1. Estas cosas no suelen pasar

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- Bien ¿Y que opinas? -Me preguntó Abby mirándome mientras que con una mano sostenía una patata a mitad de su boca.

- ¿Eh? ¿Cómo? -Pregunté al no poder recordar una pequeña parte de la conversación.

- ¿No me has escuchado? - Abby frunció el ceño.- ¿He estado hablando en vano todo este tiempo?

-Sólo visualizaba. -Mentí.

Abby alzó una ceja.- ¿Ahora visualizas?

Asentí con la cabeza.

-¿Qué fue lo que dije? -Dicho esto entrelazo sus manos en su estómago y se hecho al respaldo de la silla.

Hize un intento por recordar haciendo una mueca pero no logré recordar nada y Abby soltó en carcajadas. - Olvidalo. - agarró otra patata - Chico lindo a tu derecha.

Estos cambios de conversación son muy comunes en Abby, en un momento puede estar hablando muy interesada del agua y termina hablando del fin del mundo, está era una de las tantas razones por las cuales la quiero. Miré a mi derecha simulando buscar a alguien y lo ví, vi al chico que Abby nombró, estaba vestido con una chaqueta negra de cuero, su cabello despeinado y alborotado y sus jeans que caían perfectamente por sus largas piernas lo hacían una persona relamente sexy. Pero lo que más me llamó la atención fueron sus ojos, tenía unos ojos color avellana bastante interesantes.

Durante un momento sus ojos se encontraron con los míos, y rápidamente quité la mirada. Me sentí muy avergonzada. Me sentía una completa psicopata mirándolo descaradamente. Sentí mis mejillas arder y Abby lo notó.

-Estás como un tomate. -Susurró Abby con una sonrisa en su cara. -¡Diablos! tus mejillas son como un tomate.

-Shhhh. -Dije intentando que no levantara su voz. -No, solo hace calor. -Expliqué susurrando.

Abby sonrió y me pateó por debajo de la mesa, la miré realmente enojada porque me dolió. -Viene para acá.

¿¡QUÉ!? No Dios porfavor no me humilles de esta manera.

-Hola. -La voz grave del chico envió un escalofrio por todo el cuerpo tan pronto en cuanto lo escuché.

No quería mirarlo, no con mis mejillas tan encendidas.

-Hola. -Le saludó Abby con una sonrisa coqueta.

Un gruñido, hizo que la mirara. Y pude ver que Abby notó que el chico me seguía mirando.

-Oh... Ella es Kelsey. -Dijo Abby mientras me pegaba por segunda vez debajo de la mesa.

Dios esta chica me dejara unos buenos moretones.

-Un gusto soy Luke. -Dijo el chico quien extendía su mano para que yo la tomara.

Lo miré a los ojos y pude ver muchas cosas en ellos pero principalmente pude ver deseo. Realmente algo está mal conmigo. Tomé su mano y sentí una electricidad correr todo mi cuerpo. Abby solo se limitaba en mirarnos y evitar sonreir. Esto se estaba volviendo realmente incómodo.

El chico sonrió al ver mi expresión de "Por favor sal de aquí" ¿Cómo una persona podía verse tan sexy con el simple hecho de sonreír? Debería parar de pensar en este tipo de cosas, el ambiente estaba tan incómodo como para agregarle aún más.

-Bueno. Realmente fue un gusto. -Dijo sin dejar de mirarme. -Nos vemos luego, Kelsey.

Se despidió lanzandome un guiño. Senti que me derretía y el calor aumentó en mi cuerpo.

-Adiós. -Intenté sonreir, mientras el se marchaba. Una patada me interrumpió. Ahora tenía que aguantar a Abby y sus molestas preguntas y comentarios de cuan sexy era, que obviamente no pararía hasta verlo por segunda vez. ¿De verdad pensaba verlo por segunda vez? Dios estaba más mal de lo que pensaba y lo peor de todo esque si quería volver a toparmelo por segunda vez.

-Diablos, sí que era sexy -Dijo Abby agarrando la última patata que le quedaba. Está chica era realmente lenta para comer. -Estás cosas no suelen pasar.

Asentí estando de acuerdo con ella.

Antes de que digas adiós (#1)Kde žijí příběhy. Začni objevovat