Louis sonrió, aquellos viajes eran a lugares maravillosos y nunca los disfrutó, ni aún con el sexo prometedor que Leonor le permitía, él no se sentía cómodo, no tomando las riendas, no siento el que ordenaba, pero no era cuestión de decirlo; borró todos esos recuerdos impresos en esa pequeña maquina y giró levemente su rostro para quedar sus labios casi alineados con los de Harry.

—Cuenta conmigo Harry... –susurró, con aquella voz exquisita que Harry amaba tanto. El ojiverde le besó los labios y sobre ellos habló—

—¿Hasta cuanto contamos? –Harry, preguntó mientras que sus dientes capturaban parte de la mejilla broceada de Louis provocándole un estremecimiento de placer—

—Hasta tres... –respondió, Louis con sus ojos cerrados— Uno...

—Dos... –seguía Harry—

—Tres... –Louis le besó la boca a su primo y viró hacia adelante, lanzó el aparato al agua y posterior a eso comenzó a reír desesperadamente. Harry le miró dudativo, no comprendía my bien que era lo tan gracioso, ese celular debía costar una fortuna y Louis solo lo botó—

—¿Estás bien? –preguntó, Harry mirando a Louis como seguía riéndose fuertemente—

—¿Quién, yo? ¡Estoy perfecto! –exclamó, el ojizafiro para lanzarse una vez más a los brazos de Harry— ¿Sabes? Quiero conocer todo Tennesse, ir a explotar... tal vez un picnic, o comer sin cobertores, ensuciarnos en la tierra, meternos al tanque en ropa interior... –Decía Louis exasperadamente. Harry le miraba maravillado, amaba la forma en que Louis se expresaba con esas palabras sabias y bien pronunciadas, pero amaba su desesperación, su emoción, todo eso y más— Cabalgar muy tarde, cantar con la guitarra, bailar country... contar historias de terror y...

—Bueno, bueno... –Acallaba, Harry— Lo haremos, todo lo haremos... debes tranquilizarte... ahora necesito que me digas por qué diablos botaste ese celular ¡Debe costar un dineral, Cristo! –exclamaba Harry. Louis le sonrió y luego besó la comisura de los labios que tenía para él, si, solo para él—

—Harry, he perdido demasiado tiempo en... tonterías, no lo sé, no necesito tener un celular, va a sonar todo el tiempo ¿tú tienes uno? –preguntó—

—Eh, ¿no? –Respondió, Harry—

—¡Vez! ¡No tienes uno! ¿Para qué quiero uno yo? Si con la única persona que quiero estar comunicado es contigo... ¿comprendes? –Decía, Louis sonriendo mientras envolvía sus brazos alrededor el cuello de Harry—

—Si lo entiendo... –pronunciaba, Harry mientras envolvía sus brazos alrededor de la cintura del ojiazul— O sea que quieres vivir... la vida... al viento ¿no es así? –preguntó Harry picarón. Louis asintió mientras se mordía su labio inferior— Bueno, estas en tú día de suerte entonces...

—¿Por qué lo dices? –Articuló, Louis mientras sonreía coquetamente—

—Porque hoy es el día en donde quiero hacer locuras... –respondió, Harry mientras apegaba su frente a la de Louis, se miraron durante un momento, solo para apreciar lo que tenían en sus manos— ¿Quieres enloquecer conmigo? –preguntó, Harry casi en un susurro. Louis asintió mientras sonreía— De acuerdo... entonces aguanta la respiración...

—¿Por qué? –cuestionó, Louis extrañado—

Ni si quiera supo como o en qué momento fue pero, Harry le tomó en sus brazos y juntos se lanzaron dentro de aquel tanque, entre gritos desesperados de Louis, cayeron bajo la profundidad de aquel valle de agua verde preciosa, sumergidos bajo el agua.. Harry abrió sus ojos para ver a Louis como le miraba con un rostro de sorpresa y ridiculez y como si de un espejo de tratara, juntos emergieron del tanque, completamente mojados.

Summer in Tennesse  «l.s»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora