Capítulo 11. Reliquias de la Muerte

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Cuando Ron y yo destruimos la copa de Hufflepuff corrimos a la Sala de los Menesteres. En la entrada estaban Harry y Hermione con la diadema de Ravenclaw
-Toma Harry, el colmillo- dije dándoselo a mi hermano
-Hermione, hazlo tú- Harry miró a su novia
-No puedo hacerlo- dijo ella
-Claro que puedes- Harry puso la diadema en el suelo y Hermione le dio con el colmillo. Al destruirla, Harry y yo caímos al suelo y vimos al último Horrocrux
-La serpiente es el último Horrocrux- dije
-Tenéis que meteros en su mente. Si sabéis dónde está él sabremos dónde está Nagini- nos pidió Ron. Mi hermano y yo nos concentramos y nos metimos en la mente de Voldemort. Ya sabíamos dónde estaba
-Está en la casa de los gritos- dijo Harry

Al llegar a la casa de los gritos, escuchamos a Voldemort hablar con Snape. Poco después, el Señor Tenebroso le ordenó a Nagini que matara a Snape. Al entrar donde el profesor estaba, lo vimos medio muerto
-Recoged las lágrimas y ponedlas en el pensadero- Hermione me dio un frasco y en él guardé las lágrimas del que fue nuestro profesor de Pociones
-____, te pareces a... tu madre, aunque sus... ojos los tiene Harry- y después de eso cerró los ojos para siempre

Volvimos al castillo. No había nadie fuera
-Dónde están todos?- se preguntó Hermione. Entramos al gran comedor y vimos a todos allí. Todos los muertos estaban puestos en camillas. Me temí lo peor cuando vi a la familia Weasley alrededor de una de ellas. Ron y yo nos acercamos al lugar. George lloraba en el hombro de Arthur, aunque al vernos nos abrazó como si la vida le fuera en ello. Enseguida entendí por qué nos abrazaba así. Fred estaba tumbado en una camilla, con los ojos cerrados. Incluso aún parecía que sonreía
-No! Fred! Tú no! Joder tú no!- grité rompiendo en llanto. Me arrodillé al lado de la camilla, aún sin parar de llorar- Ibas a tener cuidado, lo ibas a tener. Se suponía que aún nos quedaba mucho tiempo juntos! Freddie, tú no... por favor...- comprendí que Fred ya no me escuchaba, así que me levanté y abracé a George. Él lo estaba pasando fatal, Fred era su mejor amigo, su otro yo, y no merecía ese final. Miré a Harry, el cual estaba a punto de salir del gran comedor. Me separé de George y lo seguí- Harry! Dónde vas?
-Voy al pensadero. Necesito ver los recuerdos de Snape
-Voy contigo- y ambos empezamos a caminar hacia el despacho de Dumbledore

Cuando terminamos de ver los recuerdos, comprendimos que éramos los últimos Horrocruxes y que debíamos morir para que Voldemort muriera. Debíamos sacrificarnos por el mundo mágico, y estábamos dispuestos a hacerlo

La hermana de Harry PotterWhere stories live. Discover now