15° Seis de la mañana

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Empiezo a tocar una canción lenta y me relajo. Cuando termino de tocar escucho un pequeño golpe y miro hacia las escaleras, pero no hay nadie. Me levanto y veo como la puerta está cerrada, tal y como la dejé. Vuelvo a escuchar otro golpe, y me giro. Esa puerta... Recuerdo que Mikel salió por ella aquella vez.

Camino hacia ella y abro con cuidado. La luz de unas pantallas es lo único que ilumina el pequeño cuarto. Me adentro en la habitación y veo teles por todas partes, teles conectadas a cámaras de vigilancia. Abro la boca sin creerme nada de esto. Es un maldito psicópata...

Veo las pantallas, una cámara apunta hacia el interior de un cuarto... Reconozco esa habitación, es la de Chloe. Mi cara empalidece al ver las otras pantallas, su salón, la puerta de la entrada, el portal de su edificio... Pero mi mirada se para en seco al ver la cámara apuntando a una calle, una chica, es ella, está corriendo. Detrás de ella, un chico encapuchado. En otra pantalla veo una furgoneta con las puertas abiertas. ¿La van a secuestrar?
Me quedo paralizada al ver a Mikel en otra calle, parece hablar por un walkie-talkie. Veo a Dave salir del coche acompañada de una chica pelirroja, Lyra.

Doy pasos hacia atrás desconcertada hasta tocar la pared. ¿Qué está pasando? ¿Por qué la quieren secuestrar? Sigo a Chloe por la pantalla, va corriendo y se choca con Devon, ella parece estar aterrorizada, ¿cómo no estarlo?

Siento una ansiedad oprimir mi pecho, ellos no... Ellos están aquí, están durmiendo.

Salgo disparada de esa habitación y subo hacia el salón. —¡Mikel! —Subo las escaleras hasta las habitaciones. —¡Dave! —Abro las puertas de sus habitaciones, pero ellos no están. ¡¿Por qué?!

Vuelvo a bajar a esa habitación y miro las cámaras de la calle, ya no hay nadie. Pasan unos segundos hasta que veo a Devon y Chloe entrar apresurados a su edificio. Una especie de alivio me recorre el cuerpo.

Trato de calmarme y salgo de esa habitación para sentarme en el sofá del salón. Con las piernas encogidas y mi mirada perdida en algún punto de la pared me pongo a esperar a que ellos vengan.

No paro de preguntarme por qué lo han hecho, o al menos eso han intentado. Se supone que yo estaba en todo esto, ¿será otra venganza?

Escucho el motor de la furgoneta parar enfrente de la casa, pero ni siquiera me inmuto. Segundos después la furgoneta se va haciendo chirriar las ruedas.

—¿Esa maldita Lyra no sabe guardar discreción—Habla Mikel molesto.

La puerta de la entrada se abre con sumo cuidado, como si no quisiera hacer ningún ruido. Ni me molesto en levantarme, solo me quedo ahí sentada en silencio, escuchando sus pasos subir las escaleras.

—Mierda.

—¿Qué pasa?

—Nina no está. —Al instante escucho pasos fuertes y desesperados bajar las escaleras. Y cuando entra en el salón, se queda estático. —Nina... —Su voz es rasposa.

—¿Por qué? —Una lágrima solitaria cae por mi mejilla. Mikel se acerca a mí y dirige su mirada hacia la puerta abierta.

Detrás de él veo como Dave entra desesperado, cuando sus ojos conectan con los míos, suelta un suspiro de alivio.

—Mierda, ¿por qué estabas aquí, pequeña? —Sonrío irónica, él es más pequeño de los dos por seis años de diferencia.

—Dave. —Le llama serio Mikel. —Sube.

—Pero—

—Sube. —Le corta.

Cuando estamos solos suelta un suspiro y se sienta a mi lado, yo ni siquiera soy capaz de mirarle.

—No volváis a hacerlo. —Esta vez le lanzo una mirada fría.

—¿Qué has visto? —Pone una mano sobre mi muslo, mi piel quema bajo su tacto.

—Todo. —Digo sin más. —¿Por qué queríais secuestrarla? —Me giro hacia él.

—Solo queríamos advertirla. —Mi ira crece desde mi interior.

—¡De qué! ¡Maldita sea, Mikel! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué quieres vengarte?! Estás constantemente viviendo del pasado, vive el presente por una vez en tu vida. —Me pongo de rodillas frente a él haciendo que parezca más alta. —¡Por dios!—Me siento sobre mis rodillas y agacho mi cabeza.

—Ya te he dicho por qué quiero vengarme. —Aprieta su manos sobre mi muslo.

—Es no es suficiente para querer vengarte. Es una tontería, ¿no lo ves? —Intento gritar pero es que no puedo.

Y es que ya estoy cansada de todo esto, no quiero seguir participando en su plan. A saber qué otras cosas más ha hecho a mis espaldas, si ha hecho algo peor, si ha... matado a alguien.

—¿Quieres saber por qué? —Aprieta su mandíbula. Le miro sin responder. —Por su puta culpa mi madre se suicidó. —Me quedo helada ante su confesión. —Él no lo sabe, ni lo sabrá. Devon no se merece ni siquiera pensar en mi madre, no es digno de ello. —Siento mi labio inferior temblar.

—Mikel yo—

—Tranquila. Tú no sabías nada. —Se echa en el respaldo del sofá y cierra sus ojos.

Pestañeo un par de veces intentando disipar las lágrimas que se me acumulan en los ojos. Sin pensarlo mucho, más bien, por un impulso, me pongo a horcajadas de él sorprendiéndole y le abrazo fuerte. Él respira fuerte contra mi pelo, como si se estuviera desahogando.

—Lo siento. —Digo contra su cuello.

Él me abraza por la cintura y me estrecha contra él.

—A Dave no le afecta tanto como a mí. Él apenas tenía un año, no se acuerda. Pero aun así me ayuda a vengarme, por nuestra madre. Por eso hace lo que yo le mando. —Seco mis lágrimas y un recuerdo de la primera vez que Dave y yo hablamos me viene a la mente.

《Pregunto que por qué le haces caso. ¿Te ha amenazado?》
《A veces no hace falta que te amenacen para hacer las cosas.》

Poco a poco siento que mis párpados pesan, todo ha sido bastante abrumador.
Cuando estoy en el borde del sueño, siento como Mike me carga y me lleva hasta mí habitación y me acuesta en la cama con mucho cuidado.

—Desearía haberte conocido en otras circunstancias... —Escucho su voz lejana antes de quedarme dormida.

Lo hice por él [Venganza #2]Where stories live. Discover now