En el templo

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Ya son las 3:00 Am, una joven de complexión delgada, cabello negro y ojos oscuros se levanta de la cama a paso lento, toma un vaso de agua, se viste completamente de negro. Con un sombrero muy ancho, un vestido negro ceñido en la cintura y suelto repartido en muchas capas, lentes negros y maquillada como si fuese a una fiesta.

Camina con un semblante frío y misterioso, demasiado atrayente, solo mira al frente a paso rápido. Avanza hasta una fabrica abandonada, donde es esperada por mucha gente de pie, mientras le dejan espacio para pasar. El foco de atención es ella, siempre es ella.

El lugar se asemeja a una iglesia, una iglesia muy oscura, llena de simbologías que de todo tenían menos cruces ni figuras de santos, tenía cortinas de tonalidades oscuras y frases en latín, un pasillo color rojo carmesí y los asientos eran adornados con rosas negras. Pero lo mejor de todo, era el altar, lleno de riquezas que nadie más que la joven podía tocar, que de ser así, cambiarían su vida totalmente.

Y era que, nadie sabía nada de esa chica, con tanto desplante, un carácter frío y abrazador, quien nunca se quitaba sus lentes negros. Ella, ella era la líder de ese lugar.

Sus fieles, cansados de lo que la vida mundana les podía entregar, una vez que vieron a la joven caminar frente a ellos, los cautivo con su don de la palabra, unas palabras tan efervescentes, apasionadas, donde ella hablaba de un dios divino, tan hermoso y tan comprensivo, que el mismo Jesús tuvo miedo de perder su fe hacia Dios. Cualquiera que la viera quedaba engatusado, quedaban totalmente a su merced.

La sesión comienza de forma distinta, ya que la joven les dice que tendrá un viaje largo y que no podrá estar al cuidado de sus fieles, entonces habla como nunca ninguno de ellos la habían escuchado hablar, de manera mucho más apasionante sobre ese ser divino que los reunía allí, tanto así que su tonalidad cambió por completo, sacudía su cabeza violentamente, y movía su cuerpo con tanta fuerza que sus mismos huesos rechinaban. El aura era mucho más oscuro, sin embargo, los fieles sabían que iba a suceder, algo que habían esperado por tanto y al fin estaba frente a sus narices.

Después de el gran discurso dado por cerca de una hora, la joven se puso una capucha negra, un grupo de personas con mascaras aparecieron detrás de ella, con capuchas grises y que cubrían sus rostros con cadáveres de animales. La joven se acercó lentamente, hasta el inicio del pasillo, se quitó los lentes oscuros, miró a sus fieles a los ojos, conectándose con cada uno de ellos, mientras les tomaba de las manos con firmeza o les acariciaba el rostro de una forma tan dulce que perdían la noción del tiempo en lo que podían ser cinco segundos, cinco segundos donde podían experimentar lo que podía ser la paz misma, tenían visiones, ponían los ojos en blanco mientras reían, conocían el lugar más bonito solo al mirar los ojos completamente blancos de la joven.

Una vez  que llegó hacia el más alejado de de los fieles del altar, caminó hacia la entrada, pidió que todos cerraran sus ojos, que sintieran la paz que ella les había otorgado, que la sintieran en la palma de sus manos. Todos los fieles estaban tan dentro de esa lugar ideal, cayendo uno por uno en un sueño abrazador y profundo, que no notaron cuando la joven se acercó a las personas con máscaras quienes aún estaban sobre el altar y...se sacrificó. Las personas con capucha formaron un circulo al rededor de su pequeño cuerpo, mientras parecía que crecían y crecían sobre ella, y así sus cuerpos se transformaron en los animales a quienes pertenecían sus máscaras. Así, la joven cerró sus ojos, sintiendo una valentía tremenda, sonrió y fue despedazada por aquellas personas transformadas en animales.

La joven había vendido su alma, se había entregado a sus fieles y al mismo demonio que la engatusó. De su cuerpo no quedaba más que sus tripas fuera, lleno de sangre sobre el altar y su bello rostro que expresaba tranquilidad. Las personas transformadas nuevamente en humanos, tomaron con sus manos izquierdas y huesudas las 6 velas rojas que rodeaban estratégicamente el altar y a los fieles, para luego dejarlas caer y desaparecer entre las tinieblas.

El templo se incendió por completo, de una forma voraz y salvaje, demasiado rápido como para que las autoridades llegaran a salvar a los que se encontraban dentro.

Lo que nadie sabía, era que todos estaba en un lugar mejor, los fieles entraron en las fantasías que vieron cuando miraron los ojos de la joven, para vivir una felicidad eterna que había sido entregada gracias a la devoción que habían tenido. La joven en el inframundo, se hizo paso en el pasillo, con desplante y la cabeza levantada orgullosamente, caminó hacia el trono que la esperaba al lado del ser divino al cual había añorado tanto y lo conoció gracias a su valiente sacrificio por la felicidad de sus fieles. 



Es el mismo cielo del cual escuchamos y leímos en la biblia, en la iglesia cristiana, lo que nos habían prometido y no nos lo habían entregado. Ellos lo recibieron de un ser justo, benevolente, humilde y amante de todos sus fieles, del mismísimo Lucifer.


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⏰ Недавно обновлено: Aug 31, 2018 ⏰

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