Tronco, ramas... sin hojas ni flores, así son los días en los que me preparo para nuestro encuentro: no importa el azul del cielo, la fresca brisa o el olor de la tierra, sin ti nada importa.
Cuando tu no estás parezco seca, sin gracia y hasta rugosa como el tronco de este árbol que espera el momento de reverdecer y brillar con un contraste infinito de verdes... tu eres la fuerza natural que me hace florecer y brillar.