Prólogo

22K 562 14
                                    

Alex me llevó al baño, cerró la puerta y me senté en la taza del váter. Comenzó a examinarme la cabeza moviendo mi pelo. Me quitó varios trozos de cristal que se habían enganchado en mi pelo. Se mojó las manos y examino mi herida. Su rostro cambió al verla a la escasa luz del baño, tenía una mirada fría y distante como si quisiera golpear algo hasta hacerlo trizas pero en cambio me quedo mirando fijamente, estaba preocupado, demasiado preocupado.

—Alex yo... Lo siento tanto, no debería haber venido.

Me miró confundido —¿De que hablas?

—Tú solo querías que me alejara.

Alex negó con la cabezay suspiró pesadamente.

—Lo único que quiero es protegerte —Me dijo agarrando mis manos.

—Pero por mi culpa has tenido muchos problemas.

—Pero estoy bien. —Dijo mirándome a los ojos.

Negue con la cabeza. —No digas eso.

—Tu y yo estamos bien y es lo que importa en este momento ¿no?

Me mordí el labio y mire mis manos, no podía mirarlo a los ojos, no ahora que todo estaba mal, no cuando podía ver lo mal que lo tenía, simplemente no podía.

Tomo mi menton y me hizo mirarlo a los ojos y fue una pésima idea porque me perdí totalmente en ellos—No te preocupes ¿De acuerdo?

Alex fue acercando mi rostro hasta el suyo obligándonos a perder la corta distancia que nos separaba, exhaló y su aliento acaricio mis labios.

—No sabes cuan desesperadamente he querido esto.

No pude siquiera reaccionar a sus palabras porque juntó sus labios con los míos, no podía ni quería alejarlo porque quería tan malditamente este beso y eso me asustaba más que cualquier otra cosa y no quería pensar solo quería fundirme en este delicioso beso. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, tiré de el para acercarlo más a mí y un subidón de adrenalina inundó mi cuerpo. Sujetó mis caderas con sus manos y me alzó para quedar sentada en su regazo y mis piernas a ambos lados de sus caderas, sus dedos se clavaron en mi piel cuando me mordió el labio inferior con sus dientes.

Gemí en el beso, pasando los dedos por su pelo.

Alex deslizó sus manos por mi espalda y se me erizó la piel al sentir su tacto contra mi espalda, sus manos  se mantuvieron ahí masajeando en pequeños circulos.

Sabía a menta y sabía que esto se volvería una completa adicción.

Alex se alejo de mi cuando nos faltó aire y coloco su frente contra la mía. Me dirigió una sonrisa y me quede sin aliento a pesar de que respiraba entrecortadamente. Y así pasó, nuestro primer beso, sonreí internamente cuando me di cuenta de que ahora no era una simple amiga de Alex Kahler sino mucho más.

Antes de que digas adiós (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora