Fake Love | Fanfic Simbar (Completa)

Capítulo 17: Culpables

- Basta, Delfina. – Pedí. Aquella conversación no debería seguir. – Basta.

- ¿Te duele tanto la verdad? – Ella preguntó y yo me volteé a su dirección. – Tus sentimientos estúpidos no te hacen ver la verdad, Ámbar. Simón es parte de un plan, no olvides de eso otra vez. Solo digo por tu bien.

- ¿Por qué me estás diciendo esas cosas, Delfina?

- Porque soy tu mejor amiga y me preocupo. – Delfi se acercó. – Y no quiero que vuelvas a lastimarte por creer en lo mejor de las personas.

- Yo no me lastimé antes. – Negué, segura de lo que estaba diciendo. – Y no me voy a lastimar esa vez. Yo estoy siempre en primer lugar, Delfina. Creo que vos deberías aprender conmigo y no al revés. – Me alejé de mi mejor amiga. – Ahora, permiso, tengo que encontrar quien se atrevió a cruzar mi camino y enviar aquel fotógrafo. Y después voy a cenar con el gran mentiroso. – Guiñé uno de mis ojos y fui a mi cuarto.

Llegué al restaurante donde Simón me estaba esperando. Lo encontré después de echar un vistazo y fui en su dirección. Simón no me vio y yo decidí jugar con él. Tapé sus ojos y él puso sus manos encima de las mías.

- No sé. – Él intentaba no reírse. – Quizás sea una fan.

- No. – Negué. – Te voy a dar otra oportunidad.

- Ya sé. – Simón sonrió. – Es mi compañía para la cena, solo no recuerdo el nombre de esa persona.

- Solo voy a sacar mis manos cuando me digas quien soy. – Dije, también intentando no reírme.

- ¿Ana, la novia de Matteo? – Él preguntó y empezó a reírse. Yo saqué mis manos de sus ojos y me senté frente a él. - ¿Cómo estás, Ámbar?

- Creo que bien. – Fui sincera. – Delfina estaba muy rara hoy y creo que nos peleamos.

- ¿Fue ella?

- No. – Negué. – Ella me prometió que no fue ella. También dijo que no fue Pedro.

- Pedro me aseguró lo mismo. – Simón suspiró y se calló.

- ¿Qué pasa? – Cuestioné y él balanceó su cabeza negativamente. – Vamos, Simón, creo que ya no hay secretos entre los dos.

- ¿Y si Delfina está encubriendo a Pedro y viceversa? – Él sugirió y yo cerré los ojos. – Puede ser que Pedro lo hizo y Delfina lo ayudó o al revés, Ámbar. Solo los dos sabían de ese encuentro además de nosotros.

- Quizás fuiste vos y me estás engañando. – Sonreí y él rodeó sus ojos. – O quizás fui yo. Estoy sospechando hasta de mí ahora, Simón. Creo que soy la sospechosa número uno en mi lista. No es posible que nadie va a confesar lo que hizo.

- Si realmente fueron ellos, entiendo perfectamente que se están defendiendo. – Simón dijo dando un pequeño sorbo en su bebida que estaba sobre la mesa. – Nosotros haríamos lo mismo. Yo jamás te delataría si supiera de algo. – Yo fruncí mi ceño al escuchar aquellas palabras. - Tu también lo harías, ¿no?

- Sí. – Contesté. – Pero, ¿Qué vamos a comer? – Intenté cambiar el asunto. No me sentía tan cómoda con aquella protección que él había acabado de prometerme.

- Voy a respetarte al menos hoy y te dejaré seguir con tu dieta. – Yo aplaudí irónicamente en respuesta y él volvió a rodear sus ojos. – Ya hice tu pedido, señorita Smith.

- ¿Y que pediste? – Interrogué. - ¿Estás seguro que lo que pediste está en mi dieta?

- La neta es que no, Ámbar. – Simón pareció estar siendo sincero. – Al menos sé que es algo que te gusta, pero no te voy a decir nada. El mesero ya lo va a traer.