¿Defendemos al rey o qué? ♔

43 1 0
                                    

El cielo anaranjado y las nubes amenazando con traer terribles tormentas solo podían ser el presagio de una clase de destino, un destino escrito con la sangre de los perdedores en la importante batalla que se disputaba por la victoria ese día.


-Eso es demasiado cursi para una simple historia de ajedrez, ¿No lo crees?- Preguntó una voz aguda.


-Como narrador de esta historia te obligo a silenciarte desde este momento, o te baneo de la sala.- Amenazó el narrador.


-Bien, bien. Como sea, sólo no exageres.- Pidió la aguda voz.


Bueno, como decía... de pronto, entre medio de los gritos de los soldados y de la lluvia que comenzaba a hacerse presente en el campo...


Un pobre caballo blanco cayó desangrándose al piso frente a los ojos de un joven guerrero... Aunque bueno, no podemos estar realmente seguros de si lo vio con sus ojos, ya que la armadura blanca que llevaba puesta parecía tapar todas las partes de su cuerpo, incluyendo su misterioso rostro.


Así fue como el combatiente entró en shock, ya que el pobre animal empezaba a desvanecerse poco a poco en frente de él.


-¡No!, ¡Caballo Blanco N° 1!- Gritó de manera desgarradora el joven soldado.


Su pena era tal, que sus lagrimas consiguieron asomarse hacia el exterior desde su casco.


-De todos los presentes, por qué... ¿¡Por qué tenías que ser tú!? ¡Tú, quién me enseñó a insultar a la gente por internet! El que me dijo que si me molestan, debo activar las mayúsculas y escribir más rápido que nadie...- Recordó con pena el pobre hombre, agobiado por la situación de su compañero.


"No te preocupes por mi." Pidió una muy masculina voz, haciendo reaccionar al noble soldado.


Se trataba de su casi aniquilado amigo, quién con una sonrisa lo miraba a los ojos.


-¡C-Caballo Blanco N°1, puedes hablar!- Exclamó sorprendido el joven guerrero.


-Nos volveremos a ver, Peón Blanco N° 7...- Finalizó el feliz Caballo, mientras su cuerpo desaparecía ante su buen amigo de toda la vida, el Peón Blanco N°7.


-P-¡Pero soy el Peón Blanco N°5!- Corrigió el pobre Peón.


Sin embargo, ya era demasiado tarde. El caballo ya se había ido, y ahora un Alfil Negro se hacía con el puesto que ocupaba el difunto compañero del peón.


-Je, je, je... ¡Es que fue muy fácil!- Afirmó con una sonrisa el Alfil Negro.


Este utilizaba una túnica negra de una sola pieza, y sobre su rostro llevaba un casco de color plomo que tapaba completamente su rostro.


Humiliation in the Chessboard ♞Where stories live. Discover now