El placer de esperar

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La espera

Capitulo 1: el día esperado

Eduar: [Los sábados, un día único donde se marca el final de la semana, donde podemos disfrutar sin estar demasiados cansados por regresar de un viernes del trabajo y sin la preocupación de un domingo por levantarse temprano para el siguiente día ir a trabajar, un día en medio de dos curses de preocupación con el que carga el viernes y el domingo]

Eduar: [Aunque en las palabras de nuestro creador el día indicado para descansar sea el domingo, yo prefiero el sábado]

Estos pensamientos llegan a mi, el mismo día, a la misma hora con los ojos abiertos mirando ese rustico pero confórtale techo sobre mi cabeza

El sentir de las sabanas me indica que es hora

Eduar: [que sería de nuestra existencia sin un lugar, una hora para saborear el rico sabor de la mañana y calentarnos con esa tela sedosa amarilla que entra por nuestra ventana]

Mientras el camino me lleva al lugar donde empezare mi ceremonia, el frió de mis dedos y plantas de los pies me indican que llevo buen ritmo asegurándome de no saltar nada importante

Eduar: [El olor de la madera, el sabor te este frió y a la vez cálido viento mientras veo el silencio y tranquilidad de mis alrededores mi cuerpo siente las melodías de mis maravillosas acompañantes que sin falta siempre están allí]

Con un vestido azul y blanco una criaturita alada de asoma por la ventana confirmando su asistencia, con un aviso importante

Eduar: [Hola compañera ¿lo mismo de siempre?]

Con un canto en respuesta le pequeña criatura entra en vuelo con sus delicada alas

Eduar: [Bien hora de empezar]

Con afirmación el ritual había empezado como era de costumbre

Sosteniendo y llenando una taza de metal con agua y poniéndola sobre las danzantes brasas me dirijo a otro cuarto, donde un pozo de agua moderno y mi reflejo me esperan pacientemente

Eduar: [Vaya hoy si amanecieron alborotados. Mmm... supongo que ayer fue algo difícil para todos]

Mi cabello siempre amanece rebelde pero hoy aparecieron algo más desordenados de lo normal. Lavando mi ara para prepararme, y quitarme esa característica cara de sueño que en más de una ocasión me ha preocupado por la "impresión" que debería dar a mis socios de trabajo

Devuelta a la cocina, el aturdidor sonido de la taza me avisa que ya todo está listo, mientras saco un tarro color marrón claro con letras a un costado que me indican que es la correcta, la abro y el profundo y nostálgico olor inundan mis fosas nasales

[Ummmmm.... CAFÉ NATUREL DE LA PAIX hoy es el día]

Poniendo un poco del oscuro polvo en el colador de tela y colocando el agua hervida a favor de las manecillas del reloj

siempre hacia esa dirección revolviendo con delicadeza, ni muy rápido ni muy lento, un movimiento en falso podría arruinar el ritual

la práctica que he hecho durante años me han llevado a ser un maestro en prepara café.

Podría parecer fácil pero es un proceso complicado donde un pequeño error arruinaría todo, debe de ser perfecto sin un error, nada me debe de distraer, un buen café se hace con disciplina

Levantando la mirada el reloj en su pared marca la hora

Eduar: [Parece que me adelante... pero solo por unos segundos, uhh?]

La esperaWhere stories live. Discover now