A [87%] - El parque infantil

183 19 5
                                    

"It took so long to convince you, I knew I had to show my colours"

-

En cuanto me dan la hoja con las nuevas pistas la leo apresuradamente, deseoso de poder remontar unos cuantos puestos en lo que llevamos de yincana. Miro a Holly con entusiasmo, sabiendo que la noticia de que sé a dónde hay que ir la va a animar.

Echamos a correr de nuevo, aunque esta vez un poco más despacio. No hay tiempo que perder si queremos ganar, o al menos quedar en las primeras posiciones. Me doy cuenta de que ella vacila en cada paso y que observa a su alrededor con curiosidad y temor. No puedo evitar querer volver a darle la mano, aunque quedaría fuera de lugar y probablemente le haría creer que pienso que me necesita. Nada más alejado de la realidad, es simplemente que... cuando le he dado la mano me he sentido bien. No estaba pensando en si la cogía demasiado fuerte o demasiado flojo o de si me sudaría la palma o qué. Simplemente le estaba dando la mano con naturalidad, como si nos conociéramos de toda la vida y lleváramos haciendo esto siglos.

 Cuando llegamos a la explanada dónde están los columpios veo que la gente está cogiendo unas cintas de las barras laterales que sujetan la estructura. Nos acercamos y vemos una nota junto al suelo que dice lo siguiente: "INSTANTÁNEA".

-¿Qué significa eso? - Pregunto girándome hacia Holly. Ella se agacha para comprobar que no hay nada por el otro lado del papel. - ¿Es una broma?

-No creo. A lo mejor se refiere a que tenemos que hacernos una foto, una "instantánea".

La observo con perplejidad. Jamás se me habría ocurrido aquello, pero parece que tiene sentido. Saco rápidamente el móvil del bolsillo y le indico que se coloque junto al columpio. Le hago la foto, cogemos las cintas y vemos que pone algo escrito sobre una de las caras de la tela. “Mimbre”.

-¿Pero qué…? – Comienzo a decir, totalmente confundido, pero Holly me corta.

-Mimbre. Trabajos manuales. Manualidades. Ya está, ¿dónde hacéis los talleres?

-En el antiguo granero – me dispongo a echar a correr cuando ella me para y me indica que me ate la cinta a la muñeca para no perderla. Quizás necesitemos entregarla al final de la yincana. Mientras ella hace otro tanto con su cinta, yo me inclino para ver las pocas cintas que quedan y compruebo que no todas tienen la misma palabra que la nuestra, y algunas ni siquiera tienen palabras que evoquen la deducción de Holly. Eso no me gusta, pero decido darle un voto de confianza ya que parece bastante inteligente.

Me llevo una mano a la cintura mientras observo sus dificultades para lograr hacer un nudo fuerte con una sola mano.

-¿Te ayudo?

-No, no hace falta, puedo yo sola – dice sacando la punta de la lengua por un lateral de la boca, lo que me parece muy gracioso. Los dos sabemos que no va a conseguir hacer el nudo, pero aún así es orgullosa hasta la médula.

-Anda, déjame a mí – me acerco a ella y tomo los extremos de la cinta, anudándolos rápidamente, pero comprobando que no aprieto demasiado.

-Podía hacerlo yo sola – dice con el ceño fruncido cuando termino. Le dedico una mirada y me encojo de hombros, restándole importancia al tema. Sin embargo, ella mira hacia otro lado y se lleva los dedos índice y pulgar al puente de la nariz. – Siento que solo soy una carga. No quiero molestarte más de lo necesario, seguro que preferirías… estar con cualquier otra chica.

-Créeme que no – suelto una carcajada – hay chicas mucho peores que tú que no son nuevas. Tú tienes excusa, ¿pero ellas?

Echo a andar hacia el granero, y seguidamente ella me alcanza y se pone a mi lado. Caminamos a buen ritmo y en poco tiempo conseguimos llegar hasta el lugar. Tampoco es que los distintos puntos de las pruebas estén muy alejados entre sí. Nada más llegar vemos un enrome cartel blanco. “Encuentra algo insignificante y hazlo valioso”.

