Estudiante N°05

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Ha pasado mucho tiempo.

La verdad ya perdí la cuenta de los meses, aún si incluso ya son años. Pero ¿por qué?, mi escuela era un refugio para mí, tenía con quien hablar, amistades, no me quedaba callado, aún, si en mi casa todo iba bien prefería mil veces estar en la escuela, Je Je raro para un chico de preparatoria ¿no creen?.

Más llego el día, mis padres y yo nos teníamos que irnos de la ciudad, dijeron que era mejor y más saludable después de todo el aire limpio de algún pueblito rural es bueno para la salud, mas me sentía desolado, mis amigos, mis logros; todo quedaría en cero y quizás al final sería olvidado.

¡Nha!, que importaba solo tenía que esforzarme, el doble si era necesario en la nueva escuela, fuimos a un pueblo muy alejado de la ciudad, eran aproximadamente 13 horas desde la ciudad al pueblo, y la ciudad más cercana estaba a 2 horas en auto, no podía ser tan malo, mi padre era doctor y era muy necesario allí así que trabajo no le faltaba, mi madre era maestra de primaria, a mí me gustaba ir a su escuela a jugar con niños de vez en cuando, más no creí que eso fuera posible esta vez.

Pasó una semana, me dijeron mis padres que me tenía que inscribir a la escuela, lo haría mañana en la mañana, me dieron mis papeles y algo de dinero, la mañana siguiente era nublada y había neblina muy densa, supongo que por el clima tan húmedo y el frio que se sentía, aún así tomé mis cosas y me preparé para irme, mi padre había tomado el turno nocturno y mi madre seguía dormida, solo entre a su cuarto, me despedí de ella con un beso en la frente y me encaminé a la escuela.

El camino parecía ser más largo que antes, entre la neblina no podía ver nada, solo vi un edificio enorme, al acercarme más noté que la escuela estaba adentro de una gruesa pared rodeada con alambre de púas, lo único que pensaba era “no, esta no puede ser mi escuela, no, no puede ser”, vi grafitis alrededor de la misma pared, la mayoría eran insultos, “Mal nacidos mueran de una vez”, “Bastardos los veré en el infierno”, en la semana que estuve todo era normal no parecía a ver violencia ni delincuencia, supuse que había entrado a la parte baja o pobre del pueblo, me acerqué y vi la entrada, afuera de allí había un guardia, no parecía más viejo que yo, quizás 19 ó 20 años, me atendió gentilmente y me pidió el asunto, le dije sobre mi inscripción y le mostré mis papeles, él solo me miro con una cara confundía y me pregunto que si estaba seguro de entrar, “hay más escuelas al rededor que tendrían mejores instalaciones” me dijo, le conteste que no tenía opción, pues era la única escuela cercana a mi casa, me sería imposible asistir a otra escuela, solo rio y me dijo “apesta ser tú” me entrego los papeles devuelta y me dijo que la dirección se ubicaba en la tercera planta, y que tenía que usar las escaleras pues el elevador no funcionaba, entré a la escuela, el campo de receso por donde pasé era solo asfalto, una grada metálica enfrente de cada cancha, una para tennis, basquetbol, fútbol y justo hasta atrás había una cancha enorme de fútbol americano, la cual era también de asfalto, eso no tenía sentido. Había solo dos solitarios árboles que le daban color al costado del edificio, entré y subí hasta la tercera panta, todo normal, vi a chicos dentro de clases, uno que otro fuera, maestros hablando por los pasillos nada que no se viera en otras escuelas, al llegar entré a la oficina, me atendió una secretaria de aspecto un tanto extravagante: cabello en forma de coleta, lentes, camisa negra con lentejuelas y una falda muy recortada, bueno eso al menos alivió mi miedo por la hostilidad del lugar mientras reía a mis adentros, le entregué los papeles, dijo que se los entregaría al director, entró a la oficina y me dijo que me pusiera mi uniforme en lo que volvía. Le dije que no tenía ninguno, dijo que me daría uno, que lo tomara de la bodega que estaba al lado del expendedor de agua, entré, era un lugar estrecho y con poca iluminación, más aún así había un uniforme, me quedaba bien, mas no me sentía cómodo con el puesto, supongo que tenía la idea de que alguien más lo pudo haber usado, al salir, la señorita estaba sentada esperándome, me dió mis papeles de aceptación y me mandó a mi clase, el primer día fue completamente corriente mas notaba un cierto ambiente de hostilidad, no sólo conmigo sino entre todos al regresar a casa era extraño, seguía con la misma neblina y todo, no parecía que cambiara el clima, llegue a casa y mis padres me recibieron, me felicitaron por mi entrada a la escuela y me dijeron que le pusiera empeño, je je supongo que es algo normal en los padres, mas mi escuela no era normal.

Creepypastas (Terror Psicológico)Where stories live. Discover now