La lluvia pertinaz se huele a mar
a tinieblas de dos nidos vacíos,
los gritos de la ciudad y los míos
me hacen a fuerza tu faz recordar.
Baltra de horizonte que toca el lar
de los inocentes difuntos yertos
en sus cajas y cenizas van muertos,
los segundos, los años de azahar.
Y azota el viento perpetuo y añejo,
como apercibiendo al tiempo un espejo,
lleno de rituales: sangre celeste.
Aleve brisa que me eleva fuerte,
cual requiem acuífero, procaz,
lleno de lunas: "un destino procaz".
ROGERVAN RUBATTINO ©
Vísitanos en:
http://www.rogervanrubattino.com
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La Mansedumbre
PoetryHay un árbol en Panamá donde vive un demonio que hace a las mujeres poetisas; y cuando se detiene el viento se detiene el tiempo, los latidos, y las memorias ya no ultrajan las alboradas y sus pupilas. El azul intacto del recuerdo se consume en es...