The bad girl and the bad boy.

Capítulo-1

Narra Noana

Me despierto gracias a mi estúpido despertador, me giró para ver la hora y me caigo al frio suelo de mi habitación, me levanto miro la hora MIERDA LAS 07:30 y mi horario de entrada al infierno digo instituto es a las 08:00, bien voy a llegar tarde el primer día.
Salgo disparada hacia el baño me lavo los dientes rapido, me lavo la cara y vuelvo a mi habitación. Me pongo mi ropa interior,un jeans ajustado negro con roturas en las rodillas, una remera negra corta, mis vans negras y por último mi chaqueta de cuero negra.
Bajó las escaleras corriendo, voy hacía la cocina y encuentro una nota pegada a la puerta de la heladera "Hija te dejé un sándwich en el microondas. Estare fuera por un mes. Eh dejado dinero en la mesita del living por si quieres comprarte algo. Cuidate y compórtate en el instituto." La termino de leer y la arrojo a cualquier lugar, agarro mi mochila.
Salgo disparada hacia mi amado Lamborghini color negro, antes de arrancar a toda velocidad saco la cajetilla de cigarros que se encuentra tirada en el asiento de copiloto y lo prendo, el trancurso hacia el instituto es corto asi que en menos de 10 minutos llego, estaciono en el primer sitio libre que encuentro en cuanto bajo me doy cuenta que llegue 7 minutos antes de que tocara la campana, voy caminando con paso relajado hacia la oficina de la secretaria ignorando todas las miradas curiosas que tengo sobre mi.
En cuanto llego toco la puerta que dice "secretaría", escuho un pase femenino y giro la perilla, en cuanto abro la puerta me encuentro con la putsecretaría, que lleva puesta una falda tubo, y una camisa que tiene los primeros dos botones desabrochados dejando a la vista sus grandes senos.
-Buenos días, usted debe ser la nueva alumna Noana Whitman, o me equivoco?-dice mirandome curiosa.
-Si soy yo , y vengo por mis horarios.-digo de forma cortante y fría.
-Toma y adiós.- dice mientras me extiende mis horarios y me fulmina con la mirada.
-Si ahora me mira así no quiero ni imaginsrme como me mirará cuando venga aquí porque me hechen de clases.-Digo en un susurro para mi misma, mientras me largo.
Voy caminando mientras miro mis horarios, me toca Matemáticas,¿que hice para merecer esto dios?, Odio matemáticas, en si odio todo lo que tenga que ver con el puto instituto.
En cuanto me doy cuenta que estoy llegando tarde aceleró el paso, y en cuanto doy dos pasos más choco contra un chico le observo unos instantes, es unos 10 centímetros mas alto que yo, pelo negro, ojos esmeraldas que por cierto se me hacen concocidos pero no se de donde ,es delgado, tez blanca como la mismísima nieve, ojos esmeraldas,mandibula bien marcada, tiene un pequeño arete en el labio, va vestido de de negro y se nota que tiene el cuerpo trabajado.
-¿Con que tu eres la niñata nueva que se cree mala?-dice mirandome detalladamente con una sonrisa burlona.
-Y tu quien te crees que eres para decirme niñata?, imbécil.-Digo empezando a cabrearme.
-Sabes me gustan las chicas con carácter.Por cierto me llamo Ethan,niñata.-dice en tono coqueto mirando descaradamente mis pechos.
-Nadie te pregunto como te llamas y muevete,imbecil.-digo
-Y que me haras si no me muevo,niñata-dice mirandome burlonamente mientras me  acorrala contra la pared del pasillo.
-Esto haré-digo y entonces le doy un rodillaso en su entrepierna.
Y corro a toda velocidad hacía el salón de matemáticas, que por cierto no tardo mucho en encontrarlo, en cuanto llego entró al salón sin golpear la puerta y todos se giran a verme.
-Llega tarde.-Dice el profesor girandose y mirandome de forma acusatoria.
-Y yo que pensé que llegaba temprano-digo sarcástica mirando al profesor burlona, y para ser profesor es bastante joven,debe tener unos 23 años tiene ojos negros, el pelo rubio, cuerpo trabajado, es bastante alto y bastante atractivo.
-Presentese y luego vaya a sentarse. Por cierto soy el profesor de matemáticas mi nombre es Edward Smith.-dice mirandome intensamente.
-Me llamo Noana Whitman.-digo fría y cortante.
-Bien,vaya a sentarse al asiento de la última fila del fondo.
Me dirijo y apoyo mi cabeza en la ventana y mis piernas en el asiento que se encuentra vacío a mi lado, decido ponerme mis audifonos y garabatear en mi cuaderno.Mi tranquilidad es interrumpida gracias unas grandes manos que agarran mis piernas y las empujan haciendo que termine con mis pies apoyados en el suelo.
Enojada miro hacia arriba encontrandome con...