Entramos por la enorme entrada vacilando, y nos encontramos a un par de personas por la parte de arriba. Parece que estuvieran buscando algo.

-Quizás tenemos que buscar algo que parezca insignificante pero tenga dentro algo, como una caja con una pista dentro. – Propongo no muy convencido.

Holly me ignora y comienza a vagar por la habitación, mirando con atención la estancia.

-¿Y si se trata de recuerdos? – Grita para que la oiga. Está de espaldas, así que me tapa lo que sea que está mirando. Me acerco a ella y descubro un corcho con distintas fotografías de años anteriores.

-¿Recuerdos? – Repito tontamente.

-Sí. Ya sabes, algo que para cualquier otra persona sería una tontería, pero que tú has vivido algo con ese objeto y por ello es valioso.

Trago saliva y me pregunto si esa chica tiene mi edad o me la triplica, porque cada vez me fascina más la forma de funcionar de su mente. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que muchísimos de los trabajos que hemos ido haciendo durante años se encuentran esparcidos por las mesas, cuando normalmente está todo guardado en cajas. La mayoría de las cosas nos las solíamos llevar, pero también hacíamos manualidades para decorar el lugar, cosas que se quedaron aquí.

Paso al lado de la cerámica deforme, los cuadros coloridos e impactantes y llego hasta una mesa dónde tiene un batiburrillo de objetos, como si fueran objetos perdidos. Una prenda llama especialmente mi atención, una camiseta decorada con pintura para ropa. No es sólo una camiseta, es la camiseta que hice hará tres años y que me dejé irremediablemente olvidada. Ya ni me acordaba. La tomo entre mis manos y se la muestro a Holly.

-Creo que ya lo tengo.

-¿Yo debería coger algo también? – Me pregunta con una mirada triste. – No me gustaría que perdiéramos porque soy la nueva y…

-No creo que te digan nada, vamos ya hacia las mesas de los monitores. – Echo un vistazo a mi alrededor, y aunque todavía hay algunas parejas corriendo de acá para allá, la mayoría se están dirigiendo hacia las mesas.

-¡Espera! Pone mimbre en nuestras cintas, ¿no debería coger algo de mimbre?

Sin mediar palabra corremos hacia el granero de nuevo y buscamos por todas partes algún cesto u objeto hecho de mimbre. Mientras yo miro en el piso de arriba, ella hace otro tanto recorriendo el de abajo. Me grita que ha encontrado algo y bajo corriendo. Me muestra un pequeño aro que parece hecho para meter servilletas.

Corremos hacia las mesas y conforme vamos llegando nos damos cuenta de que varios grupos han entregado ya todas sus cosas a los monitores.

Suspiro, por lo menos estamos en décima posición. Ya me puedo ir olvidando de ser monitor el año que viene.

-Lo siento – me dice Holly dándome un pequeño empujón con el hombro en el brazo.

-No es culpa tuya, lo hemos hecho bien – digo negando con la cabeza.

-Lo he hecho fatal.

-Si digo que lo has hecho bien, lo has hecho bien – le doy un toque en la frente con los dedos y ella me dedica una fugaz sonrisa.

Esperamos a que nos toque el turno y les damos a Mara y los demás todos los objetos que hemos ido recolectando a lo largo de la yincana.

-La camiseta puedes quedártela – dice Mara, y asiento. - ¿Ya está? ¿No habéis… cogido nada más?

Miro confundido a Holly, y ella se da una palmada en el muslo.

-¡La foto!

Saco rápidamente el móvil y Mara se pone en pie.

-¡Tenemos unos ganadores por aquí!

No me lo puedo creer. Es imposible. Hemos llegado demasiado tarde como para ni siquiera estar entre las primeras posiciones, ¿y ahora dicen que hemos ganado?

-Nadie ha hecho lo de la foto. Se ve que habéis estado bien atentos, ¿eh?

Sonrío mostrando mis dientes y sin darme cuenta, arrastro a Holly hacia mí en un abrazo.

Low battery║a. irwin auWhere stories live. Discover now