Entre Angeles y Demonios. Un Amor Prohibido (HIATUS)

Un poco más cerca

- Oiga Rey le puedo hacer una pregunta?. - Fue lo único que se me ocurrió decir para romper un poco el hielo.

- Por favor dime Sebastian, y acaso no me la esta haciendo ya?. - Respondió mientras reía con su sarcasmo de siempre. - Ja lo siento, Cuál es? - Luego de aquella escena me respondió bien.

- Bueno Sebastian. Como, Cómo es la vida de un demonio? - Termine de decir otra luego callar y esperar respuesta.

- ... - La cual no hubo de inmediato tal vez la pregunta le había incomodado ya que se podía notar en su expresión era una molesta?, sorprendida?, fastidiada? No sabría como decirla.

- N-no tie... - Empecé a hablar para disculparme pero me vi interrumpido.

- Esta bien no se preocupe la pregunta no es ofensa si piensa eso es solo que no sabría describir la vida de un demonio. - Aquella respuesta me dio cierto alivio a decir verdad.

- Entiendo entonces, Qué es lo que más hacen? - Volví a preguntar pero con otras palabras por así decirlo.

- No lo se no suelo tomarle importancia a otras cosas que no sean de mi trabajo pero creo que lo que hacen los demás seria odiarse y entrenar. - Para ser sincero eso no era lo que esperaba.

- Ya veo y le gusta lo que hace? - Parece que solo hago preguntas incómodas e inconvenientes verdad?

- Si le soy sincero... - Me dijo sin concluir la respuesta y luego se levantó de donde estábamos sentados. - Es lo que más odio. Ahora si concluyó.

- Q-qué?! - En verdad me sorprendió su respuesta.

- Le dire algo no sabría decir cuantas veces he deseado no haber sido un demonio. - Otra vez sus palabras me sorprendieron. - Sabe lo que es ser de una raza la cual todos te odian y te temen, el saber lo que es haber vivido en un infierno sin siquiera conocer algún lugar bueno, saber que todos se odian y te odian, lo que es vivir en un desastre sin salvación. -

- (Lo que me esta diciendo es verdad?!?!), (Él sin duda alguna no parece lo que aparenta ser frente a todos), (En verdad lo he juzgado mal todo este tiempo) - Mis pensamientos me comenzaron a evadir como me es costumbre.

- A veces me he preguntado de como seria mi vida si en lugar de un demonio hubiera sido un ángel. - Sin duda alguna lo juzgue muy mal.

- Pues no es un paraíso que digamos. La gran mayoría son buenos y siempre están dispuestos a ayudar a quien sea pero en cambio otra parte aunque sean ángeles son una escoria viva y por supuesto yo estoy en ese porcentaje odio mi vida, odio mi hogar, odio mi trabajo ya que todos los días debo despertar sabiendo que tengo un gran número de gente en mis hombros gentes que confía y espera grandes cosas de mi. - Hundí mi cabeza en mis piernas - Siempre fui educado para esto, para este papel importante el cual desde que naci estuve destinado a tener. - Sin darme cuenta había soltado cosas que siempre guarde para mi.

- En verdad - Se sentó a mi lado de nuevo. - Todo eso implica ser un ángel valla y yo que creía que los demonios eran de lo peor pero ahora tengo otro punto de vista. - Me dijo queriendo darme animo. - Tengo una pregunta, siempre a tenido que guardar todos sus pensamientos? - Esa pregunta me tomo desprevenido.