Capítulo 6 👨‍👩‍👧

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Arianne

Regresamos a la cabaña y somos inundadas por el aroma de buena comida, dulces y bebidas. Mi sonrisa es inmensa mientras veo a Asher ordenar la mesa con deliciosos aperitivos. Está tan concentrado que apenas nota mi presencia. Su cabello negro está salpicado con restos de harina y un delantal rodea su estrecha cintura. Es el hombre perfecto y mío. Gracias a la diosa luna por hacerme la mujer más afortunada del mundo.

—Estás babeando —dice Melody con toque de burla y coloca las bolsas en el suelo.

—¿Tú no?

Pone los ojos en blanco.

—¿Qué hicieron, chicos? —pregunta a cambio —. Huele muy bien.

—Yo nada —dice Axel —. Todo es trabajo de Asher.

—También ayudaste, no te quites el mérito.

Finalmente, esos ojos que tanto amo se posan en los míos y me derrito. Sacude los restos de harina que abundan en su cabello y una sonrisa seductora cubre sus labios. No me resisto y me precipito a él para comerle la boca. Mi lengua acaricia la suya rápidamente y agarra puñados de mi cabello para profundizar el beso. No es suave o dulce. Es un reclamo de lo que le pertenece.

—¿Hola? —grita Melody —. Seguimos aquí, chicos.

La carcajada de Axel me hace regresar a la realidad y oculto mi cara en el pecho de Asher. Él me abraza mientras mi respiración se estabiliza y cierro los ojos. Tenerlo así, tan entregado a mí me vuelve loca. Si esta noche no me hace suya no voy a sobrevivir. Lo necesito.

—¿Qué tal las compras? —inquiere Asher como si no estuviera afectado por el beso.

Lo abrazo más fuerte, perdiéndome en su aroma. Huele a menta y pino combinado con especias dulces. Mi lobito.

—Trajimos las recetas que pediste —responde mi prima —. No puedo creer que cocinarás tu propio pastel.

—No hay problema, me gusta cocinar.

Poco a poco me desprendo de su cuerpo y miro sus ojos cálidos. No lo demuestra, pero está ardiendo por mí. Me necesita tanto como yo a él.

—Tengo una sorpresa para ti.

Una sonrisa se extiende por sus labios.

—¿Sí?

—Lo verás más tarde.

—Mmm... de acuerdo.

Pongo un mechón de pelo detrás de mi oreja y observo la amplia variedad de comida sobre la mesa. Asher me rodea la cintura con sus brazos desde atrás y descansa la barbilla en mi cabeza. Wow... Hay sopa de calabaza, pequeñas patatas empapadas en mantequilla, suculentas lonchas de pechuga de pollo, zanahorias glaseadas, suaves panecillos y ricos pasteles cubiertos de frutos secos en almíbar. Se me hace agua la boca. Envidio la paciencia de Asher para cocinar. Le llevó horas.

—Te luciste, lobito.

—También hay ponche y tarta de manzana.

Me giro a mirarlo. Axel y Melody le dan pequeños bocados a la comida.

—No podía faltar tu favorito.

—De ninguna manera.

—Solo nosotros decoramos la casa y el árbol un día antes de navidad —Se queja Melody —. Qué mediocres.

—Perezosos —La corrijo.

—Manos a la obra entonces —añade Axel y hurga en las bolsas —. Dejen de protestar y terminemos porque el día pasa volando.

Dulce EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora