, hasta que él acabara. Estaba agotado y no había nadie que aliviara el peso de cada día.

[HUNHAN] Nada es para siempre (oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora