No hubo más, solo un simple "Los veo luego" que no fue cierto, el rubio desapareció del palacio como si la tierra se lo hubiera tragado, nadie sabía su paradero. Jungkook le busco con el corazón oprimido, no sabía porqué su rubio se fue sin dirigirle la palabra, las lágrimas se deslizaban por su cuello, había llorado mucho que las mejillas estaban hechas mar y no había más espacio para retenerlas allí. Sin mencionar que sus manos temblaban y tropiezos daba en busca del mayor, ahora era todo una brújula, se sabía en menos de un día la gran casa, de al derecho y al revés, pedía en chillidos al pelirrojo que lo ayudase y la tranquilidad lo invadía en miseria cuando recibía un "No te preocupes, Nochu, lo encontraré" pero lo que no sabía es que el joven de mirada verdosa no tenía compasión del pequeñín, no hacía nada por pedir ubicación del príncipe, Yoochan no era egoísta, bueno tal vez un poco pero es que quería por lo menos un poquito de atención del pelinegro, todo era para Taehyung, para el alteza. Pero al final su alma se rompió y decidió buscar al demonio celoso que tiene como primo, ya que la noche había caído y Jungkook no dejaba de llorar, hasta la reina lo intentaba calmar más nada funcionaba, únicamente era Taehyung el que podía.

-Cálmate, cariño -volvió a decir la mujer, acariciando la cabeza del pequeño que reposaba en su regazo, Jungkook negó rotundamente.

-Taehyung, él ya no me quiere ¿verdad? -chilló tallando sus ojitos con el puño, lastimándose con fuerza. -¿Él también se irá como papá? -murmuró dejando helada a la madre, tragó saliva y lloró escandalosamente.

-No, no, Nochu -le tomó por sus mejillas alzando su rostro, los ojitos rojos llenos de lágrimas hacían verle opaco su mirada, sin ese brilló especial que comenzó cuando niño, tampoco sus lunares plateados se iluminaban, todo del dulzón se había apagado. -Taehyung volverá, lo prometo.

La mujer ya no sabía que hacer, no había pensado que el reproche de su hijo fuera a dañar tanto al pequeño, ahora se daba cuenta de lo sensible que era, tan frágil e inocente.

Jungkook quedo dormido y Yoochan lo llevó hacia la habitación del rubio, sabía que esos dos dormían juntos, había sido el secreto que el chiquitín le confesó. Lo dejo con cuidado, arropándolo con las sabanas y salió sin hacer ruido. Por otra parte, Taehyung decidió aparecer muy cómodo por una disculpa por parte de su primo, después de haberle hecho arrodillarse, pero luego su madre le dio un tremendo sermón sobre lo testarudo que era y que si lo volvía hacer las consecuencias las sufriría su bebé, si el niño se hacia la idea de abandono caería en depresión, sus almas estaban entrelazadas y por ese motivo no podía molestarse con Jungkook.

El príncipe entro al interior con normalidad, sin darse cuenta que había despertado al menor con el ruido de la puerta. Jungkook limpio su visión y una sonrisa se expandió por su rostro al ver su príncipe frente a él, parado en el armario dándole la espalda. Su corazón latío feroz, sentía las mejillas dolerle de tanto sonreír sumándole que estaban más calientes por la sangre subir, Taehyung si regreso como la reina había dicho.

-¡Taehyung! -su grito retumbó en toda la habitación, hizo saltar al mayor del susto.

-¿Jungkook? -preguntó aturdido, gimió atemorizado cuando su niño salto de la cama a su dirección sin calcular antes la distancia, gracias a los reflejos del rubio que actuó rápido alcanzó atraparlo en sus brazos. -Dios, Jungkook, no vuelvas hacer eso -dijo soltando todo el aire que retuvo, se dejó caer de rodillas mientras era apresado por las caderas con las piernas del pelinegro y su cuello ser rodeado, el aroma fresco golpeó sus fosas nasales, ni siquiera había pasado un día completo y había extrañado a su hermoso niño.

-Prometiste no irte, que no me dejarías de amar -lloriqueo nuevamente, apretándose al contrario.

-Lo siento, lo siento, lo siento, bebé -farfulleo el alteza, hundió sus dedos en la cabellera sedosa y arrullo al pequeño, diciéndole cosas bonitas al oído.

-Taehyung.

-¿Sí?

-No me dejes solo -pidió alejándose, topando su mirada preciosa con la azulina del rubio, sus manitas tomaron las mejillas frías de Taehyung y comenzó a frotar su nariz con la de él.

Taehyung negó.

Jungkook sonrío.

-Taehyung -volvió a llamar, sonrojándose al ver cómo el príncipe se acunaba en sus manos. -Te amo.




 -Te amo

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Los Deseos Del Rey ➸ kth + jjkWhere stories live. Discover now