24.Noche de borrachera

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(Damián)

En cuanto llegó a la barbacoa lo primero que hizo fue buscar a Dafne y a Nora con la mirada, pero al no encontrarlas se cruzó de brazos con enfado y se sentó en una de las sillas de plástico. Esa mujer demonio le había colgado el teléfono después de decirle que Ren se le había declarado, ¿¡cómo podía soltarle una bomba así y luego colgarle?! Ni siquiera le había dicho si lo había rechazado aunque más le valía haberlo hecho.

¡Ren no era para ella! ¡Y si tenía que meterle esa idea en la cabeza por la fuerza lo haría! La ataría a una silla y no la liberaría hasta que dijese: "Oh Damien te quiero tanto que no puedo vivir sin ti, que le den a Ren, es soso y aburrido" Sonrió con felicidad ante esa idea y comenzó a balancearse en la silla.

― ¡Damien!―al escuchar su nombre miró al frente y se encontró a Libby corriendo hacia él, Libby era una chica menuda con una espectacular melena pelirroja y unos ojos oscuros que siempre vestía a la última moda.―Vaya, creo que no recuerdo la última vez que te vi con el pelo negro, estás guapísimo.

Sonrió agradecido y la chica le dirigió una sonrisa coqueta algo que no le sorprendió, Libby siempre coqueteaba con él.

― ¿Has visto a Dafne?―Libby dio un respingo e hizo una mueca de desagrado antes de sacudir los hombros y echarse unos mechones de pelo hacia atrás con elegancia.

― No, no he visto a la enviada del diablo.―contestó Libby por lo que no pudo evitar reír.

La verdad es que esas dos nunca se habían llevado bien, Libby era elegante, muy femenina y siempre vestía a la moda por lo que entraba en cólera cada vez que Dafne le gastaba una broma que implicase ensuciarle la ropa. De hecho una vez Libby se enfadó tanto que se lanzó contra Dafne y ambas comenzaron a rodar por el suelo dándose golpes hasta que él, Alex y Nora consiguieron separarlas aunque en el proceso se llevaron un par de puñetazos.

Fijó la mirada en Libby y vio como ella le ofrecía un vaso de plástico con cola dentro, aunque Libby pareciese debilucha y delicada era cinturón negro en kárate. De hecho, todos los que habían en esa fiesta eran cinturón negro en como mínimo un arte marcial; es lo que tenía tener padres en el cuerpo de seguridad nacional.

Intentó tomar el vaso pero a Libby se le resbaló y cayó parte de su contenido sobre su pantalón por lo que se puso en pie de golpe.

― ¡Oh vaya! Que torpe soy.―se disculpó Libby tomando servilletas de la mesa para ponerse a limpiar sus pantalones.

― No importa, no te molestes, voy al baño.―dijo tomándola de las muñecas para detenerla, ella juntó los labios y se acercó a él dispuesta a besarlo por lo que la soltó y salió corriendo de allí escuchando de fondo la risa de los hermanos Vázquez a los que le lanzó una mirada asesina.

Se metió en el baño y echó el pestillo a la puerta, no quería que Libby entrase y siguiese con su acoso. Eso de ser tan guapo a veces era una gran desventaja, ¿cómo podía Will disfrutar de ser acosado durante las 24 horas del día? Se limpió el pantalón sin prisa y se echó una rápida mirada en el espejo antes de salir. Una vez fuera vio a Óscar Castillo hablando con su padre por lo que sonrió animado, Dafne ya debía de estar allí también.

― ¡¿Cómo te atreviste a colgarme mujer?! ¿¡Colgarme?! ¿¡A mí?! ¡Encima que gasto mi preciado dinero en llamarte, deberías...―pero se calló al ver a Alex junto a ella y con su brazo por encima de los hombros de Dafne.

¡¿Por qué ese asaltacunas tenía su brazo sobre los hombros de Dafne?! Frunció el ceño molesto, iba a tener unas cuantas palabras con Alex más tarde sobre liarse con chicas cuatro años menor que él. Aprovechó que se ponía a hablar con Nora y tomó a Dafne de la muñeca alejándolo así de ese castaño de sonrisa deslumbrante, sin embargo Dafne le pegó un manotazo y se zafó de él enseguida.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Where stories live. Discover now