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¿Seguía viva? ¿Había muerto por una contusión cerebral? Era lo que Eileen se preguntaba pero no, no había muerto por una contusión cerebral y si, seguía viva, estaba viva y envuelta por los brazos del pelinegro

Sus pies no tocaban el suelo y sintió los brazos de Hyunjin rodeando su cintura al igual que las manos de ella sujetando con fuerza la camisa del chico —¿Ves? Te lo dije, sigo siendo tu Hyunjin-Man— susurro él aspirando el aroma de Eileen, la castaña no podía pensar en nada más que en la adrenalina que sentía y el "tu" que Hyunjin había puesto en su oración, ¿El pelinegro lo había notado? Por supuesto que sí.

Hizo que los pies de la chica tocaran el césped con delicadeza y lentitud, las pequeñas manos de Eileen todavía sujetaban la camisa de Hyunjin, se quedó por unos segundos más así hasta que sintió el frío en las piernas y corrió hasta su falda para ponérsela e intentar conseguir algo de calor que no fuera solo en sus mejillas

Hyunjin sonrió por lo bajo, tenerla tan cerca había sido lo mejor del día y lo hizo recordar cuánto extrañaba abrazarla sin motivo alguno, cuando él quisiera —¿Puedo esperar a mi madre en tu casa?— pregunto Eileen dejando de lado su vergüenza para pedirle aquel favor, no tenía planeado caminar por las calles de noches para llegar a su casa, prefería caminar a la casa de Hyunjin y llamar a su madre desde allí para que vinieran a recogerla

Hyunjin no se negó, sabía a la perfección que la Sr. Hwang estaría más que contenta cuando viera el rostro de Eileen en la puerta de su casa. El pelinegro se dispuso a comenzar el caminar hacia su casa con la maraña de pelos detrás de él

Joder, su silencio lo mataba, ¿Por qué no le hablaba? Él moría por escuchar a la castaña decir alguna que otra palabra —¿Por qué no hablas?— estuvo a punto de decir pero se contuvo a la perfección

—¡Eileen, por Dios!— grito entusiasmada la Sr. Hwang en cuanto notó a Eileen mientras la estrujaba entre sus brazos

—S-Sr. Hwang— murmuró ella algo avergonzada intentando no ser asfixiada por la mujer, Hyunjin río por lo bajo mientras entraba a la sala y sujetaba el teléfono y se lo extendía a Eileen

La madre de Hyunjin soltó finalmente a la chica para que hiciera la llamada. Eileen marco el número sin problema alguno sintiéndose satisfecha, le había costado trabajo aprenderselo tiempo atrás. El teléfono solo tuvo que marcar dos veces para que respondieran del otro lado de la línea —¿Aló?— escuchó la voz de la Sr. Camyl

—Mamá, soy Eileen, estoy en la casa de los Hwang, ¿Puedes venir a recogerme?— Hyunjin notó el nerviosismo en la voz de Eileen haciendo sonreír nuevamente, ¿Qué con esos cambios de humor?

The great Hyunjin-Man! [ Hyunjin SK]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