La hermana de Harry Potter

Capítulo 13. Órden del Fénix

Llegamos al Ministerio en menos de media hora. Harry y yo guiamos a nuestros amigos hasta la habitación en la que vimos a Sirius
-Chicos, ahí pone vuestro apellido- dijo Neville señalando una estantería. Harry y yo nos acercamos y cogimos la pequeña bola

"Ni los Potter ni Voldemort podrán estar tranquilos mientras el otro siga con vida. Alguno tendrá que ser asesinado a manos del otro, sólo así podrán vivir tranquilos"

-Tenemos que acabar con Voldemort- susurré
-O Voldemort con vosotros- la voz inconfundible de Lucius Malfoy resonó en toda la sala- Entregadme la profecía
-Eso jamás- dije cogiendo mi varita- Desmaius!- antes de que el hechizo le diera al señor Malfoy, desapareció de allí

-Por allí!- gritó Harry señalando una puerta. Sin pensarlo corrimos, la verdad no teníamos ganas ni energía de volver a pelear con Mortífagos. Uno a uno, fuimos cayendo al vacío, pero no llegamos a caer gracias al hechizo que Hermione realizó para que no tocáramos el suelo tan bruscamente
-Gracias Hermione- murmuré ayudando a Harry a levantarse del suelo
-No es nada- sonrió ella
-Harry, dame la profecía o tus amigos y hermana morirán- dijo Lucius apareciendo en la sala a la cual habíamos caído. Unos Mortífagos nos cogieron a mis amigos y a mí y nos apuntaron con las varitas a la cabeza
-No se la des Harry- dije mirando a mi hermano
-Tengo que hacerlo, no podría vivir sin mi hermana
-Que emotivo todo, pero ahora dame la profecía- exigió el señor Malfoy. Harry se la entregó y me miró, como si quisiera pedirme perdón por lo que había hecho
-Deja en paz a mis ahijados- dijo Sirius apareciendo en la sala. Le dio un puñetazo a Lucius y la profecía cayó al suelo, rompiéndose al instante. Los demás miembros de la Órden atacaron a los Mortífagos que nos tenían agarrados y todos nos escondimos detrás de una gran piedra

Cuando parecía que la pelea de la Órden con los Mortífagos había terminado, salimos de detrás de aquella gran piedra
-Estáis todos bien?- preguntó Sirius abrazándonos a Harry y a mí
-Estamos bien, y tú?
-Estoy bien, por suerte- antes de que Harry y yo pudiéramos pronunciar alguna palabra, Bellatrix Lestrange apareció y pronunció las malditas palabras
-Avada Kedavra!- el hechizo le dio a Sirius, quien desapareció por un arco que se encontraba en el centro de la sala. Antes de que Harry y yo pudiéramos seguirle, Lupin nos agarró. Me derrumbé en sus brazos, nuestra única familia se había ido para siempre. Los sollozos sonaban por toda la habitación y se mezclaban con los de Harry

Al cabo de un rato, vimos como Bellatrix se asomaba a la sala. No dudé en seguirla lanzándole Crucios al igual que Harry. Uno de ellos le dio y cayó al suelo, quejándose del dolor

"Vamos chicos, hacedlo. Conocéis la maldición. Sólo tenéis que decir las palabras y vengaréis a Sirius"

-Dejalos en paz Voldemort, sólo son unos críos- dijo Dumbledore apareciendo de la nada y poniéndonos a salvo detrás de él
-Los quiero a ellos, necesito matarlos para poder vivir- Dumbledore nos empujó detrás de una columna y él empezó a pelear contra Voldemort. Después de un rato, Voldemort desapareció y Harry y yo salimos de nuestro escondite
-Chicos, estáis bien?- preguntó Dumbledore mirándonos
-Estamos bien- contesté viendo como Harry se alejaba- Harry, dónde vas?- de un momento a otro, mi hermano cayó al suelo y empezó a retorcerse del dolor
-Has perdido, viejo amigo- empezó a hablar con una voz más ronca de lo normal. Ese no era mi hermano, el que hablaba era Voldemort. Sabía que lo había dejado entrar en su mente
-Harry...- dije agachándome a su lado
-No se trata de vuestras semejanzas, sino de vuestras diferencias- mi hermano seguía retorciéndose del dolor- Harry...- susurró por última vez Dumbledore. Nuestros amigos entraron a la sala buscándonos. Harry me miró y luego miró a los chicos
-Tú eres el débil...- murmuró Harry, esta vez con su voz habitual- Y nunca sabrás lo que es el amor o la amistad. Y siento lástima por ti- Voldemort dejó el cuerpo de mi hermano y yo me tiré a abrazarle
-Estás bien...- murmuré mientras dejaba que las lágrimas salieran de mis ojos
-Nos volveremos a ver- dijo Voldemort antes de desaparecer al ver al ministro entrar
-Entonces... ha vuelto?- preguntó confundido
-Es lo que llevo diciéndote casi un año- dijo Dumbledore

Al día siguiente
-Venid con nosotros a la Madriguera- dijo Ron antes de subir al tren que nos llevaría a Londres
-A tus padres no les importará?- pregunté dudosa
-Claro que no, sois como sus hijos también- sonreí y miré a Harry
-Pues entonces vale- dijo mi hermano sonriendo- Nos vamos con vosotros

Y así fue como otro año más en Hogwarts terminaba y cada vez nos acercábamos más a la batalla final