31. "No lo hagas enojar"

5.3K 292 6
                                    

Perdon por no subir antes, pero estaba pensando en otras cosas y no me llegaba la inspiración que necesitaba para escribirles... Aquí les dejo un largo capítulo, y espero que lo disfruten tanto como yo :)

--------------------------------------------------------------------------------------------

Ya habia tocado la puerta marrón pero a travez de esta no habían señales de vida. Mi corazón comenzó a acelerarse y mis manos a sudar, ya no tenía control sobre mi mente para pensar en algo coherente o racional solo cosas desastrosas y no tan favorables. Alex estaba buscano alguna ventana a medio abrir o alguna puerta sin seguro pero todo estaba con llave, era como si mi padre sabía que no me quedaría tranquila con el mensaje. El sabía que lo llamaria y que iria en su búsqueda hasta encontrarlo, y yo no iba a rendirme tan fácil, de eso estaba segura.

-¿Has tenido éxito? -Le pregunté.

-No, pero creo que la cagué.

-¿Porque?

-Los vecinos me han visto tratar de romper la ventana y creo que llamaron a los policias.

-¿No hablas encerio?

-¿Te parezco que no lo hago?

Suspiré. -Tendrás que ir a explicarles o me temo que irás a la carcel.

Negó con la cabeza. -No.

Alcé ambas cejas. -¿Sabes lo que les hacen a los hombres como tú en lugares como ese?

-¿Qué les hacen?

Sonreí. -No quisieras saber.

Alzó una ceja. -Pero tu irias conmigo.

Negué con la cabeza. -Solo tú, recuerda que es la casa de mi padre.

Lo consideró por un momento. -Tu me iras a sacar ¿cierto?

-¿Eso crees?

Sonrió. -No lo soportarias, no soportarias verme encerrado y no a tu lado.

-Sigue creyendo que el mundo gira a tu alrededor.

-¿Lo hace? -Me preguntó.

-¿No iras?

-¿Ir a donde?

-A dar explicaciones, se las debes. -Hize una pausa. -Yo también haria lo mismo si veo la casa de mi vecino a solas y un extraño tratando de romper la ventana para poder entrar.

Lo consideró. -Suena lógico.

Alex se dió la media vuelta y salió por el antejardin hacia la casa de los vecinos, tocó un par de veces hasta que una señora de unos 56 años aproximadamente salió a recibirlo con una escopeta en mano. Alex alzó amba manos al aire, me miró y pronunció un "Ayudame" sin emitir sonido alguno.

Mi corazón latió más rápido cuando vi a la señora apuntarle con el arma a Alex, salí corriendo lo más rápido qe pude del antejardín hacia la casa de la señora, cuando ya estuve frente a frente de los dos pude pronunciar.

-¡Espere! -Alcé ambas manos.

-¿Quién eres tú? -Me preguntó apuntandome con el arma.

-Viene conmigo.

-No preguntaré otra vez. -Achinó los ojos en mi dirección.

-Soy Kelsey, la hija del dueño de la casa de al lado.

-¿Kelsey? ¿Kelsey Jones? ¿Jones?

Asentí. -La misma.

-Perdoname, no te reconocí ¿Te has hecho algo nuevo?

Negué con la cabeza. -No. Ha sido el tiempo.

-Debe ser eso -Hizo una pausa. - ¿Qué estaba haciendo tu novio?

Mis mejillas comenzaron a arder. -No es mi novio, es un amigo.

Suspiró. -A mi no me engañas cariño, no se lo diré a tu padre, hazlo tu misma.

-¿Sabe donde está?

Asintió. -Está en el Hospital Indisa Jude.

La miré un tanto confundida. -¿Hospital?

-Kelsey -Me llamó Alex.

-Si, no estoy muy segura que fue lo que lo provocó. Pero lo vi desplomado en el suelo gritando, casi agonizando.

-Kelsey. -Repitió Alex.

-¿¡QUÉ!? -Lo miré.

-Podrías decirla a esta mujer que deje de apuntarme con el arma, claro si no es mucha molestia.

-Lo siento, pero no deberias entrar a la casa de alguien y romper la ventana, menos si no te conocen jovencito. -Suspiró y bajó el arma. -Pero no te preocupes, ahore sé quien eres y dejame decirte que eres un chico afortunado ¡Cuidala!

-Lo siento por esto. -Le dije a Alex.

Negó con la cabeza. -Lo haré con mi vida.

¡TRAGAME TIERRA! Esto no me estaba pasando justo ahora. Mis mejillas comenzaron a calentarse y tuve que formar una cortina con mi pelo para tapar mis rojas mejillas. Alex me tomó de ambas mejillas con sus manos y me levantó el rostro para mirarlo a los ojos.

-¿Qué estás haciendo?

Me guiñó un ojo. -No te sonrojes amor mio, no te sonrojabas ayer por la noche. -Dijo con una sonrisa.

-Eres un idiota. -Susurré y me alejé.

Me sonrió. -Me la debías. -Hizo una pausa. -De todas formas dudo que le interese nuestra vida sexual, aunque dejeme decirle que es muy placentera.

Sonreí siguiendo el juego. -No mucho de hecho, por su condición.

La señora me miró sin comprender. -¿Su condición?

Asentí. -Es portador, usted sabe a lo que me refiero, por eso tenemos que usar protección.

-Suficiente información. -Me dijo Alex.

-Oh lo siento amor pero ya no debes ocultarlo más.

-Basta. -Me dijo.

-Pero amor estas cosas ocurren por se irresponsable, si te hubieses abstenido nada de esto etaría pasando, tu vida sexual sería más placentera.

-Vete a la mierda. -Dijo un Alex enojado, saliendo de la casa.

Si señores Alex se había enojado por un juego que lo comenzó el mismo.

Una parte de mí debió haber parar, pero otra me decía que quería humillarlo y esa fué más grande. Esa ganó. Y ahora como siempre me sentía culpable.

-Alex ¡Alex espera! -Le dije siguiendo sus pasos y mirando su espectacular trasero.

-¿Alex? Alex, habla conmigo.

En lugar de responderme siguió caminando en dirección opuesta a la casa y directo a su moto.

-Hey Alex, Alex hablame. -Dije mientras seguía caminando o trotando detrás de él. Paró en seco y se dió la vuelta.

-Alejate de mi. -Dijo en mi cara. -Bastate me has humillado como para soportar una más. -Abrí la boca para hablar pero me interrumpió. -Ya no me interesa lo que digas ahora.

-Asi es exactamente como tratas a las mujeres, simplemente estás enojado porque una mujer te lo hizo a ti.

-¡No he humillado a ninguna mujer! Todas sabían que no tenia nada para ofrecer.

"No lo hagas enojar" recordé las sabias palabras de Abby.

-Entonces vete

-¿Me estas hechando?

Me encogí de hombros. -Adelante, yo conseguiré como irme, no te preocupes. Sabía desde un principio que tus palabras no eran sinceras.

Sonrió pero esa sonrisa no le llegó a los ojos. -Hazme un favor y alejate lo más que puedas de mí.

Y se fué.

Antes de que digas adiós (#1)Where stories live. Discover now