Mi pequeño gran descuido

05. El malparido "karma"

Odiaba eso. Connie me miraba con una cara de preocupación y lastima que me hacia querer golpear hasta que fuera deforme y no se distinguiera ni donde iban los ojos

Bien, Cher, tengamos calma, no queremos ir a prisión

Estabamos sentadas en la parada de autobús. No había llamado a papá ese día, no quería, necesitaba un tiempo para pensar, y supuestamente yo, ese tiempo me lo daría en el autobús.

— ¿Estas bien? —

¡Oh, si! ¡Perfectamente! ¿Como no? Es decir, tengo quince años y estoy embarazada, cuando mis padres se enteren van a degollarme y seguro viviré bajo un puente como una mendiga, ¿Quien no estaría bien con eso?

— Estoy bien — Sonreí. No era de todo mentira, digamos que aún no había asimilado lo que estaba pasando

Observe como el autobús número veinticuatro se acercaba, me levante de mi lugar y espere que estacionara para subirme

— Adiós, Connie — dije sin esperar ninguna respuesta

Subí al auto, que para mi sorpresa estaba casi vacío, y tuve la oportunidad de sentarme sola en los últimos asientos

Como en un videoclip de canciones sad

Mi cerebro no dejaba de repetir todo lo que había pasado, y hablo de todo, desde aquel día con Blake, hasta ahora...

Blake... ¿Que sera de ti?

Dios, mi egoísmo no me había permitido pensar en él. Aparte de que esta responsabilidad se llevara mi vida entera, también la tuya, claro, eso si decides quedarte conmigo.

En ese momento me entro un gran pánico que me hizo reaccionar

¿Y si Blake no se queda conmigo? ¿Y si no se hace responsable? ¿Que tal si Blake decide que quiere una vida de estudios y fiestas y no de cambiar pañales?

Que estúpida he sido. ¡Blake tiene la decisión de irse en el momento que quiera! El puede tener una carrera y una vida perfecta, puede ganar dinero que gastaría comprándose las cosas más caras y finas que deseé; él puede hacer más con su vida que criar a un bebé a tan corta edad, ¿Por que elegiría quedarse conmigo? Una tonta que no sabe absolutamente nada de mantener un hogar, o a un bebé.

Mi cabeza empezó a doler y mi estómago se me revolvió; un gusto amargo se sintió en mi boca, solo queria que todo lo que pensaba fueran estupideces, como siempre. Tenia un esperanza de que se quedara conmigo, de que formáramos una familia y de que todo estaría bien, pero si no era así, no lo obligaría a quedarse, preferiría que se fuera muy lejos de mi y del bebé, que fuera como si jamas existió, criaría a mi nene sola y aunque me costaría demasiado lo lograría, porque todo lo que estaba pasando eran consecuencias de mis actos

El malparido "Karma" se le llama

No me di cuenta cuando había llegado a mi parada, por primera vez me alegraba que quedara a siete cuadras de mi casa, por lo que tendría que caminar bastante